Atte: Emily

SIETE

Querido Dylan:

La verdad es que no he tenido ganas de escribirte últimamente, no me malinterpretes, me encanta hacerlo, pero simplemente no tenía ganas de hacer nada.

Ha pasado 1 mes desde la última vez—bueno, casi—y es un nuevo año.

Como mencione en la ultima carta, he decidido retomar las terapias, mi mamá me convenció de que era lo mejor, y tenia razón, eso ha sido mi motivo de no escribirte.

Las terapias y el tener que sacar mis traumas infantiles a mi psicóloga han hecho que me sienta mal estos días, y solo van como 7 sesiones, las cuales considero demasiadas para un mes, pero ella insistió en verme dos veces por semana.

Como es normal al asistir a un psicólogo, me han diagnosticado con ansiedad— cosa que ya sabíamos— y aparentemente depresión. Lo considero irónico ¿sabes?, el hecho de tener trastornos mentales y querer ser psicóloga.

Las pesadillas volvieron, y me dio un ataque de pánico en el medio de la noche, y ya te imaginas que he tenido que contarle a mi psicóloga, no fue para nada agradable revivir mis problemas del pasado, pero ya será otro día donde hagamos un repaso de todo eso.

Como ya te he mencionado, no he tenido ganas de hacer nada, solo quiero estar en mi cama acostada todo el día junto a Fluffy, pero la vida no es así, y resulta que tengo mis responsabilidades en la escuela, y aunque una parte de mi me diga "ignora tus tareas" sabemos que no puedo hacerlo, porque tengo un severo problema de perfeccionismo que no me permite hacerlo, porque en mi cabeza eso significa "reprobar" un equivalente a fallarle a todos y a mi misma. Pero no te preocupes, tan pronto como termino mis tareas puedo acostarme sin hacer nada mas que comer y llorar, ni siquiera he acomodado mi cuarto en mucho tiempo y el lugar está hecho un desastre, pero ya tendré tiempo — y ganas— para limpiarlo.

Mañana es el tercer mes de tu muerte, y he planeado que estaría bien ir y dejarte algunas flores en tu tumba.

Nos vemos pronto.

Adiós.

Atte., te extraña:
-Emily