Todo lo que dejaste atrás [Robert Downey Jr]

Nueve

Seis años atrás.

Robert.

Los huesos me dolían y aún más la cabeza, pero hoy al fin podía ser dado de alta del hospital. Había ido a ver a Harry todos los días desde que pude ponerme de pie, iba a verla en muletas, a veces me llevaban en la silla de ruedas y hoy no sería la excepción.

Estaba poniéndome mi reloj cuando la puerta de mi habitación se abrió completamente dejándome ver a un hombre mayor con un aspecto molesto, entró y cerró la puerta detrás de él.

— ¿Hola? —pregunté con cierto sarcasmo y cierta duda.

— ¿Qué querías con ella? —descubrí quien era ese hombre que estaba parado frente a mi. Aclaré mi garganta y me puse derecho.

— Señor Darcy...

— Contesta la pregunta —me interrumpió con valor, si hubiera sido cualquier persona hubiera contestado con enojo, e incluso con un carácter grosero, pero era el papá de Harry, no podía hacer eso.

— Señor, yo en verdad quiero a su hija, y me siento muy mal de que ella esté así y de qué esta sea la situación en la que usted y yo nos conozcamos, en verdad me siento muy apenado —el hombre no se inmutó y me miró con aún más odio.

— Espero que te sientas muy apenado en serio, mi hija acaba de fallecer —tuve que sostenerme de la cama para no caer después de esas palabras.

— ¿Qué? —solo alcancé a decir eso.

— Mi... mi hija acaba de morir —su voz se quebró y con ella mi alma entera—, se fue por tu maldita culpa.

Lo miré atónito. No tenía palabras.

— Maldito seas Robert Downey, no quiero que aparezcas nunca jamás en mi mirada porque solo traes desgracia, y mas te vale jamás ir de nuevo a esa escuela, si haces una tontería, ¡yo mismo me voy a encargar de que te maten! —no estaba escuchando lo que decía, mi mente solo me repetía una y otra vez que Harry no estaba más con nosotros.

Que ya nunca vería su sonrisa o disfrutarla sus besos, que jamás sentiría sus manos en mi cara y jamás vería sus hermosos ojos brillantes y bellos. Mi Harry ya no estaba y yo era el culpable de eso. Por mi culpa Harry había estado en el hospital y por mi culpa ella estaba muerta.

— Mi hijo voló a Inglaterra a arreglar los papeles para llevarnos su cuerpo, será enterrará en Londres, no te atrevas a aparecer, la policía sabe todo, los doctores tienen como indicación que no puedas ver su cuerpo de nuevo. Robert Downey, ya acabaste con lo que más amo, debes irte o tu vida se irá abajo —salió de la habitación dejándome solo, roto, destrozado.

Entre lágrimas y sollozos, me permití escribir una última carta a mi amor, quizá como despedida o quizá como duelo que tenía yo mismo en mi corazón, aún no podía creer que esto fuera real así que dejé la carta en la cama del hospital, y miré una ultima vez a la habitación donde había estado mi amor. Me paré frente a la puerta, llorando, destruido y sin fuerza.

— Lo siento mucho, te amaré hasta la eternidad, Harry —mi voz apenas en susurro, apenas en un sollozo, rota y sin fuerza.

Y me fui derrotado y sin ganas de volver a existir.