Te deslizas por mí...
18 de diciembre, 1996
El tiempo corría demasiado rápido, y Draco no sabía qué hacer. La fecha que el Señor Oscuro le había marcado estaba cada vez más cerca, y seguía sin encontrar una solución para reparar el maldito armario evanescente.
Además, sabía que Potter no se fiaba de él, pues notaba su mirada y la del pobretón básicamente por todas partes.
Además, le era difícil alejar a Hermione de él, pero sabía que era lo correcto. Era lo que tenía que hacer, si no quería que saliera herida, o peor...
Aquel pensamiento le provocó un escalofrío.
Estaba cansado de pensar, de comerse la cabeza tratando de arreglar aquel extraño armario, cansado de no poder dormir tratando de averiguar el motivo por el que Voldemort quería que lo reparase, que le hiciera estar más de mal humor que de normal, y cansado de no querer hablar ni con sus amigos.
Pero de lo que Draco estaba más cansado, era toda su jodida situación, ¿por qué él? Se preguntaba, por qué el señor Oscuro había tenido que señalarle precisamente a él. Merlín, él solo quería vivir en aquel colegio, pasar el rato con sus amigos, utilizar sus poderes de prefecto contra los Gryffindors y como solían hacer, pasar cada noche junto a ella. No era mucho pedir, o eso pensaba él.
La respuesta le llegó claramente. Su padre.
Todo esto era su jodida culpa. Si no hubiera fallado en aquella misión y no hubiese acabado en Azkaban, tal vez Voldemort no habría descargado su ira irracional contra su familia. Todo era culpa de su padre, de haberles metido a su madre y a él en toda esta mierda. Por su culpa, ahora él estaba jodido.
Que se jodiera, no sentía ni una pizca de compasión por él. Al menos allí en Azkaban aprendería la lección.
Notó como algo húmedo trató de deslizarse por su cara y lo eliminó con rabia. Últimamente se sentía tan débil y tan harto de todo, que no era capaz de evitarlo al máximo, se sentía un idiota cada vez que aquello estaba a punto de pasar. Pero siempre lo evitaba.
Él no lloraba, nunca lo hacía. Era lo suficientemente fuerte como para no ser tan patético. Pero es que no podía pararlo, se sentía un idiota cuando lo hacía, un inútil incapaz de hacer una cosa tan simple como arreglar un extraño armario.
Se encontraba en su habitación, en aquella que compartía con Theo y Blaise, recostado en su cama, jugando con el anillo, o más bien insignia que Hermione le regaló a finales del año pasado, mientras trataba de descifrar el misterio del armario.
Es una insignia especial, si alguna vez te sientes solo, tienes miedo o simplemente necesitas a alguien, tan solo pronuncia Revelio.
Recordó las palabras de Hermione.
Justo cuando fue a pronunciar aquella palabra, la puerta de la habitación se abrió:
— Ah, estás aquí...-comenzó a decir Blaise.
Draco guardó rápidamente el anillo y se pasó la mano por la cara por si había algo que le delataba.
Y allí, en aquella habitación, las sospechas de Blaise se confirmaron. A Draco le pasaba algo, y costase lo que costase, lo averiguaría.
— Draco...-comenzó a decir- ¿estás bien?
— ¿Qué quieres? -le espetó el rubio.
— Venía a decirte que tenemos entrenamiento en 15 minutos -le contestó su amigo- pero ahora me interesa más saber que sucede contigo. Theo está preocupado, y la verdad es que yo también.
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Con Las Ganas - Dramione
Fanfiction"Eres la razón por la que lucharé por sobrevivir, pero también eres la razón por la que sobrevivo a pesar de ser incapaz de luchar" ¿Parejas canon? ¿Que es eso? Inspirada en la canción Con Las Ganas de Zahara. Enjoy 🖤