[AU]
Dawson Hale, primer hijo nacido de tres, toma una fuerte y difícil decisión luego de ocasionar lo que él cree es la muerte de sus padres.
Luego de una dura batalla por escapar de una clínica enfocada en crear una nueva especie de lobos, Dawson...
El alfa abrazó al ojimiel por la cintura y lo acercó a su cuerpo tanto como pudo. Sus respiraciones eran pausadas y silenciosas. No podía dejar de verlo, sin importar nada, no pudo apartar la mirada de él hasta que se quedó dormido por el cansancio de la pelea.
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Cuando Twain despertó, lo hizo con la sensación de haber luchado por días enteros, su cuerpo estaba completamente cansado y exhausto, era como si ni siquiera ese cansancio fuera suyo, lo sentía ajeno.
Se removió en la suave cama y apoyó la mejilla contra el pecho de su pareja quien dormía también.
—¿Dawson...? —llamó en un gemido lastimero pero no hubo respuesta por parte del alfa. Enfocó sus oídos en los latidos del mayor y su pecho fue tranquilizándose a medida que los escuchaba, se abrazó más a él y suspiró pesadamente. Tan cómodo. —Tengo hambre —se quejó y abrió los ojos despacio.
Dawson dormía como un tronco, incluso pensándolo bien nunca lo había visto dormir de esa manera. Cruzó por encima y salió de la cama, todo estaba oscuro y su estómago hacía sonidos raros.
No dudó demasiado y salió del cuarto, sabía que seguía en la mansión Hale, sabía que se había desmayado en algún momento durante la pelea pero no recordaba demasiado, lo único que podía decir en ese momento es que estaba cansado y hambriento, tanto que no podía pensar.
Bajó las escaleras despacio, no oía demasiado ruido por lo que dedujo que era bastante tarde en la noche. Fue hasta la cocina y al entrar se encontró con Reed y Stiles comiendo de un bote de helado juntos.
—Lo siento... ¿interrumpo? —pregunta incómodo —Lo siento, pero estoy muerto de hambre —
—Luego de dos días sería extraño que no —murmura Reed bajando del mostrador y yendo hasta la heladera. Twain mira confundido a Stiles y luego se inclina sobre la mesada observando la tarta que el alfa coloca frente a él. —Come —
—Gracias...
Quita dos porciones y comienza a comerlas sin esperar demasiado. —¿Qué... querías decir con dos días? —pregunta mientras es observado fijamente por los otros dos Hale.
—Twain, tú y Dawson durmieron por poco más de dos días —informa el Omega, el beta se atraganta por la sorpresa y se aleja intentando recobrar el aliento. ¿Dos días?
—¿Qué?
—¡Twain! ¡Twain! —
La vos de su alfa retumba toda la mansión, y al beta se le crispan los músculos. Sale casi instintivamente de la cocina y va rumbo a las escaleras donde encuentra al otro a medio bajar.
—¿Qué diablos pasa? —
—¿Dónde estabas?
—¿Cómo que...? ¡En la cocina! ¿Por qué estás gritando de este modo?
