Fix You || Cobra Kai

12

2 años antes

─ Maddie, no iras ─ repitió mi padre mientras yo hacía una mini pataleta en la mesa.

─Por favor papá, toda la secundaria estará ahí, será solo un rato.

Papá negó.

─Hoy tenemos que conducir al torneo de All-Valley, tienes que descansar para la competencia, Maddie. No puedes ir a esa fiesta, tal vez cuando vuelvas.

─Por dios papá lo estaré. Puedo ir a la fiesta y volver a tiempo, lo prometo─murmuré mirando hacia mi mamá en busca de ayuda.

Mama negó con la cabeza.

─Te padre tiene razón, no querrás entrar a la competencia con cansancio.

─¡Pero no quiero ir al torneo!─exclamé una mentira, porque esperaba todo el año por aquel torneo de karate.

─Maddie, iras al torneo─ anunció mi padre─ entrenaste para esto. Además ¿Qué dirán los demás cuando la campeona no se presente otra vez? 

─ No me importa lo que digan los demás─ murmuré mientras Dean me miraba desde el otro lado. Mi mellizo no decía nada, aunque estaba segura de que Dean estaba de parte de papá, siempre lo estaba─ yo solo quiero divertirme y dejar de pensar en karate por un segundo.

─No iras a a la fiesta, Maddie─ volvió a repetir papá antes de levantarse de la mesa, dando fin a la discusión─ ahora ve a tu cuarto y arregla tu maleta que saldremos en unas horas.

Me levante furiosa y me dirigí a mi habitación.

Dean fue detrás mío.

─ Es una estúpida fiesta, Maddie─ murmuró ayudándome a hacer mi maleta, doblaba cada prenda de ropa con tanto cuidado que se veía concentrado.

─ Quiero ir ─ murmuré encaprichada.

─ Yo tampoco iré─dijo por fin.

Reí.

─Saldremos dentro de unas horas, puedo ir un rato ¿verdad?

Dean negó con la cabeza.

─Maddison...─ no le hice caso y trepé por mi ventana y pase al balcón del apartamento de Miguel. Mi mejor amigo se sobresalto al verme, estaba leyendo un comic que se había comprado días atrás.

─ Cúbreme─ le susurré a mi hermano antes de desaparecer y jalar a Miguel para que se moviera de su sitio.

Bailaba saltando con toda la gente.

Miguel estaba unos metros atrás mirándome un poco tímido, siempre lo había sido.

Me acerque a él y lo tome del brazo.

─Vamos, Mig esta canción es estupenda─ reí bebiendo un poco de mi vaso color rojo.

Antes de que mi amigo  pudiera decirme algo sentí una mano en mi hombro, me di la vuelta y vi a mi padre mirándome, decepcionado.

Salí junto a él, me daba tanta vergüenza pensar que al día siguiente todos hablarían que mi padre había interrumpido la música para sacarme de la enorme casa.

─Te lo prohibí, Maddie─ dijo entrando al auto.

Miré mi celular y para mi sorpresa el tiempo había paso demasiado rápido para mi gusto, ya era hora de irnos al torneo, no había tenido el cuidado de controlar la hora y había perdido la noción del tiempo.

─ Solo iban a ser unas horas─ murmuré abrochándome el cinturón.

─Te dije que no y me desobedeciste─ dijo mirando las calles donde los autos tocaban las bocinas. Papá nunca se enojaba, solo se decepcionaba y yo odiaba decepcionarlo con mi comportamiento.

─ Por favor papá, fueron unas horas, para cuando lleguemos al torneo estaré bien.

─ Creo que no entiendes la situación─ dijo mirándome─ me desobedeciste, te escabulliste e hiciste que tu hermano te cubriera, quien por cierto lo hizo de maravilla. No te reconozco, no solías ser así.

─ Soy tu hija─ dije tratando de restarle importancia─ mucho gusto.

─Basta, Maddie.

─¿Sabes que es lo que pasa? Siempre es el karate para ti. Primero el karate.

─¿A que te refieres? 

─ No te das cuenta que ya soy una adolescente, quiero divertirme con mis amigos. Mi novio, a quien por cierto aún no conocí porque me la paso entrenando la mayor parte del tiempo. Siento que  tu no me dejas hacer lo que quiero, lo único que quieres es el karate.

─Podrías entrar con una buena beca gracias a eso. Escuche que tu y Miguel quieren ir a la misma universidad, una beca no seria nada malo Maddie.

Los beatles sonaban por los parlantes del auto y le subí el volumen.

─Maddie, eres campeona en algo que te apasiona ─continuo el con una sonrisa, a él le encantaba verme hacer el karate, le recordaba los días que el había aprendido.

─Ya no se si me apasiona.

─ ¿A que te refieres? 

─ Que ya no quiero hacer karate, papá─ no lo decía en serio, pero estaba molesta con el ─Lo odio, no volveré a entrar a este estúpido torneo.

─No hables así.

─¡Lo odio!─ grite repitiéndolo.

─ No lo odias.

─Si lo odio, odio que no puedo hacer otra cosa más que entrenar.

─Encontrarás tiempo.

─Quiero dejarlo.

─No lo dices enserio, Maddie.

─¿Ves a lo que me refiero?─ pregunté perdiendo los estribos─ parecería que lo único que te importa es el karate, no te importo yo.

─Claro que me importas, te amo mas que a nada, hija.

─¡No! si te importara no me hubieras sacado de esa fiesta.

─Maddie fiestas tendrás millones, yo iba de fiesta pero mi trabajo era mas importante, lo entenderás.─ anuncio entrando a la autopista mire la hora y habíamos estado peleando por casi una hora

─No me convencerás, papá. Odio el karate y después de este torneo lo dejaré.

─ Amas el karate

─ ¡Claro que no! lo odio, te odio a ti por hacerme entrenar

─Maddie...

─Te odio─ lloré.

El se giró a mirarme, dolido por mis palabras. Fue un muy rápido un segundo estaba mirando la autopista, al otro me miro a mi y lo ultimo que recuerdo fue una bocina.

Los beatles seguían sonando.

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