3. Josh y Anthony

644 32 0
                                    


"Es el primer amor, el primero en llegar, pero también es el primero en llegar a pensar que es el 'para siempre'".

—Salvarte de esta miseria —Respondió Griffin—. ¿Realmente quieres vivir aquí, Charlotte? Esto es una mierda. —Espetó. Me crucé de brazos.

—Sí, Griffin, quiero estar acá, con mi familia y con el amor de mi vida. —Respondí con mi semblante serio.

—Oh por dios, Charlotte. Jaden no es el amor de tu vida, y nuestros hermanos no les importa una mierda tu vida. ¿Por que crees que están contigo? Porque te necesitan, solo por eso. 

Sabía que Griffin lo hacía para que yo pierda la calma, pero eso será lo último que haré.

—Sabes que nunca te haré caso, eres un maldito enfermo que le obligó a una niña matar a una señora. Eres un puto asesino.

Griffin apretó su mandíbula, y de reojo vi como sus manos se formaban en puños.
Él muestra una sonrisa egocéntrica y se acerca a mi cuello, dejándome oler su perfume.

—Yo no te obligué nada, mi vida, tú misma lo hicistes. Porque desgraciadamente eres igual que yo. Una maldita asesina. —Salió de mi dormitorio dejándome con mi boca abierta.

Sentí punzadas en mi cabeza, mis rodillas queriéndose desaparecer, alrededor mío veía borroso. No quería llorar, pero es imposible.

Con tan solo una maldita oración podía llorar, una maldita oración causa que tú mente se centre en una idea. No quiero ser una asesina. 

Salí de mi habitación. Quería tomar aire, en el patio trasero, pero una mano me jaló del brazo. Miré a Griffin.

Tomé el valor que dudé que tenía. Griffin me miraba con una ceja levantada, sus brazos están entrelazados a la altura de su pecho. Su mirada es superficial, mientras me mostraba su estúpida sonrisa. 

Nunca confío en un narcisista, pero él es una excepción. Juego con él, con facilidad. Él me miente, y yo le miento tres veces más. Y siempre ha sido así.

—Todos dicen que he hecho algo malo, ¿entonces porque se sintió tan bien? —Pregunté tratando de no hacer notar mi temor. Griffin sonríe. La pregunta nunca pensé que iba a salir. Mi temor a mi misma era terrible. Quería morir, quería matarme porque no pertenezco a este mundo.

—Porque eres una villana, disfrazada de una princesa. Tú darías todo por el amor de tu vida, pero él no va a dar nada, ¿o sí, Charlotte? ¿Él hizo algo por ti? —No sabía hacia donde la conversación iba a ir. 

—No tuvo la oportunidad de darme algo. —Traté de excusar. 

Griffin se retiro del dormitorio, mi expresión era de sorprendida. ¿Por que mierda se fue? Por primera vez desde hace años, estábamos conversando sin matarnos. 

Josh

Nos encontramos en una reunión de puros empresarios. Vine a Canadá para concluir mis estudios. Anthony se encontraba a mi lado, él quería agarrarme de la mano, pero siempre me alejaba de él. No quiero que me vean con él. 

Acepto que lo amo, pero no quiero que me vean como alguien cobarde, tener a Anthony me hacía pensar que era una marica, en algunas situaciones. 

Anthony con una reverencia sale de la escena y se dirige al baño. Sabía porque se iba, quería llorar. Los socios ignoraron a Anthony, causando que aprete mi mandíbula y me aguante para no pegarles, por haber ignorado a mi bebé.

Entré al baño, Anthony se encuentra llorando, apoyado en el lavado, su cabeza agachada mientras sus lágrimas bajando por su rojos cachetes. Él al darse cuenta de mi presencia, se quita sus lágrimas con muñeca tapada por la camisa blanca. 

—¿Que pasó, mi amor? —Me acerqué a él y lo envolví con un abrazo. Él lloraba en mi hombro, dejando mi camisa mojada, me importa una mierda. 

