CAPÍTULO 5

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CAPITULO EDITADO

Alejo

Una semana más tarde...

Ha pasado una semana desde que los niños Villanueva saben toda la verdad. Ninguno de ellos ha aparecido y agradezco eso.

Por otro lado, Henry ha estado raro y espero que no sea lo que estoy pensando porque estará en graves problemas. Me está ocultando algo y necesito saber que es.

Por otra parte, la construcción del bar está avanzando muy rápido y esa es una de las grandes ventajas que tenemos porque podemos hacer funcionarlo.

Escucho pasos apresurados por los pasillos del hotel, no tengo idea de lo que sucede, decido no salir por precaución, uno de los hermanos de Aracely entra agitada, me aproximo a ella.

Sabe que no debe hacer mucho esfuerzo.

— ¿Estas bien? ¿Qué sucede? — interrogo con preocupación. Ella me observa enojada.

— Deben irse de aquí ahora mismo — afirma con un tono serio.

— ¿Por qué? - pregunto confundido.

— La policía está afuera haciendo pregunta sobre ustedes — confiesa y nos miramos con mi amigo, apresurados ponemos todas nuestras cosas en nuestro maletín.

¿Cómo supieron donde estábamos? Nadie sabía de nuestro paradero. Me percato que Henry está nervioso y me pellizco la nariz con los dedos.

— Dime Henry ¿Cómo supieron nuestra ubicación? ¿Tuviste algo que ver con esto? — cuestiono y Henry me mira apenado, bufo cruzando mis brazos.

No lo puedo creer ¿en qué estaba pensando al confiar en este hombre?

— ¿A quién llamaste, Henry? — cuestiono furioso y apretando los dientes.

— Mi mamá, necesitaba saber cómo estaba mi pequeño y mi esposa, Alejo — se excusa mintiéndome descaradamente.

¿Qué carajos? Eso no es una buena excusa.

— Sabías que estamos siendo buscados. Por lo menos, tenías que llamarlos en los teléfonos deséchales, imbécil — gruño enojado, se queda callado, sin decir una palabra porque sabía que lo voy a matar.

Nos quedamos en un silencio tenso, las sirenas de la policía se escuchan cada vez más cerca, rasco mi nuca porque no hay más nada que hacer, años estando prófugo, creo que es hora de que me rinda.

— ¿Qué haremos, jefe? — pregunta desesperado Henry, ruedo los ojos.

Ahora si está desesperado.

— Entregarnos, lo que lo único podemos hacer, estoy cansado de huir y de los planes que hacemos, no resultan para nada — confieso y me mira como si yo estuviera loco.

— Jefe ¿Estás seguro? — murmura en un tono bajo.

— Sabias de las consecuencias, Henry y aun así hiciste eso. Ya no tiene caso — digo rendido y encogiéndome los hombros.

Espero que este plan funcione a la perfección porque estaré muerto dentro de poco. Espero que el plan de Leo se ponga en marcha muy pronto porque la ansiedad y el nerviosismo que tengo ahora, es muy insoportable.

— Queremos ir contigo, Leo — dice uno de los hermanos de Aracely, lo miro con horror y niego con la cabeza.

No quiero que los hermanos Villanueva se vean involucrados o sean cómplices en esto.

— Tu hermana necesita de ustedes, mocosos. Tienen que cuidarla ¿Se recuerdan? Váyanse de aquí ahora mismo — ordeno y suspiran bajando la cabeza, patean la puerta del hotel, observo a Henry, es hora de actuar.

— Necesito que se escondan y tapen sus ojos, no quiero que tengan un trau.. — mi oración es interrumpida al escuchar y observar que un policía está detrás de Henry, apuntando su cabeza.

— Deja a estos niños y pongan las manos en la nuca, ahora — ordena con un tono seco y fuerte.

Obedezco, un oficial me esposa las manos igual que a mi amigo estoy tranquilo porque ahora sé que estaré y pondré a salvo a la familia Villanueva, es hora de volver con mi familia y buscar las pruebas necesarias para sacar a mi padre de mi puesto.

— Muchas gracias por todo, Aracely — murmuro antes de salir por la puerta. 

El Príncipe de la Mafia (#3 P.M)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora