LETAL「OMEGAVERSE」 © (Lazos II)

🐺Parte 4 - Epílogo

Lo que sucede con los deseos del alma, es que ni nosotros mismos sabemos lo que queremos hasta que lo tenemos enfrente. 

Uno no sabe que quiere ESA casa hasta que la ve, o ESE vehículo hasta que lo ve cruzar enfrente. Muchas veces no sabemos qué estamos buscando hasta encontrarlo. 

—"Ni siquiera lo había estado buscando, no a ti, y de pronto eras todo lo que mi corazón deseaba. Te amo como nunca pensé amar a alguien, y voy a amarte en esta vida y en todas las que siguen "—

Twain sonrió desde la puerta de la cocina. Sintió la mano de su esposo colarse en el bolsillo trasero de sus jeans y se recargó levemente en su pecho. 

—¿Cuántas veces lo han visto ya? —susurra el lobo en su oído

—Unas cuatro si mis cálculos no cuadran —dice en respuesta mientras sigue viendose a sí mismo y a Dawson en la pantalla del televisor mientras se colocan sus anillos y dicen sus votos. —¿Qué tal vas con el almuerzo? —

—Estará a tiempo. ¿Vas a despertar a El?—

—Voy en un momento —dice y se queda observando fijamente el televisor, Dawson hace lo mismo abrazándole por detrás. Ven el primer beso como esposos y sonríen. Toda la familia sonríe también mientras ven la grabación de la boda por millonesima vez en el último año. 

El alfa va de vuelta al patio trasero junto a su papá y sus hermanos, y él sube las escaleras despacio yendo a buscar a su pequeño. 

Al abrir la puerta se encuentra con el niño parado en su cuna apretando fuertemente los bordes y mirándole fijamente con sus ojos verdes. 

—¿En qué momento despertaste? Me hubieras avisado...— dice llegando a él y alzándolo en brazos —Hubieras gritado como sueles hacer durante las noches —dice y el niño ríe divertido —Sí, es divertido ¿verdad? Despertar a papá del susto —murmura recogiendo algunos juguetes —Seguro que es divertido para tí —sigue y los deja en un canasto junto a la cuna. 

Al levantar la mirada ve las fotos colgadas en la pared y suspira acariciando una en específico donde Dawson estaba dormido con Elio en brazos, fue en su primera semana de nacido y cuando él aun estaba en el hospital. 

Siguió con la mirada a otra foto de Elio con sus abuelos, otra con Agnes y Reed, y se quedó mirando una donde estaban ellos tres. Su familia. 

—Me hubiera gustado que conocieras a mi mamá —murmuró por lo bajo rozando una fotografía de ella, la única que conservaba aún. —Ella te hubiera amado, hubieras sido su preferido —le cuenta y sonríe con tristeza —Y solo ibas a querer dormir en sus brazos, eran cómodos y ahí sentías que nada malo podía pasarte —

—Baba...— balbucea Elio y Twain sonríe asintiendo. 

—Tienes razón —dice y le da un beso ruidoso en la mejilla, cosa que hizo reir al más pequeño —Bien, vamos a cambiarte el pañal y luego a comer algo porque papá está preparando un delicioso almuerzo para nosotros, y vendrán tus tíos y amigos de papá que quieren verte, y te traerán regalos y muchos juguetes —

Lo acuesta despacio y le quita el enterizo y luego el pañal, lo cambia por uno nuevo luego de asearlo y lo viste de vuelta. 

—¡Amor, llegaron visitas! —llama el alfa desde la planta baja. Twain toma en brazos al bebé y sale del cuarto a reunirse con ellos. 

Al pie de las escaleras los espera Deucalion con un oso de peluche. 

—No creí que vendrías —admite el beta parándose enfrente 

—¿Y perderme el primer cumpleaños de este campeón? —inquiere ofendido —Ni un millón de lobos podrían impedirlo —sonríe y levanta ambas manos al aire, Elio le mira unos segundos y luego se inclina al frente accediendo a ir con él. El beta sonríe y toma el peluche llevándolo consigo. 

—¿Cómo has estado? No supimos nada desde que dejaste las montañas, ¿Estás utilizando el pase para vivir en la comunicad? —pregunta curioso

—En realidad estoy molestando a Derek para que me deje unir a la Academia, no puedo estar quieto mucho tiempo y aun no es tiempo de retirarme a alguna granja y disfrutar de mis últimos días —explica, Twain le da un golpe en el hombro mientras salen al patio junto al resto.

—Deucalion —saluda Peter con el mentón en alto

—Peter Hale —dice el otro sosteniendo a Elio con seguridad. 

Stiles se interpone entre ambos y toma al niño con cuidado llevándoselo. 

—¿Será así cada vez que se vean? —pregunta fastidiado sentándose al lado de Derek. Este se encoge de hombros y le pasa un poco de papilla de banana a Elio. —¿Twain tienes hambre? Podemos hacernos cargo mientras comes algo —ofrece, este asiente y camina en dirección a su esposo. 

—¿Qué tienes para mi? —pregunta curioso

—Lo que desees —

—¿Ah si? ¿Frente a toda la familia? —dice sorprendido. Dawson carcajea y voltea abrazándole por el cuello y besándole fuertemente

—Podemos echarlos a todos y dejar mis papás se hagan cargo de Elio —propone, el beta le da un golpe en las costillas y lo aleja —Era broma, aunque... —Twain vuelve a golpearle indignado

—Dame un trozo de carne ya— pide y el mayor se lo da y luego pide un beso a cambio. 

Unas horas mas tarde con Elio dormido en su pecho y el resto de la familia hablando y riendo, comprendió que de eso se trataba todo. Había llegado a ese punto donde una reunión familiar, con su hijo durmiendo en su pecho y su esposo riendo a su lado, era suficiente. 

En ese simple y poderoso momento entendió que todo se reduce a esos momentos. Momentos que muchos no pueden disfrutar, y otros no disfrutan lo suficiente.

Mirando a su esposo entendió que el amor puede cambiar vidas. Mirando la familia Hale entendió que a pesar de las circunstancias al final del día la familia es lo único que nos mantiene de pie. Al mirar a su hijo dormir en paz, entendió la importancia de las primera veces, de las primeras miradas, de las primeras risas. 

Y al verse a sí mismo sentado entre ellos, entendió el significado de las cicatrices, de esas que nadie ve, de esas que quedan luego de una discusión o de la pérdida. Entendió que son suyas y de nadie más, que nadie las entendería mejor que él porque son las que lo llevaron hasta ahí. Al asiento reclinable en el patio trasero de su casa, con su hijo durmiendo en su pecho y su esposo riendo a su lado.