Puedes confiar en mí

capítulo 39

Beverly

— Nada de esto hubiese sucedido si no te hubieses metido conmigo, perra - escucho el grito ensordecedor de la voz que, para mi desgracia, tan bien reconozco.

Miro a mi alrededor y no logro ver nada, el pánico se apodera de mí cuando el olor ferroso de la sangre penetra en mis fosas nasales; pero solo hay oscuridad.

— Pagarás por todo lo que me haces, eres una malagradecida - sigo escuchando su voz por todas partes - ¿No te era suficiente? tenías techo, tenías un auto bonito, una ida de lujos, y me tenías a mi - sisea y yo tiemblo.

— Eso no era una vida - susurro para mí, mientras siento cómo las lágrimas corren por mis mejillas.

— Era lo que te merecías perra - escucho el grito, y mis ojos se ciegan por una repentina luz que inunda mi alrededor - ahora me haz obligado a hacer esto, y no pararé hasta acabar con todos - sigue diciendo y cuando mis ojos se adaptan a la nueva luz, un grito se escapa de mis labios al momento en que salgo corriendo.

Lo veo a él, pero en estos momentos él realmente no me importa, solo puedo mirar los dos cuerpos que están en el suelo a sus pies, y el charco de sangre que los rodea.

— Uno a uno zorra - dice cínicamente cuando caigo de rodillas junto a los cuerpos sin vida de mi padre y de Darren.

— ¡NO! - grito llorando, siento sacudidas en mi cuerpo además de los espasmos producidos por el llanto.

— Hey, todo está bien - escucho la voz de Darren tratando de calmarme y siennto un poco de alivio en mi pecho; está aquí, está bien, está vivo. - Abre los ojos pequeña - me susurra mientras sus brazos me cubren - no es real, solo fue una pesadilla - continúa hablando para tratar de calmarme - respira profundo, todo va a ir bien - besa mi cabeza  yo finalmente abro los ojos.

Observo la habitación a mi alrededor bañada por la luz de el día, los brazos de Darren a mi alrededor cubriéndome, y su corazón latiendo en su pecho contra mi oido. Él está aquí, está a salvo.

— Nunca me perdonaría si te pasa algo - digo en un susurro antes de abrazarlo fuertemente.

las lágrimas aún corren por mis mejillas, aún con la pesadilla presente en mi mente.

— No me pasará nada - asegura y un escalofrío recorre mi cuerpo; no estoy segura de que eso sea totalmente cierto.

Permanecemos un rato en slencio, abrazados en el silencio de la habitación, trato de calmar mi respiración y poco a poco las lágrimas desaparecen, pero el miedo sigue allí.

— Vallamos a ver a tu padre - me susurra rompiendo el silencio y yo asiento; tiene razón, debemos ir al hospital.

Salgo de la cama casi de un brinco y busco mi ropa entre las pertenencias de Darren, se podría decir que prácticamente vivo aquí. evalúo los moretones en mis brazos, los cuales ya casi o son visibles debido al tiempo que llevan sanado, pero igualmente opto por ponerme un sueter, un jean y unos zapatos deportivos. ato mi cabello en una coleta y aprovecho que por primea vez en mucho tiempo, no tengo moretones en mi rostro, para poder dejarlo al natural.

— ¿Lista? - pregunta Darren desde el otro extremo de la habitación terminando de atar sus zapatos y yo asiento y le sonrío un poco, estoy emocionada de ver a papá, así sea en la cama de un hospital.

Salimos de la casa de Darren, no sin antes avisar a su madre, la cuál estaba en la cocina preparndo el almuerzo y protestó porque no esparabamos para comer antes de marcharnos.