CONECTADOS

Capitulo 41

PABLO

2 años después

Pasé casi 2 años de mi vida buscándola.

Lo confieso, cuanto más tiempo pasaba, más pensaba en lo peor. Recuerdo el último día que incluso lo probé. Estaba en mi computadora analizando el mapa de los Argentina, España, ciudad por ciudad. Quería revisar cada uno de ellos. Escuché sonar el timbre del apartamento y fui a contestar.

Consuelo estaba allí con una botella de vino. 

-¡Hola! - dije sonriendo. 

-Hola- me devolvió la sonrisa- Traje algo para distraerte- dijo señalando la botella.

-Adelante- ella entró, tomé dos copas de la cocina y volví a la sala de estar.

Empezamos a beber mientras hablamos. 

-Vi que estabas mirando el territorio de Argentina y España- señaló la lapto en la mesa de café. 

-Sí. Estaba viendo a qué ciudades era posible que se hubiera ido Marizza. Respiró hondo y se sentó en el sofá- ¿Todo bien? 

-Pablo, has estado tratando de encontrarla durante casi dos años y no pudiste. Creo que Marizza no quiere que la encuentren. Ya es hora de que la dejes sola. 

-Pero la amo. Nunca voy a desistir.

-Razona conmigo, si ella te quisiera no se habría ido por su propia voluntad. Se fue por su cuenta porque quería. Ella eligió bloquearte de su vida. Estamos perdiendo el tiempo buscando a alguien a quien no podemos encontrar. 

-Consu, ella me ama, estoy seguro. 

-Quizás tus conclusiones estan equivocadas. Si ella te amaba, no se habría ido, desafortunadamente eso tenía sentido. 

-Sí ... puede que tengas razón- me rasqué la nuca. 

-Está bien. Ahora, ¿me prometes algo?- colocó su copa sobre el centro y me tomó de las manos-Deja de buscarla. Deja que te encuentre cuando quiera. Además, si ella quiere mantenerse alejada de ti, esta búsqueda es en vano. ¿Me prometes que pararemos aquí?- miré la pantalla del portátil.- Oye mirarme. No dejes que tu amor por ella se convierta en una obsesión. Los amores se pueden olvidar.

-Yo ... creo que tienes razón. Me daré por vencido- ella sonrió tiernamente. 

-Sé cuánto te duele esto. Pero quiero que sepas que no estás solo. Puedo ser tu hombro amistoso, tu refugio seguro. Te ayudaré a recuperarte. La conexión que tenemos es fuerte, lo siento. Te prometo que te ayudaré a olvidarte de ella- acarició mi rostro. 

Consuelo había sido una gran compañía para mí todo este tiempo. Era una mujer admirable por ser inteligente, divertida, sabia y confieso que también es muy hermosa.

Parece que acabo de empezar a darme cuenta de lo hermosa que es. La forma en que sonríe, los ojos brillantes y la forma perfecta de su rostro. Ese pelo largo y rubio…

Consuelo era una mujer con la que todo hombre quería estar. En ese momento, pensé que ella podría ser la clave para que me olvidara de Marizza para siempre.

La chica de España que conocí a través de Internet debería quedar en el pasado. 

Empecé a acercarme a Consuelo. Puse una de mis manos en su cara y la acaricié lentamente. Cerró los ojos y suspiró. Me acerqué y toqué mis labios con los de ella. Al principio fue un toque tímido y tranquilo, pero pronto dejé que mi lujuria se apoderara de mí. La abracé con más fuerza y ​​la acosté en el sofá, poniéndome encima de ella. Besé todo su cuerpo mientras suspiraba. Allí, en ese sofá, tuvimos sexo durante casi 2 horas. Nunca había tenido tanta intimidad con una mujer que no fuera Marizza. Esto era nuevo, aterrador y emocionante. Cuando terminamos, nos acostamos en nuestros brazos.