Epilogo
Mi amado alter favorito, Woo Dak Ho.
La dulce y llorosa voz de su pequeño esposo fue lo último que su mente escuchó. La ensoñación ganándole a su conciencia junto con el dolor de cabeza que sintió luego de la nubosidad en sus ojos, siendo aquello que lo arrastraron a la entera oscuridad. Esa en la cual en ocasiones acostumbraba estar. Ese espacio grisáceo que no le desagradaba, pero tampoco le gustaba del todo, pues el silencio y el ambiente solitario le envolvían cada tortuoso segundo que se encontraba ahí.
No obstante, lo que DakHo jamás pensó fue que, en lugar de la soledad, sus profundos ojos se encontrarían con aquello...
Su mundo interno, ese que era un íngrimo cuarto color negro con paredes rayadas en tinta blanca, ahora lucía completamente diferente; Ya no había oscuridad y mucho menos apariencia descuidada y abandonada, en su lugar el alumbrado panorama de un hermoso parque lleno de juegos, apareció.
Su corazón comenzó a bombear, su respiración a acelerar e incluso sus ojos a nublar, y es que el hermoso paisaje era tan conocido, tan benditamente familiar... era ese lugar especial en donde de pequeño él, siendo Taehyung, escapaba para poder llorar.
Ese mismo, lleno de árboles, columpios, resbaladillas y pasamanos donde, gracias al cielo, lo encontró a él por primera vez.
Sonrió, lo hizo pensando en el hermoso gesto del que sea quien hubiera hecho aquello: Cambiar su mundo interno.
DakHo sonrió, sin embargo, rápidamente sollozó mientras sus ojos se seguían llenando de lágrimas y es que, al girar su mirada hacia aquel espacio, su panorama acaparó a un hermoso ser esperándolo ahí, sentado al final de la resbaladillas, con una enorme sonrisa en sus bonitos labios y sus preciosos cabellos castaños alborotados debido al ligero aire de verano.
No podía ser... todo aquello lucia tan perfectamente irreal.
La personita o bueno, el fragmento frente a él se levantó y sin dejar de mirarlo y sonreírle, elevó y extendió una de sus blancas manitas a su dirección, esta de inmediato pidiéndole que fuera hacia él, que siguiera caminando y llegara a donde él se encontraba.
Así lo hizo. Sin pensarlo, a pasos lentos, aunque deseosos, DakHo se concentró en avanzar en tanto sus lágrimas de felicidad no se apiadaban por darle tregua a su vista borrosa.
En cada paso, el alter rudo sentía su alma salir, su corazón desembocar en tanto percibía como el airecito de verano desordenaba ese flequillo sin cortar y lo hacía comenzar una interminable lucha contra sus pestañas y el percing de su ceja, mientras que, en su piel llena de tatuajes, porque si, en su mundo interno él tenía el flequillo largo, percings en varios lados y sus pálidos brazos atestados en tatuajes, los rayos del sol golpeaban, bailaban y acariciaban con delicadeza cada poro, cada fibra de todo lo que era él. Ese su auténtico y original ser.
Sonrió con emoción, y es que por primera vez en su mundo interno se sintió pleno, tan jodidamente dichoso.
Cuando llegó al fin, cuando terminó el camino y se detuvo frente a aquel que tenía los ojos más hermosos del planeta, ninguno de los dos habló, nadie dijo una sola palabra, solo se miraron, se contemplaron, lo hicieron de una manera tan bonita mientras que una ligera sonrisita atestada de adoración se encargaba de cubrir los labios de ambos.
Se contemplaron y reconocieron, al ver las pupilas del otro, supieron que sus almas se encontraban compartidas incluso desde el inicio del universo mismo... y a pesar de que ninguno de los dos dijo algo con palabras, ambos se gritaron con la mirada cuando se amaban antes de romper esa pequeña distancia que los separaba y abrazarse como si no hubiera un jodido mañana.
Dejando escapar sus lágrimas, DakHo enterró su rostro en ese espacio que más amaba en el mundo, para luego aspirar el dulce e hipnotizaste aroma que su bonito niño desprendía. Y lloró, sin importarle lo cursi, lloró de agradecimiento por volver a sentir al castañito entre sus brazos, porque tenerlo ahí, junto a él, en su mundo interno era más de lo que él en alguna ocasión había podido desear.
─DakHo hyung...
El fragmento de cabellitos castaños susurró y se separó y el mencionado solo pudo sentir su alma volar al momento en el que, con una pequeña sonrisa en sus bonitos labios, su mocoso acercó estos mismos a los suyos para, dulcemente, poder besarlos.
Y en ese momento, el alter rudo Woo Dak Ho de cabellos largos percings y tatuajes, supo que a partir de ese instante toda oscuridad, toda maldita soledad, abandonarían su mundo interno y correrían muy, muy, muy lejos de él, para luego darle paso a ese precioso mundo que en algún momento de la vida misma creó junto a su chico, ese su pequeño y eterno esposo, Jeon Jungkook.
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The end
Miiil graaciaaaas @tatastiny 😘 por darme la idea e inspirarme para que este mini epilogo se hiciera realidad <3
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Entre mañana o pasado subo las cartas y la parte del agradecimiento para, ahora si, cerrar el ciclo de esta historia y dar vuelta a la pagina.
Muchisimas gracias x estar
ILY
❤
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7 days
Short Story❝Todo lo que soy, todo lo que alguna vez fui, está aquí en tus ojos perfectos, son todo lo que puedo ver.❞ ----------------------- •COMPLETA • Historia corta. 23 partes + 3 Bonus. • Minific enlazado con la historia original llamada "Homestay" • Ne...