Capitulo 37

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Darren


"Necesito agua"

Es el pensamiento que recorre mi mente, apenas recobro la consciencia y salgo de mi sueño, abro los ojos y al mirar a mi alrededor, me doy cuenta de que Beverly sigue dormida a mi lado, aún no amanece, por lo que me levanto cuidadosamente de la cama y voy a tientas, tratando de no tropezar nada, para llegar a la cocina.

Escucho de fondo el sonido del televisor, y me doy cuenta que nos olvidamos totalmente de apagarlo, llego a la cocina y tomando un vaso, lo lleno directamente del grifo antes de tomarmela de un golpe.

Voy al salón a apagar el televisor, y me percato de mi teléfono, que está sobre el mueble, la pantalla está prendida, con una notificación entrante. Frunzo el ceño al ver la hora, y ver qué tengo incontables llamadas perdidas de mi padre, lo que me preocupa.

"Llámame URGENTE"

Leo su mensaje de hace unos minutos y mi estómago se revuelve, no puede ser nada bueno, que me esté llamando hasta estas horas.

Marco su número, y al primer repique, contesta.

Llamada telefónica

— Darren - dice agitado apenas responde - ¿Dónde están? - pregunta y yo tardo un momento en responder.

— Estamos en la casa de los papás de Beverly, está alejada del centro de la ciudad, lo siento, no había revisado el teléfono - digo y mi padre vuelve a hablar al otro lado.

— Estamos en el hospital - me dice y yo me preocupo.

— Pero ¿Qué ha... - comienzo a preguntar pero mi padre me corta.

— El hijo de puta de Kings - dice y mi cuerpo se tensa totalmente - ha herido a su hermano apenas llegó a prisión, ha tratado de matarle - revela mi padre y yo maldigo por lo bajo - el padre de Beverly fue trasladado a la clínica donde atiende el doctor Williams, fue por órdenes de los abogados, pero están operandolo en este momento - informa y yo siento que me falta el aire.

— Ese hijo de puta solo sabe hacer daño - digo con rabia - Beverly y yo iremos para allá en seguida, infórmame cualquier cosa - digo antes de colgar.

Odio todo esto, odio tener que hacer que Beverly siga pasando por situaciones que le hacen daño.

Entro al baño y lavo mi cara con agua fría, me observo en el espejo y solo quiero gritar de frustración, pero debo ser fuerte, por Beverly, todo esto es por ella.

— Darren - la escucho llamarme desde la puerta, y al voltear a mirarla, mi estómago se comprime.

Su mirada somnolienta me inspecciona, su cuerpo desnudo está apoyado en el marco de la puerta, mientras parpadea para adaptarse a la luz.

— ¿Que sucede? - pregunta un momento después frunciendo el  ceño y yo suspiro, necesito ser fuerte para ella, y ayudarla a que sea fuerte para su padre.

— Iba a despertarte justo ahora - digo acercándome a ella y tomo su rostro en mis manos - mi padre llamó - digo lentamente evaluando su reacción, y su mirada un segundo después de estas tres simples palabras, hacen que sus ojos se llenen de miedo - tu tu papá está en el hospital, le han herido en la cárcel - Beverly me mira en silencio, analizando mis palabras.

— ¿Ha Sido mi tío? - pregunta en un susurro, mientras sus ojos se llenan de lágrimas y yo asiento. Beverly solloza y yo la rodeo con mis brazos. - es mi culpa, si no le hubiésemos apresado, no lo habría echo - dice y yo niego.

— Alto - detengo el rumbo que están tomando sus pensamientos - tú no tienes nada de culpa en esto Beverly, tu tío está muy mal, y esto que ha echo, solo le hunde más en el agujero en el que está. Tu misma me lo dijiste, no podemos saber las decisiones que tomaran las personas, o hacer algo para cambiarlas cuando ya están tomadas - le recuerdo. - solo podemos vivir con el resultado así nos afecte, debemos seguir adelante y levantarnos, aprender y superarnos -afirmo mientras ella se aferra a mi pecho y solloza.

