Capitulo 39

463 36 19
                                    

MARIZZA





Nos mudamos a un pequeño pueblo de Florida.

Era un lugar muy difícil de encontrar. Según lo acordado, Mora estaba enviando el dinero necesario para nuestra supervivencia. Mi padre y yo comenzamos a tomar un curso de jardinería que duró un promedio de 7 meses.

A medida que pasaban los meses, mi barriga se hacía cada vez más evidente.

En el quinto mes me enteré de que sería un niño y hasta elegí el nombre. Mi pequeño Bautista. Todo el amor que no podría darle a Pablo, se lo daría a mi hijo. Ya lo amaba incondicionalmente, aunque ni siquiera había visto su carita.

Mi padre y yo pasamos los últimos meses de mi embarazo ordenando la habitación de Bautista con un tema marinero. Confieso que me estaba poniendo muy lindo.

En el noveno mes de mi embarazo. Mi barriga era enorme. Era sábado por la noche. 

-¿No crees que es mejor ir al hospital? 

-¿Qué? - me reí - Papi, aún no es el momento.

-Por supuesto que lo es.

-No he tenido calambres en dos meses. Estoy seguro de que cuando quiera venir, los calambres vendrán como una venganza. 

-Es solo que estoy muy preocupado. No quiero que nada salga mal con el nacimiento de mi nieto. 

-Nada va a salir mal, papá- le sonreí. 

-¿Extrañas a Pablo?

-Sabes que lo hago. 

-Sabes ... sería una tortura para mí no tener la oportunidad de acompañar el embarazo de mi hijo. ¿No te duele saber que se lo está perdiendo todo? 

-Sí. Mucho. Pero perderá mucho más que eso. No verá a Bautista decir las primeras palabras, dar los primeros pasos, ir a la escuela ... Trato de aceptar la realidad. A mi hijo nunca le faltará nada. No necesita un padre. Va a tener a mamá y al abuelo- me acaricié el vientre. 

-Sabes que necesita un padre. Sabes que cuando crezca y aprenda a razonar, te preguntará quién es su padre. 

-Y te diré la verdad. Que su padre tuvo que hacer un viaje muy importante y terminamos alejándonos. Apenas eso. Nunca entraré en detalles sobre este tema y, además, no quiero que hagas eso.

-No lo haré - sonrió de reojo- Bueno, es tarde. Será mejor que nos vayamos a la cama. 

-Okay, ayúdame?

Con cierta dificultad, me ayudó a levantarme. Fui a mi habitación y me acosté a dormir. En medio de la noche, sentí que algo húmedo corría por mis piernas. Me desperté y toqué las sábanas que estaban muy mojadas. Traté de mantener la calma y respiré hondo. Seguía sin sentir ninguna contracción, pero sabía que la bolsa se había roto. Traté de levantarme lentamente y tan pronto como me puse de pie sentí una punzada aguda en mi vientre. 

-PAAAAIII- grité mientras me sostenía de la cabecera. 

Vino corriendo a mi habitación y me ayudó a salir de la casa. Me metió en el coche y nos dirigimos hacia el hospital. El médico que me atendia me había dicho que sentiría como si fuera un cólico normal, pero dolían como 30 cólicos juntos. Empecé a tomar una respiración profunda. Mi padre me pidió que me calmara, pero no hay forma de mantener la calma sintiendo un dolor tan insoportable.

Llegamos al hospital. Nada más entrar me pusieron en silla de ruedas y me llevaron a la sala de partos. El médico realizó todas las pruebas necesarias. Después de que todo el equipo se reunió, comencé a ponerme de parto. Las enfermeras me pidieron que  inspirara y que empujara. Eso fue oficialmente lo más difícil que había hecho en mi vida. Empujé por última vez y pude escuchar el eco de ese grito a través de la habitación.

Sentí las lágrimas correr por mi rostro. Me trajeron al bebé para que lo viera. Sostuve a mi hijo en mi regazo y miré su carita por primera vez. Allí mismo estaba segura de que mi angelito era el más especial. Lo llevaron a la guardería y yo estaba en reposo. 

-¡Hija!- entró mi padre después de una hora- Vi a mi nieto en la sala de maternidad. Es el niño más hermoso del mundo- la sonrisa de mi padre era enorme. 

-Así es - sonreí. 

-¿Cómo te sientes? 

-Cansada y extremadamente feliz.

-Genial. 

                           **********

   
Después de dos días, Bautista y yo volvimos a casa. Al principio fue difícil. Como tenía que descansar, Bautista se acostó conmigo para que yo no tuviera que moverme. Me asombró cómo lloran tanto los bebés. Cada 10 minutos se despertaba llorando. Mis senos se sentían mucho más grandes y doloridos. La sensación de amamantar fue un poco extraña al principio, pero pronto me acostumbré.

Con cada día que pasaba, el amor que sentía por ese pequeño ser humano simplemente aumentaba. 

Pasaron los meses, los llantos disminuyeron cada vez más. Pude ver todo el desarrollo de Bautista. De la apariencia al razonamiento. Cada día se volvía más inteligente. Y Dios, cómo se parecía a Pablo.

Era impresionante.

Me hizo sentir más cerca de ese gran amor que me vi obligado a dejar atrás. No era solo Bautista, el tiempo también parecía estar afectando a mi vieja amiga que ahora medía unos 2 metros. Medusa había crecido tanto que gateaba suelta por la casa.

A Bautista pareció gustarle, pero yo me preocupé. Medusa era vieja y tenía problemas. El veterinario me dijo que podía ponerse agresiva y eso me preocupó. Terminé contactando con IBAMA y la llevaron a una reserva forestal. Viviría bien, eso lo sabía. La extrañaría durante mucho tiempo. 

Cuando me di cuenta, mi bebé ya estaba en la cúspide de su primer año. Siempre muy emocionado, inteligente y aprendiendo sus primeras palabras. Ya me llamaba "mamá" y a mi papá "abuelo".

Mi padre y yo abrimos nuestra florería y comenzamos a turnarnos. Mientras uno se ocupaba de Bautista, el se ocupaba de las flores.

Mi hijo estaba siendo criado en medio del aroma de esas perfecciones hechas por Dios. El negocio iban bien, la vida aún mejor.

Pero, siempre faltaría algo. Siempre sentiría un poco de vacío en mí. Este vacío solo podría llenarse si tuviera a mi Pablo conmigo. La falta de él era como una puñalada en el pecho que insistía en doler cada vez que recordaba nuestros momentos y la magnitud de nuestro amor.

Estaba segura de que volverlo a ver sería poco probable. Y si fuera asi, ¿Qué le iba a decir?

La vida hizo que nos perdiéramos de todos modos. Miro a Bautista e imagino la felicidad de Pablo si supiera que es padre.

Ojalá lo supiera, pero desafortunadamente las cosas no son tan simples como uno quisiera que fueran.












Continuará......



♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡

Bueno ya nació Bautista, ahora veremos que pasa con Marizza sin la presencia de Pablo

Espero que les haya gustado el capitulo

Nos estamos leyendo

Besos

CONECTADOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora