Robert.
Parpadeé más de 15 veces en medio segundo, el aire me faltaba, mi pecho subía y bajaba, subía y bajaba rápido. No recordaba haber tomado tanto como para que esto me estuviera pasando.
— ¿Harry? —alcancé a susurrar, mis ojos me estaban traicionando, debía ser una alucinación.
La mujer que tenía en frente al escucharme hablar palideció, tragó en seco y se dio la vuelta caminando rápidamente lejos de mi. Mi cerebro seguía en pausa pero mis piernas corrían detrás de ella, no supe en qué momento mis ojos se llenaban de lágrimas pero yo seguía corriendo detrás de esa mujer.
Al llegar a un callejón la chica se detuvo y se dio la vuelta, su pecho subía y bajaba con muchísima velocidad, tenía que estar soñando, porque frente a mi estaba Harriet Darcy, mirándome con los ojos rojos en sus pantalones de cuero y su blusa blanca. Era ella, estaba frente a mi. Era ella.— Harry —volví a susurrar dando un paso al frente.
— ¡No! —gritó ella dando un paso hacia atrás—, ¡No eres real! ¡No estás aquí! —su voz llenó mis oídos y mi corazón a su paso.
Ella estaba con vida.
— Por favor, solo déjame irme y hacer que esto no pasó —habló entrecortadamente, mi rostro se descompuso.
— ¿Cómo?
— Por favor —insistió.
— No —solté sin más—, estás loca si piensas que me voy a dar la vuelta así nada más.
— ¿Qué quieres de mi?
— Harry, no puedo creer que estés... —suspiré mirándola.
— Soy de aquí, en caso de que no lo recuerdes —me interrumpió en un tono que no conocía de ella, rabia en su voz—, no lo voy a repetir, apártate de mi camino o llamaré a la policía —me amenazó con su dedo.
— ¿Harry? —no podía articular bien las palabras, quería correr a abrazarla pero ella parecía aterrorizada con mi presencia, esta era sin duda, la peor de las pesadillas que había tenido en los últimos seis años.
Y desperté sin más, sudando en la habitación del hotel. Suspiré de nuevo y me volví a recostar. Solo otro sueño. Miré a mi lado, Lee estaba sentado a mi lado con el ceño fruncido, estaba preocupado.
— ¿Qué haces aquí? —le pregunté sorprendido—, ¿estás viéndome dormir o que?
— ¿Cómo estás? —respondió aún preocupado.
— ¿Qué sucedió, Lee? —un mal presentimiento llenó mi pecho.
— Escucha Robert, yo sé que es un shock muy grande lo que viviste anoche y por eso necesito que te calmes y respires un poco antes de hacer una tontería —lo miré con el ceño fruncido y mi pecho comenzó a subir y bajar con inseguridad.
— ¿Qué? ¿Qué? —no podía decir otra cosa.
No fue un sueño.
— Robert... —se levantó al mismo tiempo que yo y sentí todo mi cuerpo doler—, ¿no recuerdas qué pasó anoche?
Negué con la cabeza, me miré al espejo, tenía un par de golpes en la cara.
— Oh —dije recordando.
— No lo voy a repetir, aléjate o llamaré a la policía.
— ¿Harry que está pasando? —un hombre que jamás había visto en mi vida llegó a un lado de nosotros—, ¿Este tipo te está molestando?
Miré a los ojos a mi Harry, mi Harry, ella estaba con vida y yo parecía estar renaciendo de nuevo mientras la veía a ella.
Esperé su respuesta, me miró y en sus ojos encontré dolor y tristeza.— Sí... —respondió la pregunta y yo sentí un puñal en el alma.
— Harriet... —alcancé a decir antes de que el tipo se pusiera frente a mi.
— Daniel no le hagas daño —rogó Harry tomando del hombro al idiota que se acercaba a mi.
Tomándolo del hombro.
Yo ya no estaba dentro de sus deseos.
— ¡Robert! —Lee llegó a mi lado—, oh Dios —lo escuché decir al ver a Harry y ella frunció el ceño.
— Lárguense de aquí y déjenla en paz —el hombre frente a Harry habló.
— Harry por favor —di un par de pasos antes de que su "protector" me empujara hacia atrás—, escucha, niño bonito, deja de molestar —le advertí con el dedo pero el hombre me volvió a empujar.
Lo empujé de vuelta y me gané un golpe en la cara, se lo devolví con más fuerza.
— ¡No! —gritó Harry—, ¡ya basta!
Dejé de golpear, hacía caso a la orden de Harry, pero el otro no se detuvo, yo obedecía el deseo de Darcy mientras el otro hombre me golpeaba como podía en la cara.
Todo transcurrió muy rápido, Lee me lo quitó de encima y lo lanzó lejos.Harry me miró y las lágrimas en su cara caían con velocidad.
— Vámonos —habló el otro hombre y por segunda vez Harriet Darcy era alejada de mi.
— Hey, mira lo que te hizo ese infeliz —decía mi mejor amigo—, ¿Te detuviste porque ella lo dijo?
— No me gusta hacer cosas que no le gustan —susurré mientras sentía la sangre caliente salir de mi ceja y de mi nariz.
— Tenemos que irnos.
Lee me veía expectante, preocupado, justo como cuando estábamos en la universidad y despertábamos después de una noche de borrachos y de peleas.
Pensé en lo que había pasado anoche, Harry deseaba con toda su alma que yo estuviera lejos.
A mi no me gustaba hacer cosas que la hicieran sentir mal.
Así que si ella lo deseaba, podía alejarme.
O quizá no.
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Todo lo que dejaste atrás [Robert Downey Jr]
Hayran KurguSegunda parte de "Delgada Línea" ¿Qué pasa cuando la persona que te prometió jamás dejarte te deja sin mostrar un poco de arrepentimiento?