17. Derecho a divertirse

1.9K 73 1
                                    

*Cuatro*

Bajamos por la pasarela que nos lleva fuera del edificio principal del complejo hasta las instalaciones anexas, bajando por unas largas escaleras que profundizan hacia abajo, al descender llegamos a un túnel oscuro pero amplio solo unas pequeñas luces de colores nos guían, es el mismo trayecto por donde me llevó Nita hace un tiempo.

Ella me explicó que estas instalaciones durante la guerra se utilizaban como laboratorios subterráneos, para estar seguros en caso de ataque. Ahora se había reconvertido la zona, en un lugar de ocio donde los GD en su mayor parte acudían a divertirse, recuerdo música, gente bebiendo y mucho ruido de gente conversando. Debe ser la hora de cenar por lo que podremos comer algo en el lugar, tomar unas copas y divertirnos.

Miro de reojo a Tris está bellísima, nunca la vi vestida de esa manera, realmente ella perdió cualquier rastro de niñez y luce como toda una mujer. Se ve segura de sí misma, camina con elegancia y estabilidad, nada que ver con la actitud con la que llegó a Osadia, que era toda delicadeza y precaución. Su fuerza sigue ahí, y ahora la irradia de forma tan visible que me abruma un poco.

Uriah y Christina nos siguen unos metros más atrás, ellos van hablando y riendo en voz baja. Tris y yo vamos delante cogidos de la mano en silencio. Se siente tan bien por fin disfrutar de una actividad relajada, normal y saludable, sin más preocupación que divertirnos. La verdad es que se nota que somos Osados, recorremos el trayecto sin la menor vacilación, a pesar que soy el único que conoce el destino y apenas tengo un vago recuerdo la ubicación.

Llegamos al final del túnel, y abro una pesada puerta de madera con el hombro. Más allá hay un mundo ajetreado y reluciente. Entramos a la enorme sala que se ilumina con infinidad de luces blancas y amarillas pero de una forma tenue, lo suficiente para que resulte acogedor, el local todavía está un poco vacio porque es pronto.

Tris y los demás parecen sorprendidos, creo que les gusta porque les hace sentir como que volvieron al complejo de Osadía.

En general el lugar parece más oscuro de lo que en realidad es, pequeñas luces muy tenues iluminan las mesas para sentar se, así como la zona de barra llena de estanterías con multitud de bebidas.

Miles de destellos de colores brillantes se mueven a toda velocidad por la pista de baile que está vacía en estos momentos. En un lado del local hay una pantalla gigante con un pequeño escenario. De fondo se escucha una suave melodía ambiental que jamás había escuchado, pero que me hace sentir que somos bienvenidos al lugar.

- Esto es como volver a casa.- Escucho decir a Uriah, como si expresara sus pensamientos en voz alta.

Tomamos una mesa y se nos acerca una chica joven morena y estilizada, uniformada toda de negro, con un pequeño delantal ajustado a su cintura, en su mano lleva unas cartas que procede a entregar nos.

- Chicos aquí tenéis la carta para ordenar vuestro pedido, soy Alice vuestra camarera. Llamar me cuando se decidan.- dice ella mirando me fijamente, antes de alejarse para guiñar me un ojo. Noto como Tris se tensa ante la descarada chica.

- Gracias Alice.- Le digo sin más ceremonia, miro de reojo a Tris porque sé que no le habrá gustado la miradita de la tal Alice.

Me temo que Tris está frunciendo el ceño, así que para que se apacigüe, le regalo una de mis mejores sonrisas y me acerco a besar la efusivamente para su tranquilidad, lo último que quiero es ver la enfadada. Me obligo a olvidar me de ese incidente y me concentro en la carta de comidas y bebidas.

-¡Mira! Hay hamburguesas como las de Osadía. ¡Pidamos las!- sugiere Christina.

-También hay pastel de chocolate. Seguro que no está tan bueno como el que hacían en Osadía, luego os lo confirmaré.- dice Uriah riendo, con lo exagerado que es comiendo seguro acabará con las existencias del lugar.

-Pues yo quiero probar la cerveza- Afirmo con convicción, escuché que es un poco amarga pero muy refrescante.

Todos asienten conforme que están d acuerdo en probar la pero Tris no debe ya que lleva alcohol y sigue tomando calmantes para sus dolores.