—¿Tú me amas? —Preguntó. A decir verdad, su pregunta me hacía causado un agujero en el corazón. Obviamente lo amaba, pero me dolía que no pensara lo mismo.

—Sí, Anthony, te amo. —Contesté con honestidad, a él se le bajó una lágrimas. 

Bajó su mirada y después la subió. Nos encontramos encerrados en un baño. Sus lágrimas caen mientras que sus ojos me miran. Miré a Anthony como si fuera un pequeño y delicado objeto que cuidar. Él es mi todo. 

—No quiero hacerte daño, Anthony, si tú quier... —Me interrumpió. Haría lo que fuera por él. Pero nunca podré arriesgar mi legado. No puedo hacerlo. 

—Josh, te amo ¿okey? Solo te amo, y estamos destinados a estar juntos, siempre lo fue. —Le mostré mi sonrisa de felicidad y lo besé olvidándome por completo que tengo unos socios que me esperan. Me importa un mierda. 

Acomodé su trasero en la encimera, él abre sus piernas para yo tener más acceso a su entrepierna. Agarré sus dos nalgas y las empecé a masajear, sus labios hacen un camino por mi cuello, su sonrisa es lo más precioso que tengo. 

—No sabes como te amo, bebé. —Le susurré en su oreja, dejando una pequeña mordida en su lóbulo derecho. Él me sonríe con un pequeño sonrojo. 

Sus manos se esconden en mi cabellera, arquea su espalda y echa su cabeza para atrás. Le quito su pantalón de traje con sus pequeñas bragas rojas, que lo hacían lucir sexy. Agarro su pene y beso su puntita, él jadea y se muerde su labio inferior para no gemir. 

Me meto su miembro en mi boca, él agarra mi nuca y empieza a empujar mi cabeza hasta que su miembro entre por completo a mi boca. 

—Josh, no sabes cómo te amo. —Gimió, haciendo que sonría en mi interior. 

Con mi otra mano meto mis dos dedos, índice y el del medio, los meto a la boca de Anthony. Él lo chupa como un caramelo. Mi miembro está duro, al igual que el miembro de Anthony. Él se corre en mi boca. Lo beso para que saboreé el sabor salado de su líquido. Cambiamos de posiciones, me senté en el lavamanos.

Anthony se sentó en mi regazo. Mi pene entró al trasero de Anthony. Él no pudo resistir soltar un gemido. Mis penetraciones son brutales, causando un sonido entre mis muslos con las de él. Anthony muerde su labio inferior, y cierra sus ojos. 

Él salta en mi regazo, y su pene choca en mi cadera. Agarré su miembro y empecé a masturbarlo, una vez más. Él sabía que no podía gemir, sus lágrimas bajan causando que una sonrisa maliciosa se formé en mis labios. 

—Sabes que no puedes gemir, mi amor. —Le susurré, él asintió y siguió dando saltos apretando su labios inferior. 

—Por fa-fav-por favor. —Tartamudea.

Él se corre manchando mi camisa blanca de su sémen, besé sus labios tiernamente. 

—Hay que irnos a la casa, para que puedas gemir como se te dé la maldita gana, bebé. —Junté nuestras frentes, y él me sonrió. 

Me cubrí con mi saco negro para tratar de no hacer notar la mancha brillante y blanca de mi camisa. Antony se moja la cara, había sudado como si fuera el mar completo.





Helou :D

¿Les gustó?

Me he demorado en actualizar ksdjaskdja, es que, ya lo tenía solo que me dio flojeritis revisar las faltas de ortogría. 

Nos vemos <3

Valeria-


𝑳𝒂 𝑷𝒓𝒊𝒏𝒄𝒆𝒔𝒂 𝒅𝒆 𝑪𝒂𝒏𝒂𝒅á ―Jaden Hossler―Donde viven las historias. Descúbrelo ahora