10

1.3K 180 126
                                    


Observé de forma divertida al pequeño pelirrojo que se encontraba a un paso de explotar de ira. Su ceño fruncido, sus manos hechas dos puños, una pose de ataque que conocía, era como ver un animal intentando defender su territorio, normalmente buscaría molestarlo mas, hasta que explotase, pero no lo hice, solo me quede quieto, considerando mis opciones.

Molestarlo sonaba bastante bien, luego podría hacer algunas acciones que terminen por hacerlo relajar nuevamente.

- Ven, Chuya, no seas tímido, recuéstate – dije mientras me acomodaba aun mejor sobre su cama

- Te dije que no dormirías en mi cama – recalcó de vuelta

- Vamos, Chuya – intenté convencerlo una vez mas, sin embargo, él mantenía su misma expresión, solté un suspiro en respuesta y me puse en pie, eso terminó por borrar esa expresión en su rostro y reemplazarla con sorpresa – bien – accedí

- ¿bien? – me preguntó

- Iré a dormir al sofá – dije, la verdad es que dormir en el sofá me tenia sin preocupación había dormido en lugares mucho peores, el sofá de Chuya no estaba ni cerca de ser incomodo

Pasé por el lado de Chuya, pero antes de alejarme, me acerqué a él y me incliné un poco, demasiado cerca, podía sentir su respiración mezclarse con la mía, los ojos de Chuya se encontraban mirándome fijamente, se quedó quieto, como si esperase a que continuase con mis movimientos, que terminase con ello.

Note como inclinaba un poco su rostro y entreabría un poco sus labios, realmente él esperaba que lo besase, y eso a mi también me tenía sorprendido.

Claro que terminé por besarlo, pero no en sus labios, en su frente, de una forma cariñosa que me hacia sentir incluso extraño, y es que yo no era una persona que hiciese ese tipo de gestos, no con Chuya, mas bien, con nadie.

Me alejé de forma lenta, aunque en mi interior desease huir de forma rápida al sillón y pensar sobre mis acciones sobre las próximas dos horas, eso y regañarme a mi mismo por no poder controlarme.

"morirás de igual forma, te controles o no" me recordaba a mi mismo.

- Buenas noches, Chuya – dije, entonces me apresuré a intentar alejarme

Pero no contaba con que Chuya evitase mis movimientos, jalándome de la ropa con poca delicadeza, yo apenas me había quitado mi ropa usual para usar algo mas cómodo para dormir, simplemente unos pantalones y camiseta algo holgadas y de color negro.

- Metete en la maldita cama – dijo a regañadientes, me dio la espalda y caminó hacia la cama, comenzando a abrir las sabanas

- Pero que poco romántico eres – dije de forma burlesca, una almohada terminó por estampar en mi cara y hacerme callar

Claramente volví a la cama de Chuya, sin siquiera haberme preparado mentalmente para ello, nunca habíamos dormido juntos, desmayarse de cansancio o terminar por ser noqueado en combate no contaba claramente como "dormir juntos".

"no estoy preparado para esto" pensé mientras me recostaba y evitaba observar a Chuya, sabía que si lo veía terminaría por desear realmente besarlo y estando en una cama no quería dejar a mi mente ser aun mas creativa al respecto.

"solo duérmete, duérmete" me pedí. Pero claramente mi cerebro se encontraba mas activo de lo que había estado en mas de dos semanas. Maldije en voz baja y me removí sobre la cama, era bastante cómodo, demasiado en realidad, Chuya no se movía, desde que me había recostado que no había girado sobre mi para observarlo en ningún momento.

Déjalo FlorecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora