Era un lunes como cualquier otro de otoño en una metrópolis, se aproximaba la hora pico y las personas se movían a un ritmo acelerado, ejecutivos en trajes de alto coste dirigiendose a los rascacielos, trabajadores vestidos con uniformes de distintas marcas de comida rapida caminando rumbo a sus sitios de trabajo con rostros y miradas apagadas por lo repetitivo que era su puesto.
Y, como es lógico, estudiantes apresurados por llegar a tiempo a sus clases como es el caso de Ava, una joven de cabello negro y ojos de color miel, quien, la noche pasada, pensó que su teléfono se estaba cargando para descubrir que el cargador estaba mal conectado, haciendo que su alarma no sonase.
"Te maldigo cargador que solo fallas cuando tengo un examen" Pensaba Ava maldiciendo su suerte pues justamente coincidió toda su desgracia el día que debía presentar su examen final de derecho penal, crucial para poder graduarse al fin.
La joven corría tan rapido como le era posible con el tráfico constante de personas en la ciudad, evitando el chocarse con alguien por error, para intentar llegar a tiempo a la universidad.
Fueron estas prisas las que acabaron resultando en que no notase un semáforo en rojo y a un camión dirigiendose hacia ella hasta que fue demasiado tarde. Ava vio pasar su vida frente a sus ojos al notar el camión acercandose hacia ella, a decir verdad, no había nada particularmente interesante. Siempre fue la chica que se sienta al fondo de la clase y evita socializar con sus compañeros. Rara vez iba a fiestas y su familia era de clase media trabajadora.
"Uhh, que vida mas aburrida tuve" Pensó rememorando su vida, dandose por vencida ya que no hallaría nada en sus recuerdos que la salvase de esa situación.
Al ultimo momento sintió un fuerte tirón en su hombro derecho de parte de alguien tras ella, el cual, la tiró al suelo pero logró apartarla de la carretera, salvandola por un par de segundos. Estando a salvo y en el suelo Ava se quedó en shock unos segundos, intentando recuperarse de su casi muerte de hace unos momentos y miró hacia atrás, notando a un joven de quizás 24 o menos años de edad, cabello castaño y unos profundos ojos de color grisáceo similares al granito, que la observaba sin ninguna expresión en particular, como si le fuese normal salvar la vida de una persona.
Ava se puso de pie tras un momento y volteó a verlo para agradecerle que la hubiese salvado, analizando mas de su apariencia. Piel palida, ropa casual ligeramente holgada y un peinado desordenado y desprolijo, dejando claro que para nada se había arreglado antes de salir a la calle.
-Mira a donde vas la próxima vez, no voy a estar aquí para salvarte de nuevo Niña- Dijo en un tono en extremo cortante el joven, retirandose con el semáforo en verde sin mediar más palabra con Ava, cruzando la calle para seguir con su camino.
"¿A este qué le picó?" Se preguntó la chica al notar el tono serio y incluso condescendiente del joven, antes de retomar nuevamente su camino a la universidad, ahora con un poco más de calma para evitar otra situación del estilo.
______________________________________Ava logró llegar justo a tiempo para el examen, básicamente un minuto antes de que le cerrasen la puerta en la cara y, a pesar de casi haber muerto hace unos instantes, logró responder con éxito las preguntas por lo que cuanto menos esperaba poder aprobar la materia por fin.
Tras 2 horas de prueba logró completar el cuestionario y entregarlo para salir del salón con cierta tranquilidad, confiando plenamente en sus respuestas.
Debido al horario de sus clases estaría libre a partir de esta prueba, por ello, prefirió simplemente volver a su apartamento ya de una manera mas calmada que en la mañana, andando por las aceras, desconectada del mundo exterior por estar hundida en sus propios pensamientos.
Al llegar a la esquina en la que casi pierde la vida hace un par de horas se detuvo de forma inconsciente y miró a su alrededor, buscando por alguna razón al chico de ojos grises que la había salvado. Incluso cuando fue extremadamente descortés Ava sentía que debía al menos agradecerle por salvarla. Pero, para su desgracia el joven no estaba en ninguna parte por lo que se encogió de hombros y siguió su camino como antes.
Tras un rato de caminata llegó a su residencia, un pequeño departamento tipo estudio, el cual, dejando de lado su localización fortuita estando en el centro de la ciudad, no era para nada especial.
Como era costumbre diaria para ella se quitó los zapatos y los arrojó lejos para poder recostarse a descansar en un pequeño sillón color café que ya estaba en el departamento cuando se mudó.
Esta residencia en cuestión era pagada por su tía materna Alina la cual vivía en la ciudad y podía permitirse el pagar para ayudarle con sus cuentas, ya que como estudiante sería difícil que pagase un departamento tan centrado en la ciudad con facilidad a base de trabajos a medio tiempo y sus ahorros.
Aprovechó la cercanía a un enchufe eléctrico del sillon para conectar a cargar su teléfono, totalmente descargado ya que no pudo cargarlo demasiado antes de salir de su casa.
Al encender este aparato Ava recibió varios mensajes de su tía Alina y notó también 3 llamadas perdidas de su parte las cuales, como es lógico, le extrañaron bastante pues no era tan común que la llamase a menos que fuese para algo importante.
Al notar los mensajes y llamadas perdidas en su teléfono decidió revisar que había causado tal necesidad para contactarla, encontrandose una serie de mensajes diciendo:
Ava, me surgió un imprevisto y necesito hablar contigo.
3 llamadas perdidas
¿Tienes el celular apagado?
Llámame en cuanto puedas, es algo importante.Leyendo esto Ava se preocupó lo suficiente como para llamar de inmediato a su tía, quien por suerte tenía su teléfono cerca para contestarle.
-Tia Alina ¿Que ocurre?- Preguntó directamente sin saludarla
-Es sobre Lisa, se intoxico con comida en mal estado y está recibiendo tratamiento en el hospital- Respondió su tia con un ligero nerviosismo en su voz.
-Carajo. ¿Estará bien?- Preguntó por su prima Ava, preocupándose por ella.
Su tía suspiró al otro lado de la llamada antes de responderle. -Si, pero... Los gastos del hospital fueron mayores a lo que esperaba... No creo que pueda ayudarte a pagar la renta de tu departamento por un tiempo-
-¿Qué?-
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Sinner [Sindicato #1] (En Proceso De Reedicion)
RandomSuele decirse que son los pequeños momentos, los detalles los que pueden acabar determinando quienes somos y que será de nuestra vida. Estar en un sitio en un mal momento, volver a casa a buscar algo tras salir de ella, detenernos a saludar a alguie...