6 de agosto 13:00

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Una vez más ese hueco en el pecho, esas ganas de llorar sin sentido, de querer tumbarme en mi cama y dejar que pase el tiempo sin importarme nada, ni nadie, de querer acabar con todo de una vez, de una jodida vez. Se que no es un "mal día", que lo malo soy yo, y que el problema es mío. El problema soy yo, y se trata  más bien de que me siento como un trozo de periódico desecho sobre la acera  mojada por la lluvia, ese trozo de papel en el que ya no se puede distinguir bien que pone, aunque eso da igual, pues las personas que pasan por su lado ni siquiera suelen darse cuenta de que está. Pocos se dan cuenta de su presencia, y lo miran con asco, repulsión. Quizás, alguna  que otra vez, esté recuerde el trozo de artículo al que pertenece, sus autores, sus editores.... pero, eso no cambia el presente, sigue desahaciendose lentamente sobre la acera, mientras las gotas de lluvia caen cada vez más fuerte y las personas empiezan a correr para evitarlas. Podría pensar en que mañana saldrá de nuevo el sol, pero, para ese trozo de papel mañana será muy tarde, la lluvia lo habrá disuelto y no volverá a ver el sol, ni al hombre del kiosco que lo mantuvo en la vitrina, que se preocupó para que no se mojase y cuidarlo para que no se arrugará, hasta que alguien decidió comprarlo, hacerse dueño de él y después de leerlo varias veces y haberle dado todos sus usos, el periódico ya no sirve para nada, y se deja ahí, sólo, en un un banco o en la acera, expuesto a todo lo demás que se le rodea.

Así es como me siento todos los días. Un día tras otro igual, un día peor que otro, otro día deseándo que todo lo malo pasé y se vaya muy lejos, otro día  con un sueño y un corazón roto.

NOTA DE LA AUTORA:

Este capítulo se lo atribuyo a mi amiga Matita, que fue la que me dio su inspiración.

Diario de una chica con problemas 1 COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora