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ENTRE LÁGRIMAS
Y MENTIRAS
━━━━━━━━━TODO EN MI HABITACIÓN eran lágrimas y pañuelos desechables arrugados, esparcidos como un campo de batalla. Las semanas habían pasado desde aquel momento en el baño, pero la escena seguía clavada en mi cabeza como un puñal que no podía sacar.
No volví a aparecer en clase después de eso. Era como si me hubiera evaporado del mundo, y en cierto modo, me sentía así. Todos parecían odiarme, o al menos eso era lo que mi mente repetía una y otra vez.
Mi teléfono estaba lleno de mensajes de amigos, preocupados por mi desaparición tan repentina. Sin embargo, no podía enfrentarlos, no podía siquiera enfrentarme a mí misma.
Ricky había venido a casa varios días, tocando la puerta, esperando verme, pero ni siquiera podía levantarme de la cama. Estaba atrapada en un bucle sin fin: me despertaba, iba al baño, lloraba y volvía a la cama. El simple acto de existir me resultaba agotador.
Hasta tuve que cubrir el espejo de mi habitación con una gran sábana, porque cada vez que me veía reflejada sentía un desprecio tan profundo hacia mí misma que me asfixiaba.
— Kiara, hice tu comida favorita. Pollo al horno con patatas —dijo mi padre desde el otro lado de la puerta.
— No tengo hambre, papá —respondí con la voz rota, incapaz de reunir fuerzas para otra cosa.
— Hija, llevas días sin comer... No quiero que te enfermes otra vez —insistió, su voz cargada de preocupación.
— ¡Que no quiero! —grité, levantándome de golpe para cerrar la puerta con pestillo—. ¡Déjame sola!
Me giré hacia el espejo cubierto y, como si un impulso autodestructivo me dominara, aparté la sábana para verme. Lo que vi no me gustó en absoluto. Era horrible. No, yo era horrible. El reflejo que me devolvía el espejo era el de alguien rota, hundida, sin vida.
— Dios... debería bajar al menos diez kilos si quiero tener el físico que tiene ella —murmuré, sintiendo que la desesperanza crecía dentro de mí—. Quizá así le guste a Ricky. Quizá entonces me quiera de verdad.
Agarré mi móvil, el brillo de la pantalla me cegó por un segundo. Había decenas de mensajes de Ricky, todos preguntando lo mismo: **"¿Estás bien? ¿Por qué no vienes a clase? ¿Cuándo vas a volver?"** Pero él había dejado de insistir después de un tiempo, y ya no me enviaba nada. Al deslizar las historias de Instagram, vi algo que me hizo encogerme: **Nini había dejado la escuela.**
Ella se fue, pero yo sabía perfectamente a dónde iría. **Estaba con él.** El pensamiento se hundió en mi pecho como una piedra en un lago oscuro y profundo.
— ¿Qué me está pasando? —susurré, perdiéndome en mi propia confusión y dolor.
El sonido de una llave girando en la cerradura de la ventana me sobresaltó. Solo había dos personas que tenían la llave de esa ventana: E.J. y yo.
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SKATE 2: LUNA || 𝗥𝗜𝗖𝗞𝗬 𝗕𝗢𝗪𝗘𝗡
Hayran Kurgu¿𝐘 𝐬𝐢 𝐥𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐧𝐨 𝐭𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐛𝐚 𝐞𝐧 𝐚𝐪𝐮𝐞𝐥 𝐦𝐮𝐬𝐢𝐜𝐚𝐥? 𝐑𝐢𝐜𝐤𝐲 𝐁𝐨𝐰𝐞𝐧 𝐲 ______ 𝐆𝐫𝐞𝐠𝐠 𝐞𝐦𝐩𝐢𝐞𝐳𝐚𝐧 𝐬𝐮 𝐫𝐞𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐩𝐮́𝐛𝐥𝐢𝐜𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐢𝐧𝐬𝐭𝐢𝐭𝐮𝐭𝐨, 𝐥𝐨𝐬 𝐜...