Capítulo 23: La otra izquierda

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Darren

Miro la radiante sonrisa de la preciosa chica que está delante de mí y mi pecho se hincha, no puedo creer que en realidad sea mi novia y que me haya permito tener su confianza. Beverly se percata de que la estoy mirando y me mira un poco tímida.

—Entonces ¿Qué hacemos aquí? - me pregunta y yo le sonrío.

La he traído al mismo sitio a donde salimos aquel fin de semana luego de conocernos, estamos sentados uno junto al otro con la espalda recostada de uno de los árboles del claro en la montaña, he traído una carpa que le he pedido prestada a Benjamin y varias cosas de campismo. Beverly me había mencionado que su tío había salido de la ciudad y que tenía el fin de semana libre, por lo que he aprovechado para improvisar un campamento. Además, tengo que hablar con ella en cuanto a la visita a su padre que le hice esta mañana.

— Hoy, señorita, acamparemos aquí - le digo sonriente y ella me mira como si estuviese loco, a lo que yo río.

— Déjame hacerte una pregunta muy en serio - dice realmente sería y logra que me inquieta un poco - ¿Acaso haz perdido la cabeza? - pregunta y veo un brillo de diversión en sus ojos. Por mi parte me hago el tonto y llevando mis manos por encima de mis hombros, toco una y otra vez distintas partes de mi cara y cabello.

—mmmm, creo que sigue en el mismo sitio, de hecho - aseguro y finalmente ella ríe.

— Muchas gracias Darren - dice antes de acercarse y darme un pequeño beso en los labios, a lo largo de estos dos meses que ya llevamos de relación Beverly se ha permitido ser más abierta y espontánea conmigo, dejándome ver la chica que realmente es, y perdiendo la pena conmigo en muchas cosas.

—Sabes que hago todo por tí pequeño ángel - le digo sincero y tomando su mano, la llevo a mis labios y la beso. - menos armar la carpa, eso te toca a ti - aseguro y ella se queja y hace pucheros - vale, entonces hagámoslo juntos - me levanto y le tiendo la mano para ayudarla a levantarse.

Saco la carpa de su estuche y por el momento son solo varillas, y tela sin forma, Beverly comienza a extender la tela sobre el suelo mientras yo acomodo las varillas. Hacemos todo el proceso, de armado, metiendo las varillas por los canales correspondientes, pero al momento de terminar de armarla, esta no consigue agarrar la forma que necesitamos.

—Levanta el lado izquierdo y colócalo en el piso - me dice Beverly entre risas al ver que no podemos armarla y yo río junto a ella sintiéndome un poco avergonzado mientras hago lo que me manda. - esa no Darren, ¡la otra izquierda! - me grita y yo estallo en carcajadas.

— Hay una sola izquierda pequeña - digo y la veo fruncir el ceño.

— Tu izquierda, no es mi misma izquierda porque estamos invertidos - trata de explicar sonriendo y yo asiento dejando de reír.

— Pero eso no quita el echo de que solo existe una izquierda - digo levantando esta vez el lado correcto y finalmente logramos poner en pie la carpa.

—¡Te dije que era levantando la otra izquierda! - exclama Beverly haciéndome reír, antes de dar la vuelta para ubicar la puerta de la carpa y tirar del cierre para entrar.

Yo por mi parte tomo del piso las estacas de metal y la fijo en sus respectivas argollas a cada extremo de la carpa para que está no vaya a salir volando por la brisa en medio de la noche. Falta ponerle la lona protectora de el techo para no mojarnos en caso de lluvia, pero creo que por el momento lo dejaremos así,no parece que vaya a llover, y gracias a qué el techo de la carpa es de material antimosquitos casi transparente, hay una vista preciosa del cielo.

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