10. Ellas

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Ver a Jaden acariciando tiernamente a Madison, fue... fue muy extraño. Todo el pueblo decía que eran mejores amigos y que ella debió de estar con él, y tenían razón. Ella debe de estar con él.

La sonrisa que Jaden dibuja en su rostro, era la misma sonrisa que aparecía conmigo. Sus caricias por la mejilla de la rubia, algunos besos en su cuello y algunas pequeñas risas, eran igual que las de él y mías. Algunas miradas de reojo, y sonrisas pervertidas, se miraban y se quedaban ahí, atrapados, sonriendo estúpidamente como esa vez que pasó conmigo, como aquella mirada que tuve con él, aquella sonrisa, aquel momento. Lo está repitiendo con ella, su nueva víctima, no lo sé, pero yo ya no estoy en su radar y eso me molesta.

Necesitaba su atención, necesitaba su corazón, necesitaba sus besos, necesitaba sus abrazados, necesitaba sus risas, sus sonrisas, lo necesitaba. No lo admitiré delante de él, no podía.

Caminé silenciosamente por los grandes y vacíos pasillos de la vivienda donde nos hospedamos. Algunas risas se podían escuchar, supuse que era de Dixie por su divina voz, sonreí al escuchar y fui donde ella.

La pelinegra reía a solas y me causó rareza, así que me metí más para poder verla. Estaba apoyada en el balcón de cemento, mientras que sonreía y a veces reía, mirando el bosque que estaba en su entorno.

—¿Princesa Dixie? —La llamé un poco confusa, ella se volteó y en su mano tenía un vino. Supuse lo que sucedía.

—Princesa Charlotte, que agrada su sorpresa. —Dijo un poco mareada, a lo que yo sonreí ante su descuido con el alcohol. Nunca vi a la princesa Dixie tomar, ni mucho menos ebria. Era mi oportunidad de hacerle algunas preguntas, aunque la quisiera, necesitaba preguntarle lo que sabía de Charli y Addison.

Jaden

Hablar con Madison me recordó a Charlotte. Lo que hacía con Madison me recordó a ella, a Charlotte, a mi Charlotte. Sé que soy un bastardo con ella, pero todavía me duele todas las mentiras que me hizo, me miraba y me besaba sabiendo todo eso.

Qué pena, realmente qué pena con ella. Aunque la amé, a veces siento toda esa traición recorriendo por mi cuerpo. No me gustó que se comporte así, de ninguna manera la perdonaré, no por un tiempo.

—Príncipe Jaden. —Madison me llamó. Estábamos conversando en la mesa, algunos comían alegres y charlaban, mientras otros decían observar. Nos encontrábamos compartiendo con la familia de los Lewis.

—Dígame, lady Madison. —Contesté esbozando una sonrisa divertida, ella voltea los ojos y mira a la puerta haciéndome una seña con su cabeza. —¿En este momento? —pregunté, ella asintió.

Algunas veces cuando tocaba a Madison, venía a la mente Charlotte, sus gemidos, sus palabras, su cuerpo. Estaba loco, lo sé, pero esa chica me volvía así. Era una persona insaciable, y eso me mataba. Madison me recuerda mucho a Charlotte y eso me desespera.

Charlotte

—No por ser una chica bonita deba de ser insegura de mis habilidades, plebeyo. —Mencioné, sentada –obligada–. Un grupito de (al parecer) tíos de los Lewis estaban subestimando el trabajo de las mujeres.

Ahora que lo pienso debí quedarme callada, no quería escuchar sus estúpidos argumentos en estos momentos. Charlotte, para la próxima no digas nada y sigue comiendo.

—Aunque, esté un poco ebria puedo notar su incomodidad. —Comentó una divertida Dixie, le sonreí y asentí con mi cabeza. Me sentía muy incómoda, más si tengo a un Jaden muy cariñoso con su "mejor amiga". Mejor díganme que son amantes que me está comiendo viva sí son o no son.

Acepto que me causa celos verlo así con ella. Cuantas veces me he disculpado con él para recibir ese amor que necesitaba, pero lo único que recibía era nada, nada y nada. Me hacía sentir tan mal, como cada mirada podía traspasar mi cuerpo y darme un golpe por donde más me duele, me sentí así, me siento así. Y está bien que se sienta mal por haberlo engañado y probablemente sea yo la culpable de la desaparición de ellas, pero también me duele no tener a nadie para que me ayude a desahogarme, bueno, sí tengo, pero necesitaba de él y espero que él también haya necesitado de mí.

Jaden

Charlotte había causado una pelea en mi familia. Mis papás se separan, mis hermanos estaban confundidos. Dixie amante de Quinton, mis hermanos; mi mamá siéndole infiel a mi papá con Vinnie, el príncipe de Reino Unido; y ella, ella engañándome. Me enamoré de ella, y lo único que hizo fue engañarme, usarme.

No sé cuántas veces me usó o no sé si en realidad me ama, pero todavía esa herida que ella provocó en mí, seguía fresca, no podía cicatrizar si no nos dejábamos ir...





















Helou :D

¿Les gustó?

Ya hice el final de esta historia y va a ser tan... tan lkeyruiencps. 

Les recomiendo que se preparen por lo que vendrá... si ya conocen algo de mis obras o de mí, sabrán mis finales... 

Nos vemos <3

Valeria-

𝑳𝒂 𝑷𝒓𝒊𝒏𝒄𝒆𝒔𝒂 𝒅𝒆 𝑪𝒂𝒏𝒂𝒅á ―Jaden Hossler―Donde viven las historias. Descúbrelo ahora