Capítulo 7: No eres nada mio

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Aparco la camioneta frente a la reja que es la entrada a la mansión donde vive Beverly, porque la verdad no tiene otro nombre y ella me mira.

- ¿Vienes conmigo? – me pregunta algo nerviosa y yo asiento.

Bajamos de la camioneta y caminamos al gran portón, Beverly introduce un código en este y pone la huella en un pequeño lector, un segundo después la puerta se abre y entramos.

Caminamos el trecho que existe entre la entrada y la puerta de la casa y Beverly toca el timbre.

- Anoche dejé mis llaves – me dice a modo de explicación, un minuto después la puerta se abre.

- Señorita Kings – dice una chica un poco joven, con un uniforme de servicio.

- Agnes – responde Beverly fríamente y la cica se hace a un lado.

- Buenas – murmuro cuando entro detrás de Beverly y la sigo.

Miro todo a mí alrededor algo anonadado, la casa es enorme, y cada cosa que veo es más lujosa que la anterior. Una gran lámpara en forma de candelabro cuelga del techo iluminando todo el vestíbulo, caminamos adentrándonos a la casa y Beverly me guía por una escalera de caracol que lleva al segundo piso. Caminamos varias puertas hasta que llegamos a una de las últimas, ella abre y entra, yo la sigo.

Miro a mi alrededor y me gusta la simplicidad de la habitación de Beverly, tres de las cuatro paredes son blancas, la del fondo es de un tono rosa pálido, tiene una cama matrimonial en el centro y a cada lado de esta hay una mesita de noche. Un escritorio a uno de los extremos de la habitación, en el mismo contraste de rosa pálido y sobre él algunas libretas y un portátil, junto a este hay un librero que cubre el resto de la pared y se distinguen varios títulos en los lomos de los libros, dos puertas al otro extremo de la habitación y justo frente a la cama, un pequeño sillón. Noto que junto a la cama perfectamente tendida, se encuentra la mochila de Beverly que está abierta.

Me adentro a la habitación y me siento en la cama mientras ella recoge la mochila del piso y comienza a buscar cosas yendo de un lado al otro mientras yo solo la observo.

Mis padres no tuvieron inconvenientes en que se quedara en la casa el fin de semana, sé que mi madre desde que la vio se preocupa por ella y su corazón es tan grande que, como yo, hará lo posible para ayudarla en todo lo que pueda, mientras que mi padre también estuvo de acuerdo, así que Beverly pasará el fin de semana en mi casa, y no estoy muy seguro, pero creo que ya mi castigo ha sido levantado. Es estúpido ya estar castigado cuando realmente no salgo los fines de semana.

Beverly entra a una de las puertas que está a un extremo de la habitación y veo que es el closet. Toma ropa del armario y la mete en un bolso a parte al de la escuela, seguido de zapatos, luego sale y entra a la otra, el baño, remueve algunas cosas y mete cosas en el bolso antes de salir. Tira la mochila de la ropa sobre la cama ya cerrada y por último toma el portátil del escritorio y lo mete en el bolso con los cuadernos.

- Eso es todo – dice guindándose la mochila al hombro y yo me levanto de la cama y me guindo al hombro la otra.

- Linda habitación –digo antes de salir y ellas sonríe un poco.

- Es lo único que me gusta de esta casa – murmura y yo frunzo el ceño. – vamos, antes de que llegue mi tío.

Bajamos las escaleras y la chica, Agnes, nos mira cuando nos acercamos a la puerta para salir.

- ¿A dónde va señorita? – pregunta y Beverly suspira.

- Fuera de esta casa – responde Bev de lo más borde.

- Pero está castigada señorita – dice Agnes acercándose y Beverly bufa.

- Mira Agnes, tú no me dirás qué hacer y qué no, me voy y fin del asunto – le dice un poco alterada.

- Su tío se enojará.

- Me importa un pepino.

Abre la puerta y sale ignorando el hecho de que la chica le sigue hablando y yo salgo detrás de ella y veo como camina rápidamente a la salida. Yo simplemente la sigo en silencio mientras la chica de servicio camina detrás de nosotros. Beverly ingresa el código nuevamente y abriendo el portón sale de la casa, yo salgo detrás de ella y cierra justo antes de que Agnes llegue.

- No eres nada mío Agnes, deja de meterte en mi vida – le dice Beverly fastidiada – vamos – me dice un momento después a mí y yo asiento y entro en la camioneta. Ella se sienta a mi lado y arrancamos. – lamento eso – dice suspirando un momento después.

- Tranquila – digo riendo.

- Eso fue algo desesperante – dice bufando.

- Te viste como toda una niña millonaria armando un berrinche – digo divertido y ella gruñe.

- Odio parecerlo... no soy así Darren – dice suspirando.

- Lo sé, calma – digo.

Conduzco de vuelta a mi casa en silencio mientras Beverly mira a través de la ventana absorta en sus pensamientos, tarareo la canción que suena en la radio y me centro en el camino.

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- Llegan justo a tiempo para el almuerzo – dice mi madre cuando cruzamos la puerta de entrada – vayan a lavarse las manos.

Beverly y yo hacemos lo que nos dice y al llegar a l comedor encuentro ya a David despierto y a mi padre dando de comer al pequeño Dorian quien está sentado en su silla especial. Mi madre ya ha cambiado su lujosa ropa de noche por un vestido ligero de estar en casa y acomoda los platos en la mesa, nos invita a tomar asiento y eso hacemos.

Mis padres conversan entre ellos mientras comemos sin incidente alguno más allá de Dorian llorando por querer estar en el piso y luego de esto ningún contratiempo hasta que terminamos de comer.

Las tardes de los sábados luego de que mis padres van a fiestas o reuniones los viernes por la noche son muy flojas, luego del almuerzo, me toca lavar los platos y todo lo demás mientras mis padres suben con Dorian a tomar la siesta que se extenderá unas cuantas horas por el agotamiento nocturno, David se ha encerrado en su habitación a jugar videojuegos y ahora, yo no sé qué haré.

Beverly me mira mientras lavo los platos y permanece en silencio.

- ¿Qué quieres hacer? – le pregunto cuando termino secando mis manos.

- Tengo tarea – responde pensativa.

- Sí, yo igual – respondo recordando varios apuntes desordenados con quehaceres – ven, la haremos en mi habitación.

Subimos llevando con nosotros los bolsos que trajimos de su casa anteriormente, Bev dormirá en mi habitación y yo, ya acordé con mis padres y dormiré con David en su habitación.

Beverly saca de su mochila el portátil y una de las libretas cuando entramos en mi habitación y sentándose en la cama con las piernas cruzadas enciende el portátil.

- La clave del wifi es "familiaDJ" – digo antes de imitarla y tomar mi propio portátil y mi propia libreta, noto que sonríe y asiente.

Comienzo a hacer mi tarea y de vez en cuando miro a Beverly quien está absorta en su tarea y me resulta algo extremadamente complaciente de ver, como frunce el cómo mientras lee información del portátil, cómo lee en voz baja y luego copia en su libreta, casi sin darme cuenta paso todo el rato mirándola mientras se supone que hago la tarea.

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