V I

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 Cuando la crueldad nace de los puros

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Cuando la crueldad nace de los puros

Megara estaba muy estresada, llevaba ya seis meses trabajando para la corona y simplemente aquello, más sus problemas personales y Giselle insistiendo que la ayudara a buscar una forma de deshacerse de su bebé la tenían bastante cansada y molesta.

El pánico que abarcaba a su medio hermana menor, era una alarma a cada rato que no entendía como detener. Cartas, visitas en sus horarios de trabajo, Giselle realmente había entrado en un pánico inmensurable.

Incluso aveces se veía en la necesidad de aumentarse el trabajo para no tener que soportar aquello, llevando horas y horas de sueño a la basura por su sobre exigencia al trabajo.

Estaban de visita de nuevo en el cementerio de Trost, Historia había ido a visitar de nuevo a aquella cadete que había estado en su tropa cuando la reina era una soldado de la legión, últimamente había sido un recorrido constante el llegar allí y tenerlo como un punto de reunión entre la rubia y el cuerpo en descanso de aquella mujer que dormía eternamente en un limbo de paz. Megara de repente sintió aquello cuando sus sentidos entrenados como los de un sabueso se activaban, quizás fue el sonido de un arma intentando atacar lo que la activó sacando su propia pistola y disparando casi al mismo tiempo a la bala que amenazaba con impactar contra ella, Historia se alarmó y ella le jalo para protegerla en un escudo con su propio cuerpo. Espero varios segundos atenta a los sonidos mientras la respiración agitada y asustada de Historia se volvía uno de ellos.

Contó cinco segundos antes de que un cuerpo volara hasta ella, se había lanzado del árbol que quedaba a unos cuantos metros de distancia de ellas. El hombre extendió su arma dispuesto a disparar pero la castaña fue más rápido y dio justo en la mano, otra de las razones por las que había sido elegida, era su excelente puntería con las armas de fuego. El arma del tipo voló pero se dio el tiempo de desenfundar una daga mientras caía. Megara retrocedió empujando hacia atrás a la reina sin dejarla caer. El hombre calló en el suelo con suma agilidad y de inmediato se lanzó a atacarla, ella por supuesto correspondió el ataque, estaba entrenado pero era un novato, se cubría el rostro con un paño negro y llevaba una chaqueta con gorra que le cubría. ──¡¡Los restauradores de las murallas eliminarán a todo aquel que permitió que nuestro mundo se desprotegiera!! ──gritó la sombra mientras se lanzaba contra la castaña, un instinto que Megara conocía perfectamente se activó en ella, siempre que luchaba lo razaba apenas como si fuera un toque suave con la llema de sus dedos a su propio corazón, aquel instinto asesino que su padre había implantado en ella y su hermano cuando eran pequeños. Este se activó una vez que vio que la reina se veía amenazada, en un rápido movimiento bloqueo la daga del atacante y dio un golpe para que la misma saliera volando, y después con su propia cuchilla guardada en su cinturón apuñaló el cuerpo de aquel muchacho, no pensó razonablemente solo se delimitó a salvaguardar a quien se le había puesto bajo su cargó──. ¡¡Te arrepentirás de si quiera haberla mirado!! ──gritó con frialdad en su voz y los ojos sin sentimiento alguno reflejado. El puñal atravesó de manera brutal dejándola que su mano traspasará el cuerpo también por la fuerza aplicada, y no fue suficiente para ella ya que jalo de regreso sacando la empuñadura y las entrañas al mismo tiempo que se habían enredado en sus dedos del cuerpo, la sangre fue una bomba explosiva y la carne se desgarró dejando varias partes de los órganos internos expuestos. El rostro que dejó aquel ataque fue uno de horror realmente pensó que podría ganarle. Cuando soltó su propia cuchilla un dolor impactó en su cabeza y el remordimiento la atravesó dándose cuenta de que había dejado a su instinto dominar, su brazo estaba manchado de sangre al igual que su ropa y parte de su rostro que había sido salpicado, el cuerpo yacía en el suelo en una mórbida escena que repugnaba por su explícita imagen.

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