- Tris pide una bebida sin alcohol, no es conveniente que tomes por tu medicación.- le recomiendo en un tono suave a modo de sugerencia, aun que ella sabe perfectamente que no es una sugerencia.

Tris asiente y se decide por una de las tantas bebidas refrescantes desconocidas que aparecen en la carta. Cuando llega el pedido de bebidas, Tris me da a probar de su vaso y por un momento llego a la conclusión que ya lo he probado antes. Quizá me recordó a la bebida que probamos en Erudición y que tanto presumían los Eruditos de ella, pero en realidad era asquerosa, muy dulzona con un regusto final a limón.

Tanto Tris como yo nos reímos con un gesto de complicidad, al parecer los dos estamos pensando lo mismo.

Ya terminamos de cenar entre bromas y comentarios triviales. El lugar se ha ido llenando de personal del complejo que vino a tomar una copa. Grupos de gente en su mayoría uniformados de verde, lo que los identifica como personal auxiliar del complejo están arremolinados en la pista de baile charlando distraídamente, esperando que el Dj ponga música más movida.

Un pequeño grupito de chicas ha subido al escenario, parece que van a cantar una canción que seleccionaron de una lista, y las letras empiezan a aparecer en la pantalla gigante de la pared. Al principio desentonan un poco, pero lentamente van cogiendo el ritmo de la música. Desconozco totalmente de que interprete o melodía se trata, pero todo el mundo en la sala parece conocerla y disfruto viendo como lo pasan en grande. Si ser "Genéticamente Defectuoso" supone ser de esta manera, aseguro que no me importa.

La verdad es que todo esto es muy similar a las fiestas Osadas y el ambiente es relajado y distendido, creo sinceramente que nos merecemos estos instantes de diversión. Somos jóvenes y adolescentes, por lo menos en lo que ha físico y espíritu se refiere, aunque en lo referente a mi mente siento que he tenido que madurar a marchas forzadas para poder asimilar todo lo ocurrido, en realidad desconozco si alguna vez lograré superarlo.

No paro de mirar a Tris, es el centro de mi universo. Su vestido me tiene loco, todo él es muy escaso, muy corto y deja a primera vista su tatuaje de los pájaros en pleno vuelo. Ella percibe mis miradas y no me separo ni un segundo de ella, parece mentira que hasta hace pocos días ella estuviera hospitalizada. Paso mi brazo por sus hombros de forma que abarco su estrecha figura totalmente, pero apoyando el peso de mi brazo en el respaldo de la silla, no quiero generar molestia en sus heridas. Acaricio con el dedo pulgar de mi mano la parte de su brazo descubierto, noto que el contacto entre nosotros tiene efecto, porque me sonríe y se remueve inquieta en su asiento.

Uriah parece emocionado con todo lo que pasa en el lugar, simplemente diría que está en su salsa, no para de bromear con Christina, me alegro que se tengan el uno al otro.

- ¡Oye Cuatro! Juguemos a Verdad o Acción- alza la voz Uriah porque se hace más difícil escuchar, ya que aumentaron significativamente los decibelios desde que empezaron a cantar el grupito de féminas.

Esbozo una sonrisa malévola recordando la última vez que jugué a ese juego del infierno en mis días de iniciado, acabé con unas llamas osadas tatuadas en mis costillas y la peor resaca que puedo recordar.

Bueno quizá no sea mala idea, no hay ninguna actividad que resulte peligrosa dentro de este local, por lo que puede ser divertido.

- Bien, solo si tenéis el valor necesario.- y ahí queda mi reto.

- No lo dudes, voy a por cuatro copas de agua ardiente para cumplir con la tradición.- Dice Uriah levantando se de nuestra mesa.

Cuando regresa las coloca encima del tablero y se bebe de un trago la primera dosis, esbozando una sonrisa cómplice.

- Tobias estoy esperando mi primera acción.- me insiste Uriah, yo niego con mi cabeza sin poder ocultar las malas ideas que se me pasan por la mente, pero finalmente me resulta muy divertida una en concreto.

- Uriah tienes que subir al escenario y cantarte una canción.- Uriah parece que no reacciona a las instrucciones, pero finalmente asimila y con un suspiro y una sonrisa que promete venganza se levanta y se acerca al pequeño escenario...

TRIS: Confidencias de una DivergenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora