Capitulo 50

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MARIZZA

Amistad ... una palabra que nunca imaginé haber escuchado relacionada conmigo y con Pablo. Todo lo que menos quería era ser su amiga, pero no podía hacer nada. No le quito la razón por la que dejó de amarme. Él siguió adelante y conoció a otra persona, yo también debería hacer eso, pero nunca pude.

Fui al baño y me di una ducha caliente para relajarme un poco. Terminé teniendo la idea más estúpida del mundo. Quería enfrentarme a todos los demonios que encontré en mi vida, nunca tuve miedo de nada, nunca ignoré nada que pudiera lastimarme, ¿por qué continuaría ahora?

Me puse un atuendo y conduje hasta la prisión de máxima seguridad de Seattle. Confieso que la curiosidad me ayudó a estar ahí, no se como terminó en esta ciudad, parecía que todos estamos unidos por el destino y terminamos en la misma ciudad, pero el foco principal era entender lo que es sentir amor por una persona y no poder tenerla.

Tenía miedo de terminar tan obsesionada con Pablo, como él lo está conmigo.

Los guardias me llevaron a la sala psiquiátrica. Este lugar era aterrador y oscuro. Todas las celdas tenían paredes de vidrio blindado, por lo que los médicos podían observar más fácilmente el comportamiento de los reclusos.

Nos detuvimos frente a su celda. Estaba de espaldas, frente a una pared llena de mis dibujos. Estaba haciendo otro dibujo. En total, yo era una adolescente, todavía con mi cabello rojo y mi ropa rota.

-¿Javier?- lo llamé. Dejó de dibujar de repente y pareció congelarse- Soy yo. Quiero hablar con vos- se volvió lentamente y me miró. Sus ojos parecían aún más vidriosos de lo que recordaba. Su rostro parecía haber envejecido unos 20 años más, su expresión era realmente loca. 

-¿Marizza? - se acercó al vaso y puso sus manos sobre él- En esta alucinación te ves diferente, ya no eres un adolescente. 

-No es una alucinación. Realmente estoy aquí. Han pasado 8 años, soy mayor. 

-¿Es real? Dios mío, Marizza … -me miró de arriba abajo- Eres aún más hermosa. Ahora tengo nuevos recuerdos de cómo te ves- él sonrió como si estuviera impresionado. 

-Me sorprende en lo que te has convertido. 

-El amor es un virus muy destructivo. Amar demasiado puede volver loco a alguien, especialmente cuando no podemos tener a la persona que amamos- aparté la mirada- ¿Tienes algún problema, cariño? ¿Como va la vida? 

-¿De verdad quieres saberlo? 

-Pasé todos estos años encerrado aquí deseando saber algo sobre el amor de mi vida y de repente ella está aquí frente a mí. Quiero saber. 

-Tuve dos hijos. 

-¿Con Pablo?- dijo con los dientes apretados. 

-Solo el niño es el hijo de Pablo, la niña es adoptada. Los crié yo sola, lejos de todos, en otra ciudad. Cuando regresé, Pablo estaba comprometido con otra mujer y ahora quiere ser mi amigo. Me veo en la misma situación que tú. Amo a alguien que no puedo tener, es frustrante. 

-¿Me estás tomando el pelo? ¡Estoy atrapado en esta jaula precisamente porque elegiste estar con él! ¡Lo mínimo que puedes hacer es permanecer juntos! ¡Simplemente demuestra que ninguno de mis brotes valió la pena! 

-Todo en esta vida tiene una razón. Quizás, estabas enfermo mucho antes de enamorarte de mí, eso solo servía como válvula de escape. Es cierto que entre él y yo nunca más habrá nada, solo quiero aprender a lidiar con eso. 

-No hay forma de lidiar con eso. Lo intenté, lo juro. Marizza, quédate con él, recupéralo, por respeto a mí. La culpa de que esté aquí es tu amor, ¡no hagas un desperdicio de mi prisión! 

-Creo que vine al lugar equivocado ... 

-Sí. Pero me encantó verte, mi amor. Ojalá yo hubiese sido el padre de tus hijos, estaría mucho más agradecido que Pablo. Todavía hay mucho amor en mí. 

-Me gustó más quién eras en España– me acerqué y puse mi mano sobre el vaso sobre su mano. 

-Te extraño. Ojalá pudiera tocarte. 

-Eso nunca volverá a ser posible. – dije alejándome para irme. 

-Te amo más que a nada en este mundo, siempre serás mía, al menos en mis sueños - hablaba oscuramente. 

La idea de que arrestaran a alguien por amarte demasiado era incómoda. Ojalá Javier hubiera seguido siendo mi amigo sin haberse vuelto loco de esa manera. Fui hacia él en busca de respuestas, pero ahora tenía más miedo de lo que podía sentir. Regresé a casa hacia el anochecer.

Entré y vi a mi padre jugando con los niños en la sala. 

-¡Mamá! ¡Consuelo envió mis diseños de vestidos a la boda! ¿Quiere ver?

-Ya los veré después.-dije sentándome en el sofá.

-¿Estás bien? ¿Donde estabas? 

-Niños, ¿hicieron su tarea?- dije ignorando la pregunta de Camila

-Yo ya la hice- dijo Cami

-Yo no- dijo Bauti

-Camila, ayuda a tu hermano, por favor- se levantaron y fueron al dormitorio.

Mi padre me miró con seriedad.

-No me mires así, ¿ok? 

-Siento que la cagaste mucho. 

-Fui a ver a alguien que me ayudara a entender cómo es lidiar con el amor no recíproco. Pero, busqué sentido en una cabeza loca. 

-¿Con quién hablaste? 

- Con Javier

-Hija mía, no hagas más eso. ¡Es peligroso! 

-Está atrapado como un animal, no puede hacer nada. 

-Aún así, no es bueno meterse con esta gente loca. 

-De todos modos, no me sirvió de nada- me encogí de hombros. 

-Si la vida fuera fácil, sería aburrida. Todavía quedan muchas cosas por pasar. 

-¿Cómo qué? 

-Creo que deberías contarles a todos sobre Bautista. 

-No. Eso solo complicaría las cosas. No quiero arruinar el matrimonio de Pablo y no quiero usar a Bautista para tener a Pablo cerca de mí. 

-Como desees. Pero no es justo ni con Bautista ni con Pablo. 

-Ahora no es el momento, ¿de acuerdo?
 
-Está bien- suspiró- Prepararé la cena. 

Fue a la cocina y me quedé pensando.

Me sentí sofocada con todo lo que sentía, los sentimientos parecían desbordar dentro de mí.

A cada momento, sentia algo nuevo. La verdad es que no debería haber venido a Seattle. Al menos no ahora. 












Continuará......





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Espero que les haya gustado el capitulo

Besos Nos estamos leyendo

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