— ¿Algún día acabará todo esto? - pregunta

— Las pruebas finales son las más difíciles, pero las recompensas siempre valen la pena - aseguro besando su frente y ella suspira temblando contra mi pecho.

Un momento después, Beverly se separa de mi cuerpo y asiente casi como afirmandose un pensamiento, luego repite mi acción de hace un momento, y lava su cara en el lavamanos.

— ¿Qué hora es? - pregunta frunciendo el ceño.

— Casi las 3:00am - digo recordando haber visto el reloj hace un rato, ella asiente nuevamente - vamos a vestirnos para ir al hospital, todo saldrá bien.

Salimos del baño, y yendo a su habitación, tomamos nuestras ropas que están esparcidas por el piso, para comenzar a vestirnos rápidamente, Beverly permanece en silencio, casi ausente, y eso no me gusta.

— Hey - le llamo terminando de abrochar mi camisa, para meterla por dentro del pantalón de vestir, ella que está colocándose su vestido, voltea a mirarme y yo le sonrío - Te Amo - digo regalándole una pequeña  sonrisa, lo que hace que ella sonría un poco.

— Te Amo - me corresponde en un susurro. Me acerco a ella y le ayudo a subir el cierre de su vestido.

— ¿Cómo te sientes, te duele algo? - pregunto y ella niega.

— Nada duele - asegura - no físicamente - agrega y su mirada se ensombrece, lo que hace que me den escalofríos.

— Vamos al hospital, nos están esperando allá - es lo único que digo antes de salir de la habitación, con Beverly pisándome los talones.

Subimos al auto lo más rápido posible, y enciendo la calefacción apenas el motor se ha puesto en marcha, ya estamos entrando en época de invierno, y el frío suele ser infernal.

Observo a Beverly tomar el bolso de municiones de viaje que Benjamín preparó para nosotros cuánto tuvimos que salir de imprevisto, y que se me ha olvidado bajar del auto cuando fuimos temprano a mi casa, y luego de urgar un poco dentro de este, saca la manta de Bob esponja para cubrirse con ella, lo que me hace sonreír.

Conduzco de vuelta a la ciudad a una velocidad moderada, no quiero provocar un accidente, aunque las calles estén desiertas, nunca se sabe cuándo un conductor loco pueda salir de la nada.

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Una hora más tarde, estoy aparcando en el estacionamiento del hospital, Beverly se baja del carro apenas estaciono, y se abraza a si misma para cubrirse un poco del frío, por lo que me acerco a ella, y quitando el saco de mi traje, se lo tiendo sobre los hombros, antes de rodear estos mismos con mi brazo.

— ¿Estás bien? - pregunto y ella asiente y me sonríe un poco.

Entramos directo a recepción, y una enfermera de turno nos atiende.

— Joseph Kings - dice Beverly a la enfermera cuando esta pregunta a quien buscamos, luego esperamos impaciente mente mientras ella teclea en la computadora.

— El paciente sigue en cirugía, no ha habido noticias aún, pueden esperar en piso seis, al lado de la entrada del quirófano, ahí los doctores saldrán a dar noticias cuando las haya - nos dice un momento después y dándole las gracias, nos aproximamos al ascensor.

Beverly toma mi mano y puedo notar que la suya está sudando y algo temblorosa, trata de aparentar que está calmada, pero se que no es así.

Subimos al ascensor vacío y ascendemos en silencio hasta el piso 6, justo al lado de la puerta del ascensor, está la señalización que indica que el quirófano queda a mano izquierda, por lo que nos dirigimos hacia ese pasillo, y justo al cruzar, veo a mi papá, junto a 2 oficiales de policía, y los abogados.

— Buenas noches - decimos casi al unísono Beverly y yo al llegar junto a ellos, y mi padre se levanta en cuanto nos ve.

— Lamento ser portador de malas noticias en un día de celebración - dice mirándonos serio, Beverly no dice nada, pero un sollozo se escapa de sus labios, y para mí sorpresa, es mi padre quien la abraza




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