Ultraviolence

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Llegamos a la casa de Arnold, estábamos en la parte posterior, en el jardín siendo precisos, podía sentir su estado de animo y la lluvia de ideas que tenía en este momento. Era un completo campo minado de ideas totalmente radicales, inspiradas por cualquier de las suertes que nos estén abrigando en este momento. Carajo. — Te espero aquí afuera Arnold, es algo personal que tienes que hacer, necesitas privacidad y cualquier cosa aquí estoy — colgué mi mano sobre su hombre, la tomo con un poco de fuerza antes de partir directo a la casa. Sé fuerte y sin zozobra, Arnold.

***

Entre con dolor a la casa, la sangre seguía salpicada en el piso

— Corre Arnold, corre — mis ojos lagrimeaban — No me dejes — sonrió amargamente — Se libre, eres fuerte y capaz de muchas cosas, cuéntale al mundo de lo que eres. Adiós mi hijo, se bueno y justo — esas fueron sus últimas palabras antes de que yo saliera de mi casa y fuera a la central policial a reportar el incendio y el asesinato de mis padres.

Caí de rodillas, sentía el nudo en mi garganta apretarme cada vez más mientras la voz se pegaba en mi garganta, tire de mis cabellos — ¡Ay de mi! ¡Madre qué tengo hacer ahora, a donde ir! — las lágrimas caían sobre mis ojos creando la más grande de las amarguras. — ¿¡Para quien vivo, para que vivo!? — me senté en el piso, derrotado. Me quiero morir, quiero ir a donde estén ellos y vivir tranquilos, no quiero vivir en un mundo donde ellos no estén, junte mis rodillas abrazándolas dejando que se humedeciera mis ropas.

— Levántate — alcé mi mirada, mi pecho se inspiro de fuerza — Hijo mío, levántate — me levante apoyando mis manos en el piso, corrí hacía ella pero esta se evaporo como lo hace el sol al caer el ocaso y levantarse el manto de estrellas — Encuéntralos mi muchacho, encuéntralos a cada uno de ellos y preparanse para el mayor de los retos, el mayor de los enemigos, deja que tu diestra te abra camino a donde reposan las armas ilustres — baje la mirada, sus pies no tocaban en ningún momento el piso — No eres mi madre, ¿Qué eres? — se acerco a mi, retrocedí por inercia pero logro tocarme la frente

***

Ya estaba a la altura del espejo de agua cuando resbale, avente la pala a un lado mientras caía en el agua, la oscuridad dentro de ese lugar era palpable, no era tan profundo el lago, quizá dos metros y ya, toque el fondo fangoso. "Nadie tiene miedo a la oscuridad, solo le temen a estar solos en ella" Había perdido a mi madre, ahora a Leo a quien siempre consideré como mi hermano. Estaba solo, no quería seguir en un mundo donde ellos no estaban, no soy fuerte si ellos no están; quiero unirme a donde ellos están, la vida me estaba alcanzando estoy cansado y estaba conforme con ello, me siento confundido y derrotado ¿Qué debía hacer? Pelear Alce mi mirada al cielo, no había luna, no había alumbrado Eres más fuerte de lo crees, hermano. Ve y pártele su madre en ese momento me di cuenta de una cosa, se puede llorar dentro del agua; la cálida risa de mi madre me acurruco un poco más, me impulse con todas las fuerzas que aún tenía, sentía un inmenso dolor de cabeza y de pelear. Comenzaba a ver borroso pero un grito ahogado de libertad salió de mi y como si fuera papel mi mano rompió la tranquilidad de la superficie y se prensó en la hierba, pude sacar la mitad de mi cuerpo antes de rodar agua afuera. "Pero ese miedo se va cuando te das cuenta que jamás estuviste solo"

***

Estábamos dentro del auto en silencio, pareciera que Nick le fuera a estallar la cabeza de tanto pensar — ¿Te puedo preguntar algo? — lo mire algo curioso — Adelante, pregunta — inhaló y miró hacia enfrente — ¿No sientes que vamos muy rápido? No me malentiendas; de verdad me encantas mucho, estoy loca e irrevocablemente enamorado de ti pero no sé, todo parece ir muy a prisa e irreal — miré hacia enfrente — Nick, yo siento, desde mi experiencia que vamos a una velocidad agradable con la que disfrutas el paisaje y cada momento en la autopista — vi por el rabillo de mi ojo como me sonrió — Yo lo veo como el café; hay varios tipos de café y depende de la región los hay cítricos, frutales, especiados o amaderados; por ejemplo en México abundan los que tienen esas notas frutales o un tanto cítricos pero en África están los amaderados y en Asia los especiados y depende del tueste desprenden sus notas o las resaltan; claro que esto quiere decir que hay para todos los gustos pero lo importante de esto y lo que quiero resaltar es que cada café, o cada taza por más diferente que sea su molienda; si es la correcta su sabor permanece en el paladar, despierta el alma y transforma a la persona para bien — lo voltee a ver.

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