No pedí una princesa

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10 octubre 2019

Por fin, inician mis días de descanso, dejaré por algunos días los tacones, el maquillaje llamativo y las cámaras, además comer un postre no está de más.

El reloj marca las nueve de la mañana y tengo que levantarme, no puedo estar todo el día en pijama, aunque quisiera, tengo que cumplir con la cita de José y Mariana, mi manager y mi maquilladora.

Arriba, la ducha me espera.

—¿Qué me pondré hoy? —a pesar de estar recién levantada mi voz sale con gran ánimo.

No es necesario darle tantas vueltas al asunto, un vestido y unos zapatos deportivos, algo cómodo y ligero.

Antes de ingresar al baño enciendo mi pequeña radio y busco mi emisora predilecta; en los estantes de mi baño busco mi jabón y shampoo favoritos, me aseguro que no se encuentren vacíos y finalmente me dirijo bajo la ducha.

Adiós pijama, hola cuerpo escultural; abro el grifo de la regadera y dejo que el agua haga su recorrido, desde mi cabello hasta mis pies. Logro escuchar bajo el agua la canción que suena en mi cuarto, al parecer decidieron darme un gusto, una canción pop en español.

Pasa la noche y quédate mañana y todo el día. Desde esa noche eres mía mi amor, siempre serás mi bonita de amor, para nadie serás un secreto.

Pasa la noche conmigo bonita, pasa la noche conmigo bonita, pasa la noche conmigo bonita.

Definitivamente se debe estar muy enamorado para dedicar alguna canción como esa. Afortunada ella. En fin, sigo con mi baño, frotando aquí y allá.

Salgo de la ducha envuelta en mi bata, creo que en un futuro cuando sea tan famosa como Shannon de Lima o Miranda Kerr compraré unas cuantas batas de seda, oh sí, una para el baño, al salir de la cama, al llegar del trabajo, en fin, creo que haré una lista para saber cuántas son. Mientras busco la lencería para el día de hoy una melodía ajena a la que suena en la radio empieza a sonar y siento que se me hace muy familiar.

It's close to midnight

And something evil's lurking in the dark

Under the moonlight

You see a sight that almost stops your heart.

You try to scream

But terror takes the sound before you make it

You start to freeze

As horror looks you right between the eyes

You're paralyzed.

Rayos, dónde dejé el celular?, piensa Toña, piensa. En la almohada no está, en la mesa de noche tampoco, en la sala, debe estar en la sala. Salgo en su búsqueda y sí, aquí está; presiono rápidamente el botón verde antes que deje de sonar.

Mi chica favorita por fin contesta —su voz es muy monótona.

—Hola José, yo estoy bien en la mañana de hoy no te preocupes —hablo de manera sarcástica ante sus palabras.

Olvida eso, además tú y yo no somos de formalidades cuando hablamos.

—Cierto, tienes un punto a favor.

Pasaremos a recogerte dentro de quince minutos y espero que te encuentres lista para cuando lleguemos.

—Espera, ¿sólo quince minutos? —pregunto confundida, es algo rápido.

A Fuego Lento [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora