Capítulo 9/parte I : Domingo

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Me despierto por la vibración de mi teléfono sobre la mesita de noche y miro la pantalla aún adormilado antes de contestar, número desconocido ¿Quién llama a las 2:00am?

Llamada telefónica

- ¿Diga? – contesto con la voz ronca y me levanto de la cama para hablar en el baño, no quiero despertar a David.

- Darren – dicen al otro lado y reconozco la voz de inmediato.

- Anny – digo cerrando la puerta del baño y abriendo el grifo mojo mi cara un poco.

- ¿Por qué no estás aquí? – dice arrastrando las palabras y yo suspiro.

- Estoy castigado Anny, además, no quiero estar allí – agrego recostándome de la puerta.

- Tú tienes que volver conmigo Darren Jasson – dice casi incomprensible.

- Anny, por favor, estás ebria, son las 2:00 am, y siendo sincero no me interesa tener esta conversación contigo, ni hora, ni nunca – digo fastidiado.

- Pero mi amor – dice y yo gruño.

- No, no, no – escucho un grito al otro lado de la puerta en mi habitación y mis sentidos se alertan.

- Mi amor nada Anny, entiende que lo nuestro se acabó, y ahora me voy – digo rápidamente y cuelgo el teléfono sin darle posibilidad a responder.

Fin de la llamada telefónica.

Abro la puerta del baño que da a mi habitación y en la poca luz que entra por la ventana veo a Beverly sentada en la cama abrazando sus piernas, escucho leves sollozos y quiero correr hacia ella pero no quiero asustarla.

- Bev – llamo mientras me acerco a la cama y ella levanta la cabeza. Llego junto a ella y enciendo la lámpara que está sobre la mesita de noche. - ¿Qué sucede? – pregunto preocupado y su cuerpo tiembla mientras las lágrimas siguen brotando de sus ojos. No puedo verla así, me siento a su lado y la cubro con mis brazos atrayéndola a mi cuerpo.

- Darren – dice en un susurro quebrado y se acurruca en mi pecho.

- Shhh – trato de calmarla – todo está bien ahora – digo suavemente acariciando su cabello - ¿Quieres contarme? – le pregunto en voz baja.

- Tuve una pesadilla – su voz temblorosa suena baja.

- Nada es real Bev, sólo fue un sueño – digo y ella niega.

- Si tan solo se quedara en los sueños – susurra y se estremece.

- Saldremos de esto – digo firme cuando ella se abraza a mi cuerpo.

- Gracias por estar conmigo – dice y sin poder evitarlo sonrío.

- Pequeña, no estarás sola más nunca, te prometo que estaré para ti cuando me necesites, y no tienes que agradecerlo – dio sincero.

Tarareo suavemente una de las canciones de cuna que le canto a Dorian y su llanto poco a poco va cesando.

Finalmente se calma y con delicadeza me aparto de ella un poco.

- ¿Mejor? – pregunto retirando con mi pulgar una lágrima que baja por su mejilla y ella asiente. - ¿Quieres que me quede acá contigo?- pregunto inseguro y ella permanece en silencio durante un momento.

- ¿No te molesto si te digo que te quedes? – pregunta algo tímida y yo le sonrío y niego, entonces ella asiente.

- Puedo dormir en el sillón si quieres – digo señalando el pequeño sillón individual que hay a un extremo de la habitación.

- Tranquilo, duerme aquí – dice haciendo referencia a la cama y yo asiento.

- Prometo no hacerlo incómodo – digo en medio de una sonrisa y ella ríe un poco – a dormir –digo y ella asiente y se acuesta de modo que deja espacio más que suficiente para mí en la cama, me acuesto a su lado y apago la luz de la lámpara.

- Descansa Darren – dice ella acomodándose en su lado de la cama y yo me acuesto de espaldas mirando al techo.

- Descansa Bev – respondo y me quedo allí, mirando el techo en silencio.

Escucho la respiración de Beverly volverse cada vez más profunda hasta que estoy convencido que se ha dormido, giro mi cuerpo completo con cuidado de no despertarla y observo su pequeño cuerpo dibujado entre sombras, duerme acostada boca abajo y su mano descansa sobre la almohada justo entre nosotros.

- Te has convertido en alguien muy importante para mí en muy poco tiempo – digo en voz baja y poso mi mano sobre la suya cubriéndola – Te quiero Beverly – le susurro antes de cerrar mis ojos y acompasando mi respiración con la suya y sintiendo el calor que emana su mano entre la mía me duermo.

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Me despierto con el leve chirrido de la puerta y lo primero que noto es el calor de la mano de Beverly aún entre la mía, miro en dirección al ruido que me despertó y mi madre está en la puerta parada de brazos cruzados y yo rápidamente llevo mi otra mano a mis labios para que haga silencio, no quiero que Beverly se despierte, debe descansar.

Con el mayor cuidado posible salgo de la cama y camino a la puerta donde está mi madre, ella cierra la puerta con cuidado cuando salimos al pasillo.

- ¿Es en serio Darren? – pregunta algo seria, pero la verdad, sé que no está enojada.

- Mamá, nunca le haría nada – comienzo y ella suspira – anoche tuvo una pesadilla – digo en voz baja – no podía dejarla. – explico y ella niega.

- Es tu problema, ya estás grande y sabes lo que haces – comienza – pero así como la quieres proteger, de algún modo yo también así que no le hagas nada.

- Nunca lo haría mamá, nada que ella no quiera – le aseguro - ¿Me conoces no? – pregunto sonriendo un poco y ella asiente y una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro.

- Lo hago, iré a servir el desayuno.

- Me lavo los dientes bajo en seguida – digo dando vuelta y vuelvo a entrar a la habitación en silencio.

Miro el pequeño cuerpo de Beverly sobre la cama casi invisible bajo las sabanas removerse un poco entre sueños y cuando me acerco a la cama se despierta y mira adormilada a todos lados desorientada.

- Buenos días – digo con una sonrisa y me siento en la cama, noto que sus mejillas se tiñen de un rosa intenso y es precioso.

- Buenos días – responde con la voz ronca de recién levantada y estruja su ojo izquierdo con la mano y un bostezo se escapa de sus labios, yo solo puedo mirarla.

- Iré a ducharme – digo un momento de silencio después y me levanto de la cama justo cuando ella asiente.

Me dirijo primero al armario y tomo un jean y una camiseta para ponerme y también un bóxer, luego entro al baño.

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