Diamonds

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16 De Julio De 2018, Basílica de Santa María del Pi, Barcelona; España.

Dante .

Jamás quise que las cosas se salieran de control, de verdad que no. Arnold me veía desde el otro lado de la Basílica, estaba a punto de desfallecer — ¡Corre ya! — me giré hacia donde estaba mi mochila, con las cosas, estaba a un costado de la pila de agua bendita — No tienes a donde ir, Dante — me puse en guardia en cuanto vi al demoledor de almas frente a mi, su larga túnica blanca lo envestía resaltando sus profundos y nublados ojos carmesí que hacía temblar a las paredes — ¿Estás listo para darte la sagrada sepultura que mereces? — sonreí mientras me encarreraba hacía él — Aquí no encontrarás a Dios — — Nadie estaba buscandolo — lo recibí con un salto pateando su pecho, retrocedio un poco pero termine de derribarlo golpeando sus espinillas. Me levante de un brinco al igual que él — Para ser alguien que no lo esta buscando insistes demasiado en ir a contarle tus pecados a San Pedro — estiré mi brazo y un pedazo de piedra en forma de empuñadura con alas se desprendio de la columna — Nada de eso, solo soy — un trozo de cristal formo la hoja de la espada, colorida y traslucida — Un heraldo, ¿Listo para morir? — corrió hacia mi, junto sus manos como si empuñara una espada, instintivamente puse mi espada y el choque chispeo de luz la oscuridad

— Dios me provee de lo que necesite — sonreí de lado — Menos de una estrategia — comenzó a empujarme, si lo  admieto es demasiado fuerte, bastante — Soy… — nos hice bajar las espadas en un tintineo — Eres nada a comparación de lo que se avecina y lo sabes — levante la espada y gire incrustando la espada en su omoplado desgarrando los huesos y el corazón en color. Cayo hacia enfrente, el piso de la basílica comenzaba a entintarse de color escarlata, Arnold llego a mi lado — Vamonos — de la pila comenzó a borbotear sangre de manera hirviente, los cristales comenzaron a llorar sangre — Creo que alguien esta molesto — Arnold corrío hacia la mochila, la tomo momentos antes de que la sange borboteante comenzará a quemar todo a su alrededor.

Corrímos hacia la salida, afortunados eramos al estar la basílica en restauración; salimos a una plazuela, el sol comenzaba a salir timidamente — Vamos a La Rambla y de ahí al aeropuerto — se detuvo — No — me gire a verlo, — ¿Por qué no? — de su chamarra sacó un arma — ¿Qué haces? — me arrojo la mochila — Largo — ¿qué carajos pasa? me disparo en el hombro — Es la peor...— sentí una presión en el pecho. Aliento de Ängel. Me guiño el ojo arrojandome la mochila y partiendo a quien sabe donde.      

Me recargue en una pared, saque de mi mochila las cenizas de álamos para colocarlas sobre la herida, sentía cómo me iba quemando. ¿Por qué lo hizo? recargue mi cabeza sobre la pared, imaginaba como la humedad de la piedra entraba por mi piel y calmaba mi dolor. Alcé mi mirada hacia el sol que alumbraba tímidamente el cielo — Debo encontrar a Josh — creo que ese era mi razón de ser en esta vida o tal vez no, no lo sé, solo sé que duele y arde. 

Me levante y camine hacia La Rambla, me importa poco que las personas me vean en este estado moribundo, estoy seguro que pronto todo cambiara y no habrá nada que podamos hacer o tal vez si se pueda, no sé, el Sol termino de salir iluminando con fuerza el amanecer  — Iré a el aeropuerto y de ahí a Londres, creo que tendré mejor suerte si logró armar las piezas de este rompecabezas — infle mi pecho y camine decidido al aeropuerto para dejar mis cosas en el locker de siempre. 

¿Por qué lo hizo?  

[*Peter*]

— ¡Al fin logramos llegar a Barcelona! — aún no entiendo bien del porqué era necesaria esta escala en España, a como me han dicho es que necesitaban algo que era imprescindible, pero sí tenía esta etiqueta ¿Por qué no lo compraron antes de salir de México? — Por fin obtendremos eso que tanto anhelamos desde hace meses, ¿No es así Arantza? — asintió mientras abordabamos un LandRover plata — ¿Ya me dirán a que venimos? — exhalo exasperada — Cariño, venimos por vino y toallas, ¿no era obvio? — en lo absoluto — Pensé que veníamos a revisar tu casa de verano en la bahía — hizo mueca de pato mientras pensaba — Tal vez, sería una buena idea… será en otra ocasión cuando lo hagamos, en este momento no — ay carajo — ¿Iremos a …? — — Les castles, ¿es obvio no? — recargue mi cabeza en el cristal, sinceramente no tengo ganas de ir a tiendas, yo solo quería irme a relajar y conocer Londres. Mierda. En fin.

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