Capítulo 41

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Darren

¿Cómo  se siente señor? -pregunto en voz baja sentándome a su lado, el suspira.

— físicamente, me duele todo - dice y sonríe - pero agradezco estar vivo, y emocionalmente, estoy muy confundido - confiesa y yo asiento.

— No debe ser fácil pasar por toda esta situación - digo y el asiente.

— La última vez que la Vi dormir era una niña pequeña de apenas 6 - dice mirando a Beverly - es difícil asimilar que ha crecido y ha echo una vida, que tengo que adaptarme a la idea de compartirla - confiesa mirándome y yo sonrío culpable. - cuando Beverly nació, me prometí protegerla de cualquier cosa que pudiese hacerle daño, y que siempre estaría allí para ella y para lo que necesitara.

~ Deseaba verla crecer, llevarla a la escuela, ir a su graduación y ser parte de su vida, conocer a sus amigas, a sus amigos, e intimidar a cualquiera que quisiera ser su novio - dice riendo un poco - siento que le he fallado en todo a mi hija, y aún así, ella me sigue amando, y ella sigue siendo la única fuerza que durante todos estos años me ha mantenido vivo para salir adelante, para luchar por ella.

— Beverly lo ama señor - le aseguro y suspiro perdiendome durante un momento mientras la miro dormir - nunca ha echo nada más que preocuparse por usted y querer volver a estar con su padre. Ella es una persona muy especial, que sin querer, y sin pedir permiso, se metió en mi corazón, porque si es ella - aseguro y sonrío recordando el día en que la conocí - ella es luz, aunque un hijo de puta le haya echo creer lo contrario, Beverly es única, y se hace un lugar en el corazón de las personas casi sin querer y sin buscarlo.

~ ya se lo dije una vez, y no me da miedo repetirlo, amo a su hija señor, y no como algo pasajero, imagino mi futuro y la veo a ella allí, y no digo que vaya a ser justo ahora, porque aún nos queda mucho camino por recorrer y muchas cosas que hacer, y solo quiero que sepa, que no haría nunca nada para perjudicarla a ella o a usted, ese pequeño ángel que me regaló la vida es lo más grande que tengo - confieso y él solo me mira.

Si mirada viaja nuevamente a Beverly que sigue dormida, y finalmente suspira.

— Desde el momento en qué te Vi en prisión, supe que eras un buen chico, aunque no sabía tus intenciones. Pero más allá de mis celos de padre, debo agradecerte por todo lo que haz echo, tanto por ella, cómo por mi, ya que gracias a ti, ella es feliz, y eso es lo único importante - dice y tomando mi mano le da un apretón - claro que ahora que estoy de vuelta vamos a establecer algunos límites - dice divertido y yo sonrío.

Beverly esta inquieta, da vueltas en sueños y comienzo a escuchar pequeños sollozos, su padre la mira preocupado, y yo me muevo rápidamente hasta llegar a su lado.

— Hey - la llamo sentándome a su lado y tiro de ella en mi dirección - todo está bien, solo es una pesadilla, estoy aquí - susurro en su oído, y sus brazos un momento después me rodean, oculta su cabeza en mi pecho y puedo sentir como tiembla mientras llora en silencio. - respira - digo en su oído y lentamente acaricio su espalda - todo está bien, recuerda que no es real - repito una y otra vez bajo la atenta mirada de su padre que la mira preocupado.

—Tengo miedo - dice Beverly lo suficientemente alto para que solo yo escuche.

— Prometo que todo irá bien, nada malo va a pasar, ya todo pasó - le aseguro.

Siento como su respiración se va calmando poco a poco y luego de aproximadamente 10 minutos, ya se ha vuelto a dormir, su padre no nos ha quitado la mirada de encima en todo este tiempo, y la mira preocupado, pero no ha dicho una sola palabra.

Con cuidado aparto a Beverly de mi pecho y la ayudo a recostarse en el sofá/cama para que continúe durmiendo, y me levanto de la cama para ir nuevamente a dónde su padre me mira pidiendo explicaciones.

— Pesadillas - digo en voz baja - le pasa muy a menudo, algunas son más fuertes que otras - explico y el me mira preocupado.

—¿Sabes con qué sueña? - pregunta y yo me tenso y asiento.

—Por lo general las pesadillas implican a su tío - no digo más nada, ya él sabe a lo que me refiero, y prefiero no decirlo en voz alta - debería descansar usted también, mientras mas pronto se recupere, más rápido podrá volver a casa - aseguro y le sonrió antes de levantarme, la verdad necesito volver con Beverly.

El asiente y yo me vuelvo hacia la puerta para apagar la luz de la habitación que hasta el momento seguía prendida.

Apago la luz y ayudandome con la luz de mi celular, vuelvo a mi lugar junto a Beverly en el sofá/cama, ella al sentir mi presencia se acomoda sobre mi pecho mientras yo la abrazo, y así, en el silencio de una habitación estéril de hospital, me duermo.

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