4 de agosto 8:36

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¿Sabes ese momento de impotencia donde no puedes desahogarte, ni soltarlo todo por miedo a que se alejen de ti? A veces, guardamos y aguantamos tanta mierda en el interior..... como una capa de cristal completamente rota, con rasguños, cristales rotos..... Y puras ideas que no se borran jamás de mi cabeza.

Una vez conté lo que sentía a mis supuestas amigas. Fue fácil, con tan solo dos vasos de Jb yo ya estaba delirando completamente. No sé lo que dije, ni tampoco me lo quisieron contar, pero se alejaron de mi completamente. No volví a acercarme a ellas, debido a que seguramente me recordarían lo que había dicho, y no quería volverlo a recordar.

He perdido a muchas personas, la primera, Angy, y eso que la conocía desde que tenía tres años, y era porque no se creía que una niña de doce años no fuese al colegio porque tenía problemas en casa, porque según ella, "era puro cuento y que me encantaba quedarme agusto en mi cama, mientras ellas estudiaban duro en clase". Era normal, yo tampoco me hubiese creído, que de un día para otro, tu mejor amiga dijiese que su padre tenía problemas con el alcohol y tenía ataques de furia, que pegaba muy duro a su madre, y que siempre que lo hacía, ella intentaba protegerla, pero acaba mucho peor que su madre, y que le daba verguenza ir al colegio, por miedo a que se riesen de los maratones.

Mi padre empezó a beber más de la cuenta de un día para otro, ¿el motivo? No lo sé, pero toda mi vida ha quedado destruida gracias al puto y jodido alcohol, que convirtió a un ser humano, en el monstruo más odiado en su casa. Una auténtica tortura.

A Angy le siguieron todo nuestro grupito de amigas: Lucía, Jenny, Rita, Bárbara, Blanca, María.... Las veces que venía me tenían puesto el mote de "Alicia la mentirosa" !E incluso consiguieron poner a toda la clase en mi contra! Como mi madre no quería poner el motivo de la falta, no hubo más remedio que cambiarme de clase. Pero, fue mucho peor.

Ahí conocí a Paola, Carolina y Lourdes, unas chicas que me cayeron bien desde el primer momento. Gracias a ellas, conseguía ignorar las miradas de las otras chicas. Un día, estabamos en el recreo nosotras cuatro, yo sonreía muchísimo, me reía, bailaba..... como si algo en mí hubiese cambiado. Las únicas que se dieron cuenta fueron las otras, que al verme, Angy se acercó y dijo "Alicia, tienes trece años, compórtate como alguien normal, y no hagasel rídiculo", como si le jodiese que estuiera feliz. Pero, ese día estaba verdaderamente feliz, porque había ocurrido un verdadero milagro en mi casa: Mi padre se había ido, para siempre y sólo había dejado una mota, una mísera nota, que no compensaba todo el daño que nos había hecho, no más peleas, no más llantos ni gritos, no más noches en vela, ni más escondites, y más me valía rezar para que esa noche no hubiese bebido algo, porque esa noche, si me encontraba o topaba con él, porque me daría una paliza, o dos, o tres.

Claramente, nunca le había contado lo que me ocurría a mi nuevo grupo de amigas, las única que tenía. No se los había dicho , porque.... bueno, tenía muchos motivos: un poco de desconfianza, miedo a perderlas, miedo a que no me creyesen (igual las otras) e incluso a que me tuvieran miedo o se ríesen y burlaran de mí (  aunque, de eso se encargaban los compañeros de mi otra clase,  ya que Angy se había encargado de proclamar mi historia por toda mi antigua clase)

Y tras emborracharme delante de ellas y haberles soltado toda la mierda que sentía y  tenía dentro, reaccionaron de la misma manera en que yo pensaba.

Pero, todo fue mi culpa. Por mi culpa perdí a Angy, a Paola, a Carolina, a Lourdes., a todas y a cada una. Según mi madre, esas perras me dejaron porque no me merecían y porque no valían la pena. Pero, eran mis amigas y las quería, por mucho que me hubieran dejado.

Por mi culpa, mi padre tenía problemas con el alcohol, y pegaba a mi madre. Por mi culpa, él se comportaba de esa manera y rompía ventanas, vasos, platos !Hasta esa pulsera que le hize por el día del padre con ocho años! Por mi culpa, mi madre se cansará de mí, porque soy una inútil y le vendrán los recuerdos de mi padre, con tan solo verme la cara.

Por lo que estoy y me quedaré sola.

Desde ese que esas ideas me vinieron y se siguen repitiendo en mi cabeza, empezé a cortarme. Un corte por aquí, otro por allá, lo hacía todo para quitarme, esa pena, ese dolor, ese sentimiento de culpabilidad (que sigo teniendo) en el pecho.

No le he contado ni la mitad de cosas que pone aquí a mi sicólogo, pero sé, que algún día, alguien leerá este diario, y lo quemará o se desahará de él, y entonces la mejor manera que tengo para desahogarme se irá a la mierda.

Igual que todo lo que tengo.

Diario de una chica con problemas 1 COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora