11. Déjame Ir

368 33 12
                                    


-¿Qué te sucede, Charlotte? -Preguntó Jaden.

Nos encontrábamos en el patio trasero, limpiando los excrementos de los caballos, me encontraba con el príncipe Jaden. Fuimos obligados a ser voluntarios para limpiar, la reina nos obligó.

Jaden pareció darse cuenta de conducta hostil, y decidió preguntar como si nada hubiera pasado.

-Nada de qué preocuparse, príncipe Jaden. -Contesté.

-¿En serio? Pareces como si alguien te hubiera hecho algo malo. -Sabía que lo hacía para joderme la paciencia, al parecer no entendió que mi hostilidad era para alejarme de él.

Cansada de su ataque de bipolar que se carga, y exploté, mi autocontrol se fue a la mierda desde que entramos al establo. Toda la furia que me aguanté, la saqué, la dejé para que haga lo que sea.

-¿Qué te pasa a ti? Que te comportas como un bastardo, me sonríes y me usas para después ignorarme y hacerme sentir una mierda. -Espeté, cansada de todo.

Él dejó de hacer la actividad y se acercó a mí. Cada paso que daba, no dejaba de nuestras miradas conectarse profundamente, era como a través de sus ojos pudiera sentir como se sentía en estos momentos. Éramos tan trasparentes o éramos tan idiotas para conocernos.

-Te ignoro porque me sigues mintiendo, Charlotte. ¿Qué quieres que haga? Que te bese, que te toque, que te diga que te amo, ¿Qué te mienta? ¿Quieres eso?

Narrador Omnisciente

La plática, llegó a una discusión, bueno nunca fue una plática. Jaden con sus idioteces peleaba con una furiosa Charlotte.

-Lo único que quiero es separarme de ti, lo único que quiero es que me dejes libre. -Ella contestó, sus lágrimas empezaron a bajar.

Los dos se sentían atraídos, pero la controversia hizo que se separen sentimentalmente. Jaden la amaba, pero le dolía que le haya mentido, cada recuerdo que pasó con ella fue algo que se arrepiente y a la vez no. Charlotte necesitaba botar todas las dudas y las respuestas, y lo estaba haciendo.

-Charlotte, te amo tanto, que no quiero dejarte ir. Quiero seguir con esto, aunque duela, lo quiero. -De un momento a otro, el pelinegro confesó, con el corazón en sus manos.

Ella al sorprenderse ante la respuesta, también confeso y no estaba mintiendo en ninguna palabra que iba a soltar. Lo amaba y lo amaba mucho, pero también le dolía.

-Entonces si me amas déjame ir o quédate conmigo. No me ignores, no me hagas sufrir, ámame, hazme sentir amada, recupérame todas las noches que lloré por ti, todos los días grises por ti, toda esa preocupación que me hacía comerme viva.

Ella necesitaba a alguien que rehaga su vida, sus días grises a soleados. Ella necesitaba de él, como en el primer capítulo. Necesitaba que le dé una estructura en su vida.

-No puedo, Charlotte, no puedo y lo sabes.

Él no podía lidiar con las traiciones de ella, con todas sus mentiras y sus problemas. Decía que lo amaba, pero sus acciones eran más claras, hablaban más fuerte. La desconfianza que Charlotte creó en él, era muy grande. Las veces que ha querido estar con ella, la lujuria les ganó.

-Termíname, sepáranos, separa los reinos. -Charlotte pidió, suplicó, rogó, sus lágrimas bajando como cascada, sus manos temblando. Ella estaba decidida, si no quería algo con ella, entonces déjala ir.

-Te amo, Charlotte. -Sus lágrimas bajando, pero sus manos enterrados en sus bolsillos, su espalda recta, aun trasmitiendo ese terror al verlo, su cuerpo intimidante.

Ella estaba lista para empacar sus cosas e irse, por la puerta entreabierta que la estaba esperando. Lo iba a dejar atrás, sin voltear su cabeza, con esos momentos que pasaron juntos. Se iba a ir, no se arrepentiría, estaba lista, pero lo amaba tanto.

-Te dejo ir, terminemos esto.

Él no podía haber creído eso, no cree lo que dijo. La amaba tanto que no podía dejarla ir, pero lo hizo.

Él no se arrepentía de nada, ya no. Cada vez esa sonrisa se agrandaba al recordar todos esos momentos que pasaron juntos, todas esas escenas amorosas que hicieron. Crearon su mundo en una burbuja. La amaba tanto y tenía que dejarla ir.

Cada día se destrozaban, cada día se rompían el corazón, ya no podían fingir en cada beso. Tomará tiempo, tomará mucho tiempo que sus corazones se sanen. Ella lo destrozó, y él igual. Los dos se destrozaron.

Y todo fue por las mentiras del Reino Unido y Canadá.

Jaden

Verla abandonando la habitación, hizo que mi corazón oficialmente se rompa. Sin mirar atrás, imaginándome sus lágrimas bajar por sus mejillas rojas. La iba a extrañar, aunque estemos en la misma habitación, iba a extrañarla.

No podía elegir estar con ella, no podía. Me creó una desconfianza conmigo, una baja autoestima, aunque sea muy bueno en fingirlo. Me hizo sentir culpable y lo soy, pero no tanto con ella.

La amé y lo sigo haciendo, pero sus acciones siempre me decían algo diferente. Me estaba engañando, podía ser, no me miraba a los ojos y sí lo hacía tenía algo en ella. Esto no podía durar por siempre, pero espero que se encuentre mejor después de esto. Espero.

La amo y no la dejaré de amar hasta por un tiempo, o hasta que me enamore de alguien más.









Helou :D

¿Les gustó?

Yo? yo estoy llorando, pero bueno, tuvo que pasar esto. Pero no crean que es final...

Nos vemos <3

Valeria-

𝑳𝒂 𝑷𝒓𝒊𝒏𝒄𝒆𝒔𝒂 𝒅𝒆 𝑪𝒂𝒏𝒂𝒅á ―Jaden Hossler―Donde viven las historias. Descúbrelo ahora