- Claro que tiene que haber algo Beverly – aseguro divertido revisando entre todas las cosas que trajo, en su mayoría chuchería.
- Darren, déjalo ya, no hay nada, no importa – dice riendo y yo la miro, casi nunca está así de relajada y feliz, esta es la verdadera Beverly, la que se esconde de todo el mundo y finge ser fría y distante.
- No lo dejaré, mereces un pastel de cumpleaños niña – le repito y ella niega.
- No encontrarás nada útil aquí – asegura y yo río.
- ¿Me estás retando Kings? – pregunto y ella niega.
- No hay nada – asegura divertida y yo río.
- Okay, justo en este momento tú te iras a la sala, o a tu habitación señorita, y no vendrás hasta que te llame, verás como si consigo hacer algo aquí – le mando y ella niega.
- Darren – comienza a decir.
- Darren nada, anda, yo te llamo – advierto y ella bufa y sale de la cocina – ahora vemos que hay aquí...
Miro todas las cajas de cereales, galletas oreo, nutella, dulce de leche y demás golosinas que ha comprado Beverly, aparte de la demás comida no perecedera que ha guardado en los armarios y se me ocurre una brillante idea, me quito la sudadera para no ensuciarla en el proceso de mi misión actual y me pongo manos a la obra.
Hago uso de los recursos que tengo a mi disposición y en poco tiempo estoy preparando algo, no tanto como un pastel, pero si más como una tarta que de algún modo servirá, todos merecemos recibir algo el día de nuestro cumpleaños, y por más que Beverly diga que no importa y que se conforma con que la acompañe acá, es una necesidad para mí hacer algo por ella, para ser un idiota que la haga reír y que sepa que será así mientras ella lo permita.
Meto finalmente mi gran creación en el congelador y sonrío para mis adentros cuando voy a la sala y encuentro a Beverly sentada mirando la televisión, aún no sé en qué punto estamos, nos conocimos no hace tanto, aún no somos novios, pero de vez en cuando actuamos como tal, y desde el escándalo que hizo Anny en la cafetería del colegio, es lo que creen todos.
- Todo listo – digo cuando me siento a su lado en el sillón y ella ríe.
- ¿Qué hiciste? – pregunta curiosa mirándome y yo sonrío.
- Eso lo verás en una hora – le aseguro y ella bufa.
- ¿por qué estás semidesnudo? – pregunta luego y yo me encojo de hombros.
- ¿Te molesta? – respondo con una pregunta y ella niega - ¿Qué miras? – pregunto fijando mi atención en el televisor.
- Se supone que es de miedo, pero no pasa nada – dice tomando el control y cambiando de canal.
- Deja esa, es muy buena – digo cuando veo "La maldición de la casa Winchester" – se supone que es de terror, pero para mí no lo es, aunque la trama es buena – le digo y ella se acomoda en el sillón y deja el control a un lado.
Vemos la película en silencio y Beverly una que otra vez profiere pequeños gritos de terror haciéndome reír un poco, se esconde detrás de sus manos y deja de mirar la pantalla en ocasiones. Mi celular vibra en mi bolsillo y yo lo saco y veo, mensaje de whatsapp.
Benjamín:
¿Salimos esta noche? Hay una fiesta donde Dylan.
Darren Jason:
Yo paso, sabes que no me emocionan las fiestas
Además estoy con Beverly, es su cumpleaños.
Benjamín:
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Puedes confiar en mí
Roman pour AdolescentsElla no es la chica problema común, y yo no soy el típico chico malo deportista del que ella se enamora, tampoco somos perfectos juntos, ni nos conocimos porque tropecé sus libros y cayeron, nuestra historia comienza de una forma un poco usual, pero...