Estaba dando vueltas en la sala, mi hermana y mi padre me observaban confundidos, estaba indeciso sobre que hacer.
—¿Que te pasa Diego?—indagó curiosa Sabrina.
—Quería invitar a Anna a salir conmigo, al nuevo parque de diversiones que inaguraron esta semana, Anna mencionó que quería ir con Henry.
—Pues llevala, espero haberte ayudado—habló mi padre—ahora muévete que ya casi empieza nuestra novela.
—¡Papá! ¿Como podría hacerlo? ¿Y si ya invitó a Henry?—le cuestione.
—No lo sabes, no pierdes nada con preguntar, aunque rechace la invitación se dará cuenta que si le prestas atención a lo que dice.
—Es cierto...entonces creo que iré ahora.
—¿A donde?—pregunto mi hermana.
—A su casa, a preguntarle—respondi.
—Simplemente llamala.
—¿Dónde esta la magia en eso?
Tomé mi suéter y mis llaves, salí corriendo de mi casa, tomé un bus para llegar más rápido, estaba nervioso. En cuanto llegue, me baje del bus corriendo, toque el timbre, saqué mi espejo y arregle mi cabello, estaba despeinado, quería verme bien para ella.
Alguien abrió la puerta, se trataba de una chica, imaginaba que era la hermana mayor de Anna.
—Muy buenas tardes—salude.
—No compramos galletas, no nos suscribimos a catálogos y tampoco pienso ser mi propio jefe, gracias.
—No vine por nada de eso, soy amigo de Anna.
—¿Jerry?
—No, Diego.
—No se quien eres, pero ahora te llamo a Anna.
Ella cerró la puerta, me quedé perplejo, creí que Anna hablaría de mí como su mejor amigo, esperaba que su hermana fuera distraída y quizá me olvido, la puerta se abrió nuevamente, esta vez era Anna, sonreí.
—¡Hola!—saludó.
—Hola unicornio.
—¿Que haces aquí?—me interrogó confundida.
—Pues me preguntaba si te gustaría...¿Salir conmigo mañana?—hablé nervioso.
—Claro.
—¡Pues no vayas si no quieres!—grito enojado.
—¡Te dije que si, estupido!—me grite molesta.
Me sentía avergonzado, mi cerebro me traicionó en el momento menos pensado, me cubrí el rostro avergonzado.
—¡Oye estúpida! ¡Están prohibidos los insultos en esta casa!—grito su hermana desde la sala.
—¡Oye no te metas!—grito Anna.
—¡Pues sal al jardín!—grito enfadada.
Anna cerró la puerta molesta, yo solo me reía, solo me sonrió apenada, se acercó a mi.
—Lamento todo eso.
—No te preocupes, fue gracioso—conteste mientras le sonreía.
—Okay...¿A donde iremos mañana?
—Yo vendré a recogerte mañana a las tres.
Queria que fuera una sorpresa, me moría de ganas por ver su rostro cuando llegáramos al parque, sabia que estaba emocionada por la montaña rusa.
—Eso no contesta mi pregunta–respondió algo molesta.
—Quiero que sea una sorpresa, paciencia unicornio–dije mientras sonreía.
—Lo correcto es paciencia saltamontes—corrigió.
—¡Yo lo digo como quiera!—dije mientras reía.
—Entonces te veo mañana—se despidió.
—Ya quiero que llegue mañana.
Ella me sonrió, entro a su casa, me fui caminando hacia mi casa, de pronto empezó a llover, pero no me importo mojarme, me sentía tan feliz, incluso bailaba en la lluvia, tratando de hacerle honor a Gene Kelly, aunque quizás el diría que destruí una de sus mejores coreografías.
Llegue a casa, mi madre me vio y corrió hacia mí con una toalla, me veía preocupada, solo le sonreía, subí a mi habitación, me cambié mi ropa, me acosté en mi cama, me sentía emocionado.
Una llamada me sacó de mis pensamientos. Tomé mi teléfono, se trataba de Anna, conteste inmediatamente.
—Hola unicornio.
—Hola Diego.
—¿Que sucede?
—Nada solo quería oír tu hermosa voz.
—Ya sabia que no podías vivir sin mi voz angelical–me reí–Ya en serio ¿Que sucede?
—Nada.
—Eres mala mintiendo.
—Ya se...pues veras, Henry me invito a salir, aunque creo que es más una cita, no lo dijo pero lo se, bueno el punto es que...le dije que si, no podre salir mañana contigo.
Sentí una punzada en el pecho, después de tantas semanas de no verla y ella prefería salir con Henry, pero de un modo la entendía. Trataba de decir algo pero mi voz no quería salir.
—¿Estas bien?—habló de pronto.
—Si, estoy bien...¿Y a donde iran?
—A la cafetería que esta a unas cuadras de la escuela.
—¿A que hora?
—A las tres, por eso no puedo ir contigo.
—Me alegra que al fin Henry te invite a una...—ni siquiera podía decirlo—cita.
—¿Estas bien?
—Si, lo estoy, solo es que...hablar de él me da asco.
—¡Diego!
—Lo siento, tú sabes que gracias a él ya no estamos juntos.
—Prometo que te devolveré el favor.
—Okay...espero que todo te salga bien.
—Gracias, bueno adiós.
—Adiós.
Colgué, me sentía triste más que molesto, mi madre entró con una taza de café, se acercó a mi, solo la vi a los ojos, ella extendió sus brazos, lo único que hice fue abrazarla, no tenía ganas de hablar de ello.
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¿Cómo hago que me ames?
Teen FictionDiego es el chico malo de la secundaria, al cual no le importa nada, hasta que conoce a una dulce chica por accidente y se da cuenta de que no es tan frio como él cree que es. ------------ Esta es la versión de ¿Como hago que me notes? narrada desde...