You never met a monster you couldn't love
Comenzamos a bajar con cuidado, se lograban oír los rugidos de Cerbero en el fondo ─ Detente ─ saqué la espada de su vaina, comenzó a brillar levemente cuando la escalera despertó en un crujido. Ya no bajabamos, ahora subiríamos ─ ¿Podemos subir en el infierno? ─ comenzamos a caminar con cuidado ─ Todo es subjetivo ─ las escaleras parecían dormitar, una luz plomiza brillaba al final de este pasillo débilmente iluminado por la espada y las mamparas, un aire gélido nos arropó mientras más trataba de subir. Exhale vaho, me aferré más a mi espada aunque, a pesar de ya estar a mitad del pasillo, mis manos comenzaban a temblar ─ Te he de confesar que pensé que íbamos a pasar por Insurgentes ─ exhalo ─ Apenas vamos en el tercer anillo, tal vez si se te hace ─ hacía cada vez más frío y la espada comenzaba a vestirse de escarcha.
─ Preparate que ya vamos a llegar ─ asentí, aullidos y gritos se oían a cada vez más cerca ─ Estaba a punto de preguntarte de qué tamaño era el sabueso pero creo que la respuesta será la misma. Subjetivo ─ se adelantó para quedar a mi lado ─ En eso no te equivocas, ponte en guardia ─ levanté la espada y llegamos al otro umbral. No había nadie y estábamos en Canal de Norte ─ Una vez que crucemos tendremos que encontrar las otras escaleras para bajar, ¿Sabes donde están? ─ asentí ─ Oye, aquí hay alguien que debo encontrar ─ asintió ─ En ese caso debemos tener más cuidado ─ inhale ─ Pues iniciemos pues con esto ─ cruzó él primero ─ Bien, mi turno ─ crucé y lo primero que me recibió fueron una bola de granizo en el pecho lo que me regreso al piso, se supone que tuve que haber rodado por las escaleras. Me levanté de un brinco y era un pasillo con vacío. Me gire y no había nadie ─ ¡Corre, Peter! ─ regresé a la plataforma y lo vi corriendo hacia unas escaleras de cambio, a lo lejos vislumbre un tren.
Comencé a correr en el momento que empezaron a caer bolas de granizo, eran de tamaños irregulares, Llovían destrozando el techo y todo lo que estuviera a su alcance, algunas me alcanzaron pero solo sentía leves quemaduras así que no me era necesario sacar la Espada Dual, la bocina del tren se hacía cada vez más próxima ─ ¡Agramón! ¿Qué pasa si dejo a alguien en su anillo? ─ lo vi detenerse a la mitad del puente de cambio de dirección, comencé a subir de dos en dos los peldaños y el granizo se detuvo momentáneamente ─ Es obvio, ¿no? Se quedará aquí sin posibilidad de ser rescatado o salvado, bueno solo lo podría sacar ese presumido y cara bonita de Michelangelo ─ y los trenes llegaron de ambos lados arrojandonos al piso, comenzó a granizar de nuevo, el agua se filtraba por las grietas y agujeros, comenzaron a escucharse alaridos de dolor y gimoteos, nos levantamos para asomarnos por el barandal. Los vagones se balanceaban estrellandose entre si pero nadie salía.
─ Bien, entonces buscaremos a ese idiota que vino contigo y nos largamos de aquí ─ lo miré contrariado ─ Para ser un Demonio Mayor, pareces temer demasiado a este anillo ─ saqué a Ilustrísima, comenzó a vibrar e irradiar luz ─ Y parece que a ti te va de puta madre con ese juguetito de ese Celestial ─ sonreí y comenzamos a bajar lentamente, sostenía a Ilustrísima en posición de ataque pero sea lo que estuviera dentro de los vagones parecía agitarse más ya que comenzaron a estrellarse de manera más rápida y violenta entre sí ─ ¿Quién dijiste que estaba en este anillo? ─ negué mientras trataba de ver a través de las ventanas del vagón pero simplemente no se podía pero sí se oían los gritos más fuertes, más desesperados ─ No lo dije, ni siquiera se quien puede estar ─ Inhale mientras caminábamos en guardia.
─ ¡Dante sácame de aquí! ─ guíe mi vista con dirección al grito, algo en mi pecho se hundió de un vuelco ─ Hay alguien ahí que conoce a Dante y creo que se quien es ─ vi por el rabillo de mi ojo como rodaba los ojos ─ ¿Crees? Estas de joda ─ lo siento nervioso, demasiado hasta dejó su faceta arrogante de Patrón y sumo señor del miedo a uno de adolescente ─ Si ─ comenzamos a acercarnos cautelosos, el dolor agudo y breve así como el hecho de estar empapados había pasado a ser el menor de nuestros problemas. Veía como el agua negra y turbia comenzaba a emanar de los cajones de tormenta inundando la plataforma. El tren dió otro pitido y una puerta se abrió de golpe, nos giramos a ver, el maquinista yacía en el piso y sobre él un Cerbero del tamaño de un Gran Danés desgarraba y devoraba su espina dorsal ─ Hay que movernos ─ comencé a correr al vagón de donde creía había venido el grito, nuestro chapoteos resonaban por toda la estación, me giré a ver a Cerbero quien nos miraba detenidamente.
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All We Know
FantasyEn donde Arnold y Dante buscarán al asesino de los padres de Arnold y Peter baja al infierno para rescatar a Gabriel antes de que el infierno lo consuma.