CAPÍTULO 14

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CAPITULO EDITADO

Alejo

Yo estoy haciendo una promesa a Aracely para que pueda darle una oportunidad a su padre, es realmente, absurdo. Jamás en mi existencia pensé que yo el príncipe de la mafia tendría que pasar por esto.

tener que hacer una charla sobre el perdón cuando yo tengo rencor hacia mi padre, tampoco me imaginé que le abrazaría a una mujer.

— Gracias por las palabras, Alejo — dice Aracely con una voz débil haciéndome sacarme de mis pensamientos.

— Un placer ayudarte — contesto con una sonrisa. Acomodo su cabello lo cual hace que se sonroje sus mejillas. Ella se separa de mí, me sonríe y se da la vuelta para irse.

— Así que te gusta tu protegida o la hija de Orson ¿Quién lo diría? — habla Mijaíl con un tono de burla y León comienza a reírse, ruedo los ojos por lo infantiles que pueden ser los dos.

— ¿No tenemos cosas que hacer? — pregunto irritado.

— Si tenemos, pero tú tienes que irte a la casa de papá, Alejo. Tenemos que saber dónde fue la última vez que rastrearon a los pequeños — dice León con los brazos cruzados, miro a los dos ofendido.

— ¿Porque tengo que yo? — pregunto quejándome, encoge los hombros.

— Recuerda, Alejo. La promesa que hiciste a tu querida Ara — dice con burla Mijaíl, aprieto mis dientes y mis puños.

Pensé que ellos no habían escuchado nada.

— Los Romanov, no rompemos promesas, hermano — dice mi hermano mayor, suspiro frustrado.

— Iré — accedo entre dientes y con una sonrisa forzada, me doy vuelta, me encamino hacia la salida.

— Mucha suerte — gritan mis hermanos riéndose de mí, ruedo los ojos. Sin mirar o saludar a nadie, me voy hasta la entrada de la casa.

Espero que esto no me haga perder la cabeza.

Minutos más tarde...

Estoy fuera de la casa de mi papá, estoy pensando si realmente vale la pena perdonarle por todo lo que me hizo. Salgo del auto, acomodo mi traje y camino hasta la entrada, los guardaespaldas de mi padre enseguida me reconocen y me dejan pasar hasta que llega la mano derecha de él.

— Necesito verlo — es lo único que digo con un tono serio y asiente varias veces. Subimos a la habitación, entramos y observo que mi querido padre está leyendo un libro el cual cierra al verme.

— ¿Sigues postrado en la cama? - pregunto mientras me acerco, el bufa y rueda los ojos. Me siento en la silla que este cerca de su cama.

— Cómo la mierda que si — contesta con un tono enojado, asiento con la cabeza. Los nos quedamos en silencio por unos minutos.

— ¿A qué se debe tu visita? — pregunta con interés.

Esto es muy difícil. Lo siento, Aracely, no podré cumplir mi promesa.

— No me acuerdo, mejor me retiro — miento al instante y me levanto de la silla.

— Espera, hijo. Alejo, quiero pedirte perdón por el pasado, por todo lo que te hice — confiesa y trago saliva.

— Yo...- me callo, me rasco la nuca y suspiro, miro hacia otro lado luego a él.

— Te perdono — murmuro por lo bajo para que él no me escuche, pero me observa confundido y asombrado a la vez.

— ¿Que? — pregunta.

— Te perdono papá — repito, una sonrisa aparece en su rostro, me hace una seña para que le abrace, pero me niego rotundamente.

— No abuses — gruño, se borra la sonrisa del su rostro y niega con diversión la cabeza.

¿De qué me estaba olvidando? Mis hermanastros.

— Necesitamos fotos de mis hermanastros también vine por eso, no puedo irme sin las fotos — explico y asiente.

— ¿Sirve de bebés? — pregunta y niego varias veces, el agarra la billetera en su mano, saca dos fotos y me entrega.

— André es igualito a ti y Thomas es igualito a tu hermano, Léon cuando eran unos pendejos — menciona.

— Que sabes, ¿qué información tienes de ellos? — interrogo y suspira, mira hacia otro lado.

— No me digas que tengo una hermana menor porque me muero — expreso mientras me levanto del sofá, él está en silencio luego me mira.

— ¿Qué papá? Dime de una buena vez — hablo desesperado.

— En realidad, no sé si es mi hija no es la responsable de esto, la menor está aquí conmigo — aclara levantado una ceja. Le observo.

— ¿Cómo que no sabes? ¿Cuántos putos años tiene? — cuestiono irritado e impaciente.

— Cinco años, no sé porque su madre le abandonó en mi puerta hace un año — confiesa, abro los ojos con asombro.

— Quiero verla — hablo antes de que conteste, se escucha unos pequeños pasos que vienen corriendo hasta acá y abre la puerta.

— Papá — chilla con alegría, me doy la vuelta, miro a la pequeña que se acerca a la cama, trata de subirse y lo logra, abraza a mi padre quien la besa en la frente.

— ¿Quién es el? — pregunta con curiosidad.

— Tu hermano — confiesa y abre sus ojos asombrada.

— Mi nombre es Mariom ¿y el tuyo? — pregunta con curiosidad.

— Alejo — respondo con una tierna sonrisa.

— Anda a jugar, cariño, Papá tiene que hablar con el, te llamo luego ¿De acuerdo? — dice y asiente varias veces.

— Le haces llorar a mi papá y te pego — me amenaza y abro mis ojos asombrados.

Que carácter tiene esta niña

— Tiene sangre Romanov — dice orgulloso de su pequeña quien sale por la puerta.

— ¿Cuántos hijos? — pregunto de la nada.

— Solo son ustedes — responde rodando los ojos. Me levanto de la silla porque ya cumplí con mi promesa con Aracely.

— ¿Dónde vas? — pregunta mi papá.

— Tengo que ir a trabajar, unos niños que encontrar también ¿Te acuerdas? — pregunto y asiente varias veces.

Una hora más tarde...

Llegué a la casa, los socios de mis hermanos están con ellos en la oficina hasta ahora no encontré a Aracely y sus hermanos ¿Dónde estarán?

— Ella salió, no pudo perdonar a su papá — dice León leyendo mis pensamientos, bufo y cruzo los brazos.

— Me siento estafado y ofendido — hablo entre dientes y enojado a la vez.

— Ella recién se entera de algo importante, Alejo. No puede perdonar enseguida — explica Mijaíl.

— No le presiones ¿De acuerdo? Ten paciencia — dice León y asiento, suspiro.

¿Por qué yo perdone a mi papá y ella quiere tiempo? Es absurdo, aunque también la comprendo o eso creo.

El Príncipe de la Mafia (#3 P.M)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora