CAPÍTULO 22

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CAPITULO EDITADO

Aracely

Me quedé tranquila al ver que Alejo salió de su oficina para celebrar con nosotros su cumpleaños. Los socios y hombres de mi novio estaban presentes, hizo una mueca, pero mi mira de advertencia hizo que no protestara.

¿Porque no le gusta estar con personas que son importantes para él? Observo que Alejo comienza a saludar a todos y al último se pone a mi lado, él tiene una sonrisa en su rostro y me mira.

— ¿Qué pasa, porque me miras así? — pregunto nerviosa.

— Cuando termine todo este problema quiero que te cases conmigo — confiesa con una sonrisa, abro mis ojos asombrada.

— ¿Que? ¿No crees que es muy rápido? — interrogo con intriga, me pongo frente a él, pongo mi mano en su mejilla y suspira.

— Alejo no llevamos ni dos semanas en ser novios. Debemos esperar más ¿No crees? — hablo con un tono suave, el agarra mi mano y asiente.

— Creo que tienes razón — dice con una sonrisa, me da un beso en los labios, abrazo a Alejo.

— Te tengo una sorpresa en la noche — susurro en su oído con una voz pícara y muerdo mis labios al separarme de él.

— ¿Mi regalo de cumpleaños? — pregunta y asiento varias veces.

— No creo poder aguantar la espera — admite y encojo los hombros.

— Creo que deberás hacerlo porque vienen más invitados — hablo y señalo la puerta.

— ¿No era solo nosotros y mis amigos? — cuestiona confundido.

— Tus hermanos tenían el trabajo de invitar a las personas — me excuso y suspira, pellizca su nariz luego sonríe.

— Espero que sea la noche y acabar esto de una vez — dice mirándome, rasca su nuca nervioso.

Se que no le gusta las personas como sus hermanos, me pregunto ¿Porque a los hombres Romanov no le gusta estar rodeados de personas? Eso nunca voy a entender.

Horas más tarde....

La fiesta había acabado rápido, se notaba que Alejo no le gusta que festejen su cumpleaños y por mí hizo lo posible para estar con los invitados. La sonrisa forzada en su rostro no se podía ocultar para nada.

Él estuvo por mi forzadamente en su fiesta y se merecía un premio por eso.

Los dos estamos en mi habitación, acostados mirando el techo. Era de noche y los nervios se hicieron presentes.

— ¿Qué te pasa? — pregunta confundido mirándome con atención.

— ¿Quieres todavía tu regalo? — cuestiono mordiéndome los labios, me aproximo a Alejo.

— Cuál es mi rega...— corto su pregunta y beso sus labios para que se quede callado.

— Espérame aquí, Señor Romanov — hablo y me levanto de la cama, me voy hasta el baño, me quito todas mis prendas de vestir y suspiro al verme en el espejo con el conjunto de ropa interior que me compré esta semana, hago una pose antes de salir del baño, pongo una música sensual para poder bailarle a mi novio quien sigue esperando en la cama, sigo poco a poco saliendo del baño con el baile sensual.

— Cariño ¿Dónde compraste eso, me quieres volver loco? — pregunta, pero lo ignoro completamente, sigo haciendo mi danza hasta llegar hasta él y arrodillarme.

— Nunca había conocido está faceta tuya, Ara — dice coqueto y sonrío.

— Algunas no conoces de mi cariño — respondo y le dejo sin respiración alguna, abro el cierre de su pantalón y lo dejo en ropa interior, me levanto del suelo en forma sensual, me siento sobre él y siento que su bulto lo cual hace que lancemos unos gemidos, se ha puesto duro.

— Cariño ¿Estás segura de esto? — pregunta mi novio y asiento varias veces mientras hago mi baile, impaciente por mis movimientos, el baja su ropa interior igual hace con el mío, me observa como si fuera a pedir permiso y asiento para que entre en mí.

— Carajo — maldice y me empieza a embestir lentamente, los gemidos se hacen presentes en la habitación.

— Alejo — gimo su nombre, se da cuenta de lo que quiero y embiste más rápido.

— Carajo — maldice nuevamente, minutos más tarde, se corre dentro mío. Mi novio me alza agarrando mis nalgas, camina pocos centímetros y me deja en la cama.

— Esto no acá aún querida, la noche sobra para nosotros — dice besándome y poniéndose encima mío.

En la madrugada...

La noche fue increíble con Alejo, el hombre es maravilloso en todos los sentidos.

Tengo ganas de tomar un vaso de agua así que salgo de su agarre sin que se despierte, me pongo mi bata y me encamino la cocina, pero me detengo al escuchar varias voces de hombres en el lugar, me voy a la habitación para despertar a Alejo, pero uno de los hombres se da cuenta de mi presencia.

— Miren nada más a quien tenemos aquí, la mujer del jefe — dice en burla. Me mantengo callada, solo ignoro al hombre y camino despacio hacia las escaleras de nuevo, pero el hombre me agarra de mi brazo con fuerza.

— Jugamos cariño — habla coqueto mientras que lame sus labios.

— Déjala en paz, el jefe nos matará y lo sabes — habla otro de ellos.

— No le tengo mie... — el hombre se da cuenta de que alguien está atrás de nosotros con una pistola, pone su mano en el hombro del hombre quien traga saliva.

¿No era que no tenía miedo?

— Ella es la princesa de la mafia ¿Enserio creerían que yo estaría dormido? — habla, Alejo me mira hace una seña para que no vea lo que va a suceder. Escucho disparos por todo el lugar.

— Puedes abrirlos cariño — habla y trago saliva al ver al hombre que me tenía agarrado estaba en el suelo.

— ¿Están muertos? — es lo único que pregunto y asiente.

— Solo quería tomar un poco de agua — explico con una voz entrecortada.

— Lo sé. Ellos fueron los hombres que te entregaron la caja ¿Sabes? — dice y abro los ojos asombrada con horror.

¿Por qué harían eso?

— Nadie es tan tonto como para traicionar a su jefe, solo los nuevos lo harían. El clan Méndez, no existe en realidad, solo fue una tapadera para que los dos se salgan con la suya. Mis hermanos estuvieron investigando a los dos sujetos. Todo se resolvió, ahora ven aquí y vamos a tomar un vaso de agua — declara tranquilo.

— Pero no tiene sentido nada — hablo.

— Te contaré todo mañana ¿De acuerdo? — dice y asiento varias veces.

El clan Méndez no existe. La caja solo fue algo para asustarme. Eso es algo absurdo y una mala broma por parte de esos dos hombres. Según mi novio, todo a acabado y eso espero porque quiero estar en paz con Alejo y nuestra familia.

El Príncipe de la Mafia (#3 P.M)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora