Capítulo 6: No te dejaré sola

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  Me despierto al escuchar el llanto de Dorian a través del monitor, aparto las sabanas de golpe y levantándome subo a la habitación lo más rápido que puedo, entro y lo tomo en brazos para calmarlo mirando la hora en el reloj digital sobre su mesita de noche, 7:00am.

- Buenos días pequeño terremoto – digo sonriéndole y observo como chupa su dedo calmándose finalmente – lo siento, me he quedado dormido – le hablo saliendo de la habitación y entro al cuarto de David, sigue durmiendo y no quiero despertarlo, solo quiero llegar al baño que compartimos.

Entro guardando el mayor silencio posible y con Dorian cooperando por el momento, una vez en el baño siento al bebé en la bañera y me cepillo rápidamente mientras vigilo a Dorian quien juega con las griferías pero sin llegar a abrirlas. Termino de lavar mis dientes y tomando al bebé nuevamente en brazos bajo a la cocina.

Dejo a Dorian en el piso y comienzo a preparar su desayuno. Escucho la puerta de la entrada y sé que mis padres han llegado.

- Estoy en la cocina – digo en voz suficientemente alta para que me oigan y segundos después veo a mi madre entrar en la cocina. Trae la misma ropa con la que salió anoche y se ve cansada.

- Buenos días – dice al entrar y toma a Dorian en brazos - ¿Todo bien? – me pregunta y yo le sonrío y asiento.

- Todo bien mamá, buenos días – le confirmo y termino de hacer la papilla de Dorian – dámelo, le daré de comer.

- Prepararé el desayuno – dice ella cuando me da a Dorian.

- Mamá puedo hacerlo yo.

- Pero lo haré yo, para todos – dice recalcando la última palabra y yo río comenzando a darle de comer a Dorian.

- Aún sigue dormida, anoche estaba muy mal – digo recordando a Beverly llorar en mi cuello – ya la verás – digo sonriéndole y ella comienza a cocinar.

Observo a mi madre mientras cocina y no puedo evitar ver lo poco extraño que me resulta verla preparar el desayuno con un caro vestido de noche y descalza porque se ha quitado los tacones apenas entró a casa. Su cabello castaño oscuro como el mío, está ahora recogido en una cola de caballo que aun así llega a su cintura, no es tan alta como papá o como yo, pero tampoco es de estatura baja y se mueve por la cocina con tanta soltura y elegancia que desde pequeño me ha fascinado verla mientras hace cualquier cosa.

- Darren – escucho una tímida voz detrás de mí y la reconozco al instante, miro la puerta de la cocina y allí está ella.

Su cabello negro está suelto cubriendo los extremos de su cara y disimulando un poco los moretones que hay en ella, noto que se ha puesto uno de mis sweaters que le queda enorme, pero sé la razón por la cual lo usa, viene descalza y me mira fijamente.

- Hola Bev, buenos días pasa – digo sonriéndole y continúo dándole la comida a Dorian, ya casi acaba – ella es mi mamá, Jessica Jasson, mamá, ella es Beverly – las presento sin levantarme de mi asiento y Beverly se acerca tímidamente a mi madre quien la escruta de pies a cabeza, la expresión de su rostro al principio es de sorpresa, luego sonríe.

- Es un gusto Beverly – dice mi madre tendiéndole la mano.

- Lo mismo digo señora Jasson, gracias por dejar que me quedara en su casa anoche – escucho que dice mientras Dorian come la última cucharada de su palilla y sacándolo de la silla especial lo pongo en el piso.

- Dime Jessica cariño, y es un gusto recibirte aquí – se estrechan la mano y mi madre le regala una cálida sonrisa. – ahora toma asiento, en un momento estará el desayuno – Beverly asiente ante las palabras de mi madre y caminando en mi dirección se sienta a mi lado.

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