4.2. Yo, él, un bote y una cascada.

3.5K 630 423
                                    



˗ˏˋ Day four ˎˊ˗



Afternoon.



Pov. WDH

─H-hyung...

Los ojitos del niño que se encontraba justo a un lado de mí, brillaron de entera emoción al escanear el lugar a donde habíamos llegado.

─ ¿Qué mocoso? ¿No quieres subir? ¿Al niño también le dan miedo los botes?─Cuestioné burlón, apreciando con diversión como la carita del chico se llenaba de ligero rubor debido a mi comentario.

─Yh-yha... no.

─Entonces ¿Qué esperas?─Extendí mi brazo en su dirección y le entregué ese chaleco salvavidas que había tomado del interior del bote hace algunos minutos, antes de decir─Pontelo, no tenemos todo él día─Él asintió y rápidamente me obedeció.

Un bote de remos, uno mediano y con espacio suficiente para ambos era aquello que se me había ocurrido rentar por la mañana poco después de leer la carta de Taehyung escrita para Jungkook y minutos antes de encontrar a este mismo frente al mar. Mi intención siendo pasar una tarde tranquila únicamente junto al dueño de esos bonitos gestos de niño pequeño.

─Espera niño. Hay que tener cuidado al subir.

Con suma precaución me adentré primero al bote e intenté equilibrarme al sentir como este se movía sobre las aguas al obtener el peso extra de mi cuerpo. Cuando vi que el movimiento había disminuido un poco, extendí mi mano a aquel que atentamente me miraba y murmure.

─Ven aquí...

Sin dudarlo, el chico de inmediato asintió. Tomó mi mano fuertemente, como si en su mente ya estuviera escrito que yo era su escudo personal, colocó su pie izquierdo en la madera del bote y al cabo de un par de segundos transcurridos ya nos encontrábamos sentados uno frente al otro dentro del objeto flotante.

─ ¿Estás listo? empezaré a remar...

─Sip, estoy listo, hyung.

El silencio vino poco después de su respuesta positiva. El sonido del movimiento de las aguas cristalinas cada vez que movía los remos y el cantar de algunas aves perdiéndose en los aires lejanos, era lo único que se escuchaba en aquel momento y honestamente, lejos de sentir incomodidad, lo que llenaba mi alma era una perfecta paz.

El chiquillo frente a mí, ese que se encargaba de hacer mi alma vibrar, se encontraba perdiendo su brillante vista en el paisaje que llenaba nuestro alrededor, mientras sus rosados belfos formaban de vez en cuando una marcada "o" al perderse en algo que llamaba su atención.

No fue hasta que hizo voltear su mirada a mi dirección, que una inmensa chispa en sus ojos resplandeciendo como nunca antes lo había hecho. Incluso más que cuando se perdió hace segundos en el paisaje a nuestro alrededor. Incluso muchísimo más que cuando hacía perder sus pupilas en lo infinito del mar.

─Hyung.

─Shhh─Chisté callándolo, él haciendo una ligera muequita con sus labios.

─Dakho hyung...─Llamó y de nueva cuenta yo lo callé.

─Shhh ¿Escuchas eso?─Cuestioné agudizando mi oído y él frunciendo tiernamente su ceño.

─ ¿Qué cosa?

7 daysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora