Capitulo 26

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MARIZZA

¡Cuánto odio sentí por esa chica! Ahora iba a aprender de inmediato que debía mantenerse alejada de mí.

Llegué a su casa y toqué el timbre, la misma ama de llaves abrió la puerta.

Antes de que dijera nada, le pedí "permiso" y subí a la habitación de Sol.

Entré y escuché el ruido de la ducha proveniente del baño. No iba a pegarle, iba a arruinar todas esas payasadas que hizo por Pablo.

¡Ojalá hubiera hecho esto hace mucho tiempo! Comencé a romper y romper todas las fotos, una por una. 

-¡Oye! - escuché un susurro detrás de mí. Era Pablo.

-¿Me seguiste? 

-No quería que la golpearas. 

-No la pegaré. 

-Lo sé ... Dios mío ...- dijo sorprendido, mirando a su alrededor- Sé que lo he visto en fotos, pero personalmente da más miedo. 

-Y por eso voy a destruir todo. 

-¿Tú qué? No puedes entrar en las habitaciones de las personas y destruir cosas. 

-Puedo cuando la persona tiene muchas fotos de mi novio sin su permiso. 

-Marizza...

-Si no ayuda, no dolerá- R
rompí las cosas de nuevo mientras él miraba. Cuando me di cuenta, todo estaba en el suelo. - ¡Listo!- sonreí. 

Oímos que se apagaba la ducha y salimos de allí rápidamente.

Aún había tiempo para escuchar el grito de Sol cuando entró en la habitación. Tan pronto como salimos de la casa, nos reímos sin aliento. 

-Te estás riendo.- dije, recuperando el aliento. 

-No pensé que esto estuviera bien, pero la adrenalina siempre es buena. 

-Esto es poco comparado con lo que nos hizo. 

-Sí, lo sé. ¿Podemos irnos ahora? 

-Maldita sea, tengo que sacar mis cosas de la casa de Javier antes de volver a la escuela. 

-Te llevaré allí.

Nos subimos al coche y nos dirigimos a la casa de Javier.

Afortunadamente, él no estaba allí. Saqué la llave de debajo de la alfombra y entré.

Pablo me ayudó a conseguir mi ropa, conseguí el acuario con Medusa. Tomamos el camino a la escuela. Detuvo el auto en el estacionamiento y me miró. 

-¿Quieres que me quede aquí contigo? 

-¡Claro que quiero! - su celular vibró y lo levantó para leer el mensaje. Su cara no era muy buena. -¿Que pasó? 

-Después de esto, pensé que Javier no iba a denunciar a mi papá, pero eso es exactamente lo que hizo. Mi mamá me envió un mensaje de texto. Tendré que irme a casa. 

-¿Quieres que te haga compañía? 

-No. Prefiero que te mantengas alejada de estos problemas. 

-Está bien. Pero pase lo que pase, llámame.- sonrió, nos besamos por última vez y me bajé del auto. 

Caminé hasta mi habitación y dejé mis cosas allí.

Acaricié a Medusa por última vez y fui a la sala de estar a ver la televisión.

Algunos estudiantes se habían quedado en la escuela este fin de semana, ninguno que yo conociera. Estaba sola en la sala de estar cuando escuché que se abría la puerta.

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