Diario de una chica con problemas 1 COMPLETO

25 de julio 9.45

lo echo de menos.

Echo ahora mismo tantas cosas de menos que si tuviera que escribir todo en una carta, gastaría tooooodo el papel del mundo.

Lo que de verdad echo de menos es eso de comer. Comer las croquetas de tu tía, las pizzas calientes que traía tu padre a casa o esas tartas que podías coger todos los trozos que quisieses y no pasaría nada. Lo echo mucho de menos, porque ahora controlo que me tome como mucho tres croquetas, que las pizzas no lleven tantas cosas y que las tartas lleven cero gramos de azúcar. Echo de menos no pensar en engordar o no tener que salir mal en las fotos. Antes podías poner todas las caras extrañas que quisieses, total esa persona las tendría en el móvil y no las subiría nunca a Instagram o a Twitter (porque no tenías cuenta a esa edad). Sí, echo de menos lo de no tener que tener la mejor sonrisa para salir bien o pocos granos en la cara.

Echo de menos la infancia, donde no tenías que despertarte temprano para ir al institituto o donde la única cosa que hacía en el recreo era jugar a polis y cacos. Sí, hay tantas cosas de la infancia que me gustaban.... Ver como cuando llovía, las gotas de mi ventana hacían carreras, hacerme la dormida en el sofá para que me llevarán a mi cama y sobre todo LA POCA VERGUENZA ( de bailar en pública, de preguntar cosas a las personas mayores...)

Echo de menos no tener que preocuparme de mi aspecto o de conocerme, ya que antes de eso se ocupaba tu madre. Ahora nos preocupamos de la ropa, del maquillaje, de si tienes el pelo bien, de cómo vas a la fiesta o de dónde vives, porque si no...!te critican!

Lo que echo muy muy muy en fondo de menos es lo de no pensar en como tienes el culo o las tetas ¿Qué le importa a un niño de ocho años para enamorarse de su compañera si tiene un culo grande y una talla 100 de sujetador? Sí, con esa edad, con tal solo traer galletas oreos a clase la gente ya te ama con locura ( y eso esta científicamente demostrado)

Pero la gran cuestión es ¿Quién no echa de menos a esa persona con arrugas en la frente, que te abrazaba mientras te decía que tu eras su princesita y a la otra persona con un moño blanco que te daba galletas antes de acostarte? Porque yo a esas personas las echo tanto de menos que cogería una escalera para subir al cielo y susurrarles que les quiero.

Sí, llamame ingenua, Timmy, por desear o ser "tan cursi", pero nada me quitará las ganas de seguir haciéndolo. Nunca.