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YeoSang no supo en qué momento de su vida se convirtió en uno de los hackers potencialmente más peligroso del mundo.
Recordaba haber vivido una infancia y pre adolescencia completamente normal, sus padres le habían dado una vida llena de amor y comodidad, en donde no podía quejarse en lo absoluto y les agradecía profundamente.

Fue en su etapa adolescente, que un inexplicable amor por las computadoras y tecnología había comenzado a crecer en él, desencadenando una terrible pasión por la informática y todo lo relacionado a ella.
A sus dieciséis años de edad, incluso pudo aprender lo suficiente por su cuenta como para comenzar a trabajar en su campo, sin síquiera haber obtenido algún título universitario.
Cuando su graduación de secundaria llegó, sus padres habían ahorrado lo suficiente como para poder pagar la colegiatura en una universidad cercana a su ciudad, para al fin comenzar su vida adulta haciendo lo que más le apasionaba y emocionaba en la vida.
Se veía así mismo trabajando en alguna empresa de video juegos o algo del estilo. Sus esperanzas aumentaban día tras día ante aquellas imágenes fantasiosas que su mente creaba.

Fue toda una lástima cuando la empresa de su padre quebró por completo, provocando que su familia cayese inevitablemente a la bancarrota, imposibilitando que sus estudios pudiesen ser costeados.

Cuando sus sueños fueron destrozados terriblemente por la trágica realidad que vivía, y su vida parecía haber terminado antes de sí quiera empezar; las esperanzas volvieron a él cuando se animó así mismo a conseguir el dinero necesario para avanzar con su vida.

Pero nuevamente la triste realidad volvía a golpearlo con fuerza cuando su salario de mesero apenas sí podía costear los almuerzos en su hogar.

Fue entonces que en una noche solitaria y deprimida, tomó su laptop y en una batalla moral consigo mismo; se decidió por infiltrarse en el banco de su ciudad y vaciar las cuentas bancarias que ahí se resguardaban.

Su robo fue tan limpio, que incluso al día de hoy, cuatro años después, Corea del Sur aún seguía investigando el misterio de los tres mil dólares que habían desaparecido sin dejar rastro alguno.
Fue entonces que el seudónimo de "YS" surgió, extendiéndose primeramente por el bajo mundo cibernético, hasta incluso llegar a oídos de la policía nacional e internacional.
Fue tanta su fama, que incluso treinta países comenzaron a buscar su cabeza.

Sin realmente querer, YeoSang había convertido su momento de derrota en un momento de gloria.

Sus padres jamás supieron realmente cómo su hijo había conseguido tanto dinero en tan poco tiempo; pero se conformaron con la mentira piadosa que YeoSang se había encargado de hacerlo sentir real, siendo la de haber encontrado empleo en una importante empresa debido a su talento nato en la informática.

Al principio, la amargura de saber que hacía algo malo lo carcomía por dentro, pero poco a poco aquel malestar se vió apaciguado cuando se encontró así mismo disfrutando de la adrenalina que saber que hacer algo incorrecto le provocaba.

"Lo hago por mi familia" se decía así mismo cuando buscaba una excusa para justificar sus actos en noches de desvelo, pero incluso él sabía que aquello no era del todo cierto.

Supo que su vida sería siempre la de un criminal cuando una agencia secreta de mercenarios profesionales se presentó ante él ofreciendo una cantidad exagerada de dinero–y muchos otros beneficios– si accedía trabajar para ellos.
Al principio dudó y se mantuvo algo reacio, después de todo alguien había logrado localizarlo sin problema alguno. Y no solo alguien, sino una agencia repleta de asesinos profesionales y entrenados que podrían matar sin dejar rastro alguno a un debilucho como él.

Pero una vez más, la adrenalina recorrió todo su cuerpo, llevándolo a aceptar la propuesta sin mirar hacia atrás.

Fue entonces que su fama y reputación aumentó aún más, llevándolo a que más de cincuenta países buscasen su paradero. Todos conocían el seudónimo de YS y de lo que él joven hacker era capaz.

Rata informática »JongSang«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora