21 Noviembre 2019
Ahora entiendo lo que es estar al filo de un acantilado y querer saltar, pero sentir que las cadenas que te atan al suelo son más fuertes que antes, que incluso queman y que aunque sabes como deshacerte de estas es imposible, el sentimiento sigue estando allí.
Melissa había llegado por mí después de llamarla, cuando gracias al desconocido logré saber en donde estaba; su abrazo era lo único que necesitaba y lo que quizás sea lo único que me mantenga a flote.
Dos semanas desde aquello, más de siete días sin saber qué había pasado en su departamento cuando salí, bueno, me sacaron de allí. Gracias a Melissa puedo saber como están mis padres, aún se niegan a hablar conmigo por cada palabra que Grace había sembrado en ellos y en diversos medios de comunicación, yo había arruinado su matrimonio y me había aprovechado del nombre de Cristopher para tener fama...
Estoy segura que si antes me habían cancelado en diversos eventos de modelaje, ahora, mi nombre estará vetado para siempre; después de todo eso no era mío, no había logrado tener en lugar por mérito propio, quizás me lo merezca.
—Estuvo de nuevo en la clínica, seguridad tuvo que sacarlo de allí antes que provocara un gran escándalo.
Melissa ingresa a la habitación, podría decir que es la suya, pero con tantas en en lugar no lo se exactamente; sus manos cargan, de nuevo, una charola con dos tazas de café y algunas galletas, que me imagino, son sus favoritas.
—Se aburrirá —Le agradezco con la mirada su detalle, esta vez no lo puedo rechazar, me he levantado con hambre.
—Sabemos que no es así —comenta Melissa y al mirarla puedo ver su pena hacia mi situación—. Sabes, esta vez fue diferente, antes que lo expulsaran por completo me dijo que se iría...
La taza cae de mis manos y el líquido que aún contenía se esparce por el suelo.
—¿Irse?
—Creo que es lo mejor para los dos, tú ya te estás alejando y él debe hacer lo mismo ¿Qué otro dolor debes soportar si siguen juntos? Además...
—¿Además qué? Al parecer aún no se acaban las noticias —comento mientras busco una toalla para limpiar el líquido que he tirado.
—Mariana quiere hablar contigo, al igual que Jose, según he logrado saber, ella lo ha dejado, Mariana no sabía nada del tipo de cercanía que llevaba Jose con Cristopher.
—Me cuesta creer que todo ese plan del restaurante y el "encuentro casual" —levanto mis manos para hacer comillas a estas últimas palabras— con él haya sido orquestado por ellos dos, nada fue real.
—Te enamoraste.
Pensarlo y ahora oírlo, ambos generaban en mí, un indudable dolor.
—Sobre Mariana y Jose, sé muy bien que hacer.
—¿Qué quieres decir? —Mel pregunta con cautela, sin embargo, creo que ella ya sabe que es lo que haré.
—Renunciaré a todo, ya no tengo ese trabajo, ¿te das cuenta que siquiera alguna vez lo tuve? El Dorado es lo más cercano a tener algo propio y lo único, sin embargo, después de todo lo que ha pasado...
—Claudia renunció o bueno, decidió vender su parte, lo siento mucho.
—¿Qué?
Trato de sentarme antes que me desvanezca sobre el suelo. No lo entendía, Claudia había cambiado, y bueno todos lo hacen, pero decidir renunciar a lo que un día se construyó...
—Tuvo miedo —informa Melissa tomando mi mano— o eso es lo que quiere hacer parecer, para los empleados de tu empresa solo fue una oportunidad de tener algo más de lo que había invertido y que mejor que vender su parte por una gran cantidad.
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A Fuego Lento [Sin editar]
RomansaCuando la miró por primera vez deseó que fuera suya, no se conocían, pero estaba en sus manos llegar a su lado como una casualidad; ella es joven y con gran talento, aunque no lo admite quiere encontrar a la persona correcta para dejar sus tristezas...