X I

366 40 3
                                        

 Entenderte como tu a mi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Entenderte como tu a mi

Historia volvió a mirarla desde su escritorio mientras apretaba la boca en una fina línea, su escolta real no había hablado ni un segundo, y si ya era silenciosa antes ahora parecía omnipresente.

Y no era molesto claro pero le angustiaba quizás un poco. Bueno en realidad si estaba demasiado preocupada por ella, comenzó a pensar que sería bueno para hacerla distraerse de los últimos acontecimientos en las semanas anteriores, tuvo una idea; se puso de pie dejando el trabajo de lado algo que sorprendió a la castaña cobrizo de sobre manera, pero no le objeto nada y le siguió el paso yendo detrás de ella.

Historia se acercó hasta las habitaciones de juegos instaladas para la pequeña princesa y le permitió pasar, en cuanto su pequeña Frieda de cuatro años ya, vio a la castaña, se lanzó a ella a abrazarle.
Para su sorpresa su niña amaba demasiado la compañía de la mujer, aún le era bastante increíble saber que todo ese año de servicio junto a ella hubiese pasado tan rápido, llevaba un año de conocer a la de mirada miel y sentía una hermosa sensación de compañía desde entonces.
Era como si tuviera la oportunidad nuevamente de volver a ser tratada como antes, como una compañera de cadetes, Meg era alguien a quien podía contarle como se sentía y la castaña siempre iba a escucharla, la de mirada miel siempre era buena con eso, escuchando, consolando, volviéndose un lugar seguro para ella, protegiéndola incluso de sus pensamientos más obscuros de la Historia adulta, aveces le gustaría ser un lugar seguro para ella también, después de todo era con quien más compartía el tiempo, casi no profundozaban en lo que su escolta sentía y ahora que había sucedido aquello podía mirarlo más. Aún estaba cerrada con algunos candados la puerta del corazón de la enigmática mujer que había sido mandada a protegerla y claro, aún cuándo el nuevo líder de las facciones militares le recomendó cambiar de escolta,  ella se negó, porque no quería soltar esa compañía a la que quizás, si, se había aferrado, pero en un inicio solo como un incentivo al recuerdo de las emociones de su adolescencia y ahora, ahora era por la intranquilidad y el misterio que la femina que le cuidaba irradiaba.

La castaña se agachó para tomar a su hija entre brazos mientras Freida se colgaba de su cuello, su niña pequeña y rubia realmente la amaba. Una pequeña sonrisa se escapó de sus labios ante la vista, el instinto maternal que florecía de Megara era plenamente magistral. ──Frieda ha estado algo inquieta así que pensé que pasar el día con ella seria mucho más cómodo, además estoy algo cansada del papeleo, iré a pedir algunos aperitivos ──anunció ella mientras caminaba satisfecha a la salida, aunque no había recuperado parte del entusiasmo de su escolta, había cierto brillo que sacaba su hija tan resplandeciente que le aliviaba verla más relajada, salió de la habitación emprendiendo camino hasta donde parte del personal de las amas de llaves se encontraban, escuchando a lo lejos las pequeñas risillas de Frieda dentro de su cuarto de recreación, se acercó a una de las mujeres que limpiaba con tranquilidad parte de los candelabros de mesa de plata sobre aquel mueble. ──Señora Carey, podría traernos algunos aperitivos al salón de juegos de Frieda porfavor, que sea para tres personas ──solicitó, mientras la mujer apurada asentía haciendo una reverencia directo a mandar su orden tanto al cocinero como a el resto se las sirvientas.

THE EMPRESS || [historia reiss] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora