Capitulo 53

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PABLO

Estaba trabajando en mi oficina cuando escuché a alguien discutir con mi secretaria. Parecía ser la voz de Marizza.

Salí de mi oficina y ella estaba luchando para que la secretaria la dejara pasar. 

-¡Pablo! ¡Necesito hablar contigo!- parecía desesperada. 

-Dr. Bustamante. Traté de explicarle a esta chica que necesitaba hacer una cita pero ...- me dijo afligida mi secretaria

-La próxima vez, déjala entrar, ¿ok? Ella es mi amiga. 

-Oh, perdóname.

-Vamos Marizza- entramos a mi oficina y le di un vaso de agua para que se calmara- ¿Qué sucedió? 

-Necesito un abogado. 

-¿Para qué? – fruncí el ceño. 

-El padre de Camila decidió aparecer y ahora quiere la custodia de ella- me congelé tratando de procesar esa información. ¿El hombre que probablemente me había robado a Marizza quería quitarle a Camila?

-¿Qué quieres decir con qué él "Padre de Camila"? ¿Tus hijos no tienen el mismo padre?- ella respiró hondo. 

-No - se rascó la nuca. 

-Ah…- sentí una leve molestia.- ¿Y quién es el padre de Bautista?- arqueé una de mis cejas. 

-Mi problema es con el padre de Camila - habló casi con rudeza. 

-Está bien. ¿Cuál es su nombre?

-Joaquín. ¡Vino a mi casa y vino exigiendo a la niña! Me amenazó con pelear por ella y esta mañana lo conseguío. Me entregó una citación advirtiéndome del proceso de custodia. 

-De acuerdo, seré tu abogado. Pero necesito entender el caso. ¿Por qué Joaquín no crió a su hija? 

-Rechazó a Camila incluso antes de que naciera. Quería que abortaran a la niña. 

-¿Por qué no la quería? 

-Estaba casado. Ahora que la mujer lo ha dejado y él está solo, quiere compensar esa soledad con mi hija.- me quedé boquiabierto. 

-¿Te enganchaste con un chico casado? - parecía incómoda con la pregunta- OK. No es necesario que respondas. Te doy la seguridad de que no tienes por qué asustarse. Las posibilidades de ganar de Joaquin son mínimas. Por lo general, la madre biológica siempre gana ”- parecía aún más preocupada.- ¿Algún problema? 

-Bueno, sí ... ¿y si no soy la madre biológica? 

-¿Qué ?? - me sorprendió.- ¿No eres la verdadera madre de Camila? 

-No de sangre. Pero, la adopté, le di amor, cariño, cuidado. Soy su madre y nadie tiene derecho a quitarme a mi hija-  sus ojos se llenaron de lágrimas.

-¿Por qué no me lo dijiste? 

-¿Por qué debería decírtelo? 

-Me debes mucho, Marizza. Terminé dejándote ir, pero no te olvide. Hay muchas cosas en tu vida que aún no me quedan claras. Ahora mismo estoy muy sorprendido. 

-No es porque nos hayamos reconectado de alguna manera que tenga que decirte algo de mi vida. ¡Mi vida todavía no es asunto tuyo! 

-¡Cálmate! No te hice nada, ¿de acuerdo? 

-No. ¡Pero Consuelo si lo hizo! ¡Todo esto es culpa suya! Me prometió que no se lo diría a nadie y lo primero que hizo fue buscar al padre de Camila y decirle dónde estaba. 

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