Enredo Cuántico /-Senku x Male Reader-

15. El nuevo líder

Buscando un lado bueno, Magma sufrió bastante daño, así que solo queda rogar en silencio porque Kohaku llegue a tiempo.

- Alargaré la pelea lo más que pueda, así que ustedes estén atentos para cuando regrese Kohaku

Le tocaba el turno de pelear a Chrome con el enano faldero de Magma. Después de haber visto la pelea de Kinrou y el gorila, esto era como ver a dos niños pelearse.

Al cabo de un rato, alcanzamos a ver que Kohaku ya se encontraba en el límite del bosque, llegando al primer puente de la aldea.
Pero entonces el bastardo de Magma decidió aprovecharse también de sus influencias en el torneo, y su maldito compañero perdió a propósito la pelea contra Chrome justo en ese momento.

Se pasó al siguiente combate en cuestión de segundos, y Kohaku no alcanzó a llegar a tiempo por lo que Senku fue declarado ganador de esa ronda. Esto es horriblemente malo porque ya no tenemos a Kohaku para que se cargue a Magma, pero también es malo porque en verdad quería ver como es que Senku iba a fingir una pelea contra la leona.

- ¿Suika? ¡Suika, estás bien!

Bajé a la niña de mis hombros y dejé que fuera a encontrarse con Kohaku, que casi parecía venir al borde del llanto.
Al quedar Kohaku fuera, prácticamente toda la aldea asumió en automático que Magma sería el próximo líder y marido de Ruri. Y para sorpresa de nadie, el mismo Magma lo asumió también, comenzando a presumir de inmediato.

- ¡Alégrate Ruri, a partir de hoy eres mi mujer!

Magma hizo unos ojitos perturbadores y lanzó un beso en dirección a la chica.
No le tengo ninguna clase de cariño o aprecio a Ruri, pero aunque la odiara no le podría desear tener como futuro marido a Magma.

- Cebollín, entre tus cosas tenías una cuerda con rocas, ¿No?

- Ah, sí, un momento

Senku rebuscó un momento entre las armas escondidas que había tirado hace un rato, hasta que finalmente me pasó una cuerda de mediano tamaño que tenía un par de pequeñas rocas para hacer peso en ambos lados.
La recibí y comencé a envolverme parte de los extremos en ambas manos mientras me abría paso al centro de la pista de combate.

- Bueno, deja de mandar besos o me vas a hacer vomitar. Eres alguien repugnante en todos los sentidos

- Tch, ¿Qué hace la maldición de la aldea aquí?

Sonreí y miré en dirección a la chica, ella no parecía nada asustada e incluso me devolvió la sonrisa. Me pregunto si Chrome le dijo algo de mi supuesta maldición.

- ¿No es obvio? Necesito una bella esposa y sirvientes para mis hechizos, así que... ¿Contra quién me toca pelear?

- ¡Eso es una amenaza! ¿No cuenta para descalificación?

Miré al árbitro cuando uno de los aldeanos se quejó, él dijo que mientras no pasara de algo verbal no había nada que las reglas tuvieran contra eso.

- Perfecto entonces

Mi contrincante pasó a pelear con una de esas lanzas sin filo y acolchonadas que se solían usar en estos combates.
El arma era a elección (mientras no fuera tan directamente mortal), pero muchos solían usar esas cosas ya que eran más prácticas por lo largas que eran.

- ¿Vas a pelear con eso? Pensé que los hechiceros eran más listo, ¡Pero solo son unos idiotas debiluchos!

Hablando de idiotas, mi rival se lanzó a atacar sin pensarlo.
Me hice a un lado con facilidad y atrapé sus manos con la cuerda y un giró rápido impulsado con las piedras. Sujeté ambos extremos, y solo fue cuestión de doblar a direcciones opuestas.
Las muñecas del tipo se torcieron y soltó de inmediato la lanza.