7

1.2K 116 3
                                    

Saludé a Miguel de lejos y me senté lo mas cerca que pude del grupo de personas, quienes tiraban patadas al aire mientras el señor LaRusso y Johnny los miraban paseándose alrededor del pequeño dojo, el cual debo decir, me recordaba mucho en el que solía entrenar.

En cuanto me vió, Hawk me regalo una sonrisa.

—¡Hawk!—gritó Johnny desde atrás— sin distraerse.

—Lo siento sensei— murmuró Hawk, no sin antes hacerme una mueca, reí desde mi lugar.

Sam y Demetri estaban en un costado del dojo junto a un reducido grupo, el cual era supervisado por Daniel LaRusso. En cambio Miguel y Hawk estaban en la otra esquina siendo supervisados por Johnny Lawrence, podría decir sin miedo a equivocarme que a pesar de estar entrenando en el mismo dojo, ambos senseis no podían ponerse de acuerdo.

—¿No se supone que todos deberían estar entrenando como equipo?- pregunté a Miguel, me había levantado de mi lugar para acercarme hasta mi mejor amigo.

— El sensei Lawrence y el señor LaRusso no pudieron ponerse de acuerdo para la práctica de hoy, así que nos dividimos. Ya sabes divide y vencerás. Nuestro objetivo en común es derrotar a cobra kai.

Mire a Miguel aun sin entender, pero decidí asentir y mirar hacia todos los estudiantes, cada uno de ellos estaba concentrado en su entrenamiento que casi no notaron que yo miraba sus movimientos y sin quererlo algunas veces los ayudaba con su técnica.

En cuanto el entrenamiento acabó, Hawk se acercó hasta mi y me abrazó emocionado.

—¡Viniste!— exclamó levantándome del suelo, haciéndome dar vueltas entre sus brazos— ¿qué te parecieron mis patadas?

—Por dios bájame, o me lanzaras por los aires— Reí divertida— en cuanto a las patadas, creo que son increíbles.

En cuanto Hawk me soltó, saludé a los demás y empezamos a caminar dentro del dojo, todos iban cansados y morian por una botella de gatorade, las cuales según indicaciones del señor Larusso se encontraban dentro.

Observé todo a mi alrededor, la sala estaba tan ordenada que me entró una satisfacción enorme al ver hasta los bolsos de entrenamiento en una ordenada fila.

Solté un grito ahogado cuando vi las dos reglas básicas del karate, las cuales mi padre me había enseñado tantos años atrás que no creí volver a verlas, pero ahí estaban colgadas una al lado de la otra, pero mi emoción aumentó en cuanto observé a los bastones de caña a un lado.

Sin poder evitarlo me acerqué y tomé uno, cerré los ojos y empecé a recordar los movimientos que papá me había enseñado hace algunos años.

—Maddie toma uno de estos
—Papá, ¿para qué sirve este palo?
Se llama Bo Maddie— río el mientras yo tomaba de mala gana el palo de caña
Agárralo- repitió
Ya lo tengo—murmuré de mal humor ¿cuando aprendería a hacer una llave? eran mis primeras clases y no veía la hora para aprender a dar patadas y puños, meses después entendí que el karate no trataba de eso, el karate era mucho más que patadas, mi padre me lo enseñó.

—Cierra los ojos, deja que tu cuerpo se mueva y fluya muévete junto al Bo, hazlo Maddie— dijo mientras yo empezaba a moverme suavemente con los ojos cerrados.

De repente sentí como el Bo que el tenía en sus manos me daba en el estómago.
—¡Papá!- exclamé adolorida
—Maddie, defiéndete con el Borío, abrí un ojo para observar como disfrutaba, no pude evitar reír junto a él.
Pero si no puedo ver nada, ¿como se supone que me defenderé?—dije irritada
Tienes un sexto sentido Maddie, úsaloordenó mientras volvía a golpearme.
—¡Papá!volví a exclamar, esta vez agarrando mi pierna derecha, justo donde me había dado
—Podrías anticipar mis movimientos si te concentras, concéntrate, deja de pensar y haz caso a lo que tus sentidos te dicen— volvió a tratar de golpearme, pero lo frené rápidamente
Grité sorprendida, alzando mis brazos hacia arriba a modo de victoria.
—Maddie, sigue así
Y de repente me encontraba en una pelea con mi padre, yo trataba de atacar, el se defendía, el trataba de atacarme, yo me defendía y me cubría con la herramienta de caña.
Ese día no lo supe, lo supe años después, ese día aprendí a confiar en mis instintos, papá me lo enseñó.

Abrí mis ojos y vi como todos me miraban impresionados, en silencio.

—¿De dónde aprendiste eso?- susurró Sam con los ojos abiertos de par en par, por detrás de ella pude ver a Daniel, quien me miraba igual de impresionado que su hija.

—Yo... mi papá me lo enseñó— murmuré dejando el bo en su lugar.

— Les dije que Maddie era un genio en el karate y ninguno me creyó— susurró Miguel

—Maddie, saltaste con ese palo, parecía que volabas—río Hawk, tratando de imitar mis moviéndose.

—Se llama Bo—corregimos Daniel y yo al unísono.

Daniel me miro impresionado.

—¿Cómo te llamas?- me preguntó el señor LaRusso

—Maddie...Maddie McGowen— murmuré mirando nerviosa alrededor.

Daniel sonrió y me invitó a asistir a todos los entrenamientos, acepté gustosa, había olvidado lo mucho que me gustaba el karate.

Fix You || Cobra KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora