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Narra Robby.—

Maddie me invitó una deliciosa cena, hace años que no comía tan bien.

— Después de esto no podré volver a mis sopas instantáneas— bromeé haciendo que la rubia sonriera.

Me quedéen su departamento hasta entrada la noche, no nos habíamos dado cuenta de todo el tiempo que había pasado, cuando estaba con ella parecía que las horas no pasaban.

Ella había sacado sus cuadernos para terminas sus deberes, y sonreí cuando vi sus ejercicios de álgebra, a pesar de que siempre me expulsaban de mis escuelas y en la última no había durado una semana debido a la pelea contra Miguel. Álgebra siempre había sido una de mis materias favoritas y ver a Maddie luchar contra los números me hizo sonreír aún más.

— Quita esa sonrisa, ¿no ves que aquí estoy batallando?— bufó ella con el ceño fruncido.

— Pásame tu hoja— estiré mi mano para alcanzar la hoja cuadriculada llena de borrones.

Maddie estuvo en silencio mientras yo resolvía con rapidez todos los ejercicios.

— Ahora tienes que decime como hiciste eso tan rápido— dijo en cuanto le devolví la hoja con los ejercicios resueltos.

— No lo se, supongo que los números se me dan bien— comenté, restándole importancia.

— ¿Supones? Robby, eres un total genio— la chica aún miraba sus hojas repasando todos mis números que yo había escrito.

Me fui de su departamento con una sonrisa.

Al día siguiente, volví a sonreir, en mi puerta se encontraba un empaque con una nota: "Los almuerzos fueron hechos para disfrutar, vecino" Maddie me había dejado un almuerzo delicioso, el cual me comí como si nunca antes  hubiera probado semejante cosa.

Llegué a casa después de mi trabajo, tenia que trabajar debido a mi libertad condicional.

Esperé a la rubia durante horas, y ella no apareció en ningún momento, tal vez estaba ocupada con la escuela, quien sabe.

Horas después, salí del departamento y la vi, estaba sentada en el suelo apoyada en su puerta. Miraba si celular tecleando con una sonrisa.

— ¿Qué haces aquí?— me senté a su lado con una sonrisa.

— El wifi del departamento no sirve, no quiero decir nada a mamá porque no podrá pagar el arreglo. Pero la señora Wells tiene una excelente conexión— apuntó al departamento de la izquierda con una sonrisa.

— Gracias por el almuerzo, me encanto— Maddie me dedicó una sonrisa, dejando su teléfono de lado.

— Gracias por álgebra, todos piensan que soy un pequeño genio— reí por el comentario.

— Quiero decirte que no es necesario que me dejes el almuerzo, yo me las arreglo

— Robby, vamos. Quiero hacerlo— su teléfono sonó, pero ella lo ignoró, posó su mirada en mi.

— Es mucha molestia

— Claro que no lo es. Si piensas que es molestia, hagamos un trato: yo hago la comida, tú me ayudas en álgebra

Volví a reír, seguramente la chica pensaba que era un idiota por reír tanto.

— Acepto —dije finalmente.

Así fue como comenzamos a vernos seguido en su departamento, yo tratando de explicarle álgebra, mientras ella cocinaba y asentía ante mis explicaciones con el ceño fruncido.

—¿Puedo decirte algo y prometes que no te alejarás ni correrás de mi?— después de pensarlo durante unos días, decidí contarle a Maddie quien era yo, todo lo que me había sucedido durante los últimos años, era una locura.

— No suelo correr, no tengo resistencia. En mi anterior escuela durante una maratón me desmayé— bromeó pero se calló en cuanto se dio cuenta que hablaba en serio.— No correré, Rob

— Antes de que llegaras, mi vida era demasiado complicada, me expulsaron de la escuela, y termine en la correccional

Maddie se quedo en silencio, procesando lo que acaba de decirle.

— ¿Mads? Ahora es un buen momento para correr, si es que estás pensando en hacerlo

— Por supuesto que no me iré. Mira, tu pasado es tu pasado, nadie  puede librarse tan fácilmente de eso. Ahora estás fuera y tratas de ser mejor, estoy segura. No me iré Robby porque al igual que el tuyo, mi pasado es una mierda.

La miré tratando de hacer que me lo dijera.

— Mi hermano mellizo, Dean McGowen, seguro lo conociste. El ahora mismo está en la misma correccional que estuviste. Y no voy a entrar en detalles de todo porque aún no puedo contar toda la historia sin ponerme a llorar, pero te diré que a Dean lo agarraron por mi culpa, estoy bastante segura de que fue mi culpa.

Dean, Dean McGowen, lo conocía  era un chico de cabello castaño claro que comía en silencio. Cuando estaba en mis ultimas semanas, Dean y Shawn Payne se hicieron amigos.

—¿Ya fuiste a verlo?— pregunté por fin. Maddie negó con la cabeza.

— No se si quiera verme, no lo sé— sonrió cuando le pase la hoja de ejercicios resueltos.

— Deberias ir, te diré algo, en unos días te acompañare. Iremos los dos, de todas formas tengo que ir a ver a un viejo amigo— Maddie dudo al principio, pero finalmente accedió.

Fix You || Cobra KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora