Capítulo 36

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Nota de la autora:

Se que he tenido la historia abandonada, y no hay excusa, porque tengo aproximadamente 4 capítulos ya escritos, solo esperando ser subidos a Wattpad y publicados, pero es que entre mis pasantías de la universidad, el trabajo y los deberes de la casa, se me olvida todo y no me doy cuenta de nada!
Pero acá tienen un nuevo capítulo, espero les guste y puedan comentar que tal les parece, y votar si les gustó, eso me haría muy feliz

_________Felimar Hernandez_________



Darren

— Vamos a salir ahorita - aviso a mis padres cuando terminamos de cenar y ellos asienten, no preguntan a donde vamos.

— Tengan cuidado y sean prudentes - dice mi madre y Beverly y yo asentimos.

Nos levantamos de la mesa y yo subo a la habitación a buscar un cambio de ropa para llevarme antes de salir.

Subimos a mi auto y conduzco directo a la casa que solía ser de Beverly, en la que vivió pocos años con sus padres. El camino es ameno, vamos hablando de pocos temas sin sentido y Beverly recuerda que debe hacer la exumación del cadáver de su teléfono, que quien sabe dónde ha enterrado Benjamin, lo cual nos hace reír. Para cuándo llegamos a la casa, son casi las 9:00pm.

— Este lugar siempre me ha traído paz - dice Beverly sentándose en el sofá, yo me siento a su lado e ignoro que mi celular comienza a vibrar.

— Hoy lo hemos logrado - le digo feliz.

— Muchas gracias por tanto - dice abrazándome fuertemente - nada de esto hubiese Sido posible, si no hubieses Sido un chico fastidioso intentando conocerme - dice riendo y yo me uno a sus risas - de no ser por tí, no se dónde estaría ahorita - dice seria un momento después.

— Mejor no pensemos en eso - propongo - lo importante es en dónde estamos ahorita, y que aún nos esperan cosas mejores - me quedo durante un momento callado, pero recuerdo algo. - no me habías dicho que tenías esa grabación, ni siquiera recordaba que habíamos puesto la cámara - le digo y ella se ruboriza.

— No quería que la vieras, me daba asco y repulsión, pero fue lo primero que hice luego de que ocurriera lo que pasó y mi tío me dejara allí sola. Pensé que serviría para algo, por si no me creían, o que lo podría usar para ayudar a mi padre.

— Fuiste muy valiente - digo besando sus labios - nadie debería pasar por todo lo que tú pasaste, y aún así, tu sigues aquí de pie, valiente y hermosa. Te Amo - murmuro sobre sus labios antes de continuar besándola.

Nuestro beso se sube de tono y Beverly tira de mi camisa para quitarmela, pero no la dejo, ya se ha recuperado mucho, pero si deseas que estemos juntos, lo haremos a mi manera, lento, no quiero hacerle daño.

— Darren - gime en mis labios y yo detengo el beso.

Me levanto del mueble y saco mi teléfono para dejarlo tirado allí mismo, Beverly se levanta cuando le tiendo mi mano y caminamos juntos hasta su habitación.

Beverly no enciende la luz principal, sino la de su mesa de noche, por lo que la luz que hay es muy tenue. Nos aproximamos a la cama y nos volvemos a besar, Beverly trata de acelerar el beso, pero yo no se lo permito, vamos lento.

Mis manos recorren su cuerpo por encima de la ropa y ella suspira.

— Por favor - murmura y yo le sonrío y me aparto de ella.

La ayudo a ponerse de espaldas y apartando el cabello de su espalda, bajo la cremallera de su vestido. Lo dejo caer y este cae en un remolino a su alrededor. Doy pequeños besos en sus hombros y en su espalda, justo allí, donde el cinturón dejó marca. Beso suavemente cada una de sus cicatrices, y controlo mi propio deseo ante cada gemido de Beverly.

Ella se da la vuelta y la contempló ante mi, solamente con su panty de encaje negra,  está hermosa, sus mejillas sonrojadas por el deseo, sus pupilas dilatadas de exitacion, que me miran suplicantes. Sus manos vuelven a mi camisa y la dejo desabrochar los botones para quitarmela, una vez ha finalizado, la camisa abandona mi cuerpo, Beverly pone sus manos sobre la hebilla de mi cinturón, y comienza a desabrocharlo, luego mis pantalones, tira de ellos hacia abajo, arrastrando de una vez el boxer en su paso, saco toda la ropa de una patada, y Beverly termina de deshacerse de sus bragas, quedando uno desnudo frente al otro. Beverly me mira, y cuando mis ojos atrapan los suyos, un leve sonrojo aparece en sus mejillas, al mismo tiempo que me sonríe.

— Te amo pequeña - aseguro acercándome para abrazarla y pegarla a mi pecho - vamos a borrar todo lo que hace daño - digo besándola nuevamente y ella suspira y asiente, y sé que me entiende. Que realmente me entiende.

Nos fundimos el uno en el otro, beso cada rincón de su cuerpo, no queda ninguna marca o ninguna cicatriz, que quede sin atención, la beso tratando de llevarme con mis besos todos los malos momentos que ha vivido, tratando de que se de cuenta que merece ser amada, y que me tiene a mí a su lado para que pueda por si misma descubrir lo que es el amor.

Beverly llegó a mi vida de la forma menos convencional posible, y casi sin querer, se fue haciendo parte de esta. Hasta el punto que ahora no me imagino que sea de otra manera, no veo mi futuro junto a nadie más, y supongo que a esto es a lo que se refieren cuando dicen, que cuando el corazón y la mente se alinean para ponerse en sintonía con una persona, es allí a donde pertenecemos, y estoy totalmente seguro que es aquí a donde pertenezco, no tengo la menor duda. Y si tuviera que realizar el recorrido nuevamente, no lo cambiaría por nada del mundo, porque me lleva aquí y ahora; me llevan a ella, y ella es mi camino.

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