7. Escandalosamente sexy

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*Tris*

 Voy a ver a Uriah en el centro médico, a través del cristal separador de su habitación puedo ver su cama, está inmóvil, parece dormir tranquila y relajadamente, sus facciones son bellas y su pecho sube y baja lentamente. Parecería que en cualquier momento despertará y nos regalará una de sus sonrisas escandalosamente sexys.

Pero la realidad me golpea duro y sé que eso por el momento no va a pasar, su mente Divergente está perdida en el limbo y debe luchar por encontrar la salida.

 Me fijo un poco mejor y veo que del otro lado hay alguien recostado bajo las sabanas en su cama. Me decido a entrar, quiero saber que ocurre exactamente.

Es Christina, está acurrucada bajo las sábanas junto a Uriah, la escena me enternece, y no puedo evitar sonreír levemente.

-          ¿Dormiste aquí esta noche? – le susurro.

-          No, solo vine de madrugada. – me dice medio adormilada.

-          ¿Por qué? – le pregunto aun que creo conocer la respuesta.

-          Lo echaba de menos.- me dice esforzando se por sonreír.

 He intentado  no volver a preguntártelo, pero quiero saber lo.- le digo a Christina mirando la fijamente- ¿Qué pasó realmente entre Uriah y tú?- Se tensa visiblemente, parece incomodar se un poco.

-          Christina no me vengas con que solo eran amigos, porque no me lo creo.

Ella me echa una miradita y estira sus largas piernas dejándolas caer por el borde de la cama de Uriah.

-          Christina si no quieres hablar lo entiendo. Pero pasaban mucho, pero mucho tiempo juntos.

La luz brillante del sol entra por la ventana a través de las cortinas, la cama de Uriah está con las sábanas arrugadas y hechas un desastre. Como venga la enfermera se va a enfadar.

 -          Está bien, puede que no me creas, pero no es exactamente una historia de amor.  Sí, es cierto que existe una atracción, Uriah es guapo, muy guapo. No lo voy a negar. También muy divertido y endiabladamente sexy, pero nuestra relación nos permitía consolar nos y apoyar nos mutuamente. Uriah estaba sufriendo demasiado y ya sabes que yo no lo estoy pasando mejor, él me comprende mejor que nadie, él perdió recientemente a Marlene y yo no hace tanto a Will.- Christina mira hacia el suelo para no cruzar su mirada con la mía. Una punzada de culpabilidad me recorre las tripas al recordar a mi mejor amigo tirado en la calle con la mirada perdida y un impacto de bala humeante en su rostro. Christina percibe el cambio en mi semblante pálido y horrorizado, rápidamente continúa con su explicación.

-          Me hace sentir bien y ¡Por Dios! que lo pasábamos bien juntos.- esboza una sonrisa malévola y se sonroja.

Me acerco y la abrazo, el gesto me calienta y me conforta. Me aparta para mirar me con una sonrisa interrogante.

-          Por cierto- me dice ya entre risas- ¿Y dónde has estado tú últimamente? – me pregunta, moviendo las cejas- ¿ Con Cuatro? ¿ Dedicándoos a las… sumas? ¿ A la multiplicación?

Me tapo la cara con las manos, estoy roja de vergüenza.

-          Christina ya te he dicho que los chistes no son lo tuyo.

-          No esquives la pregunta, y contesta.- me dice inquisitivamente.

-          Bueno, hemos estado repasando la tabla de multiplicar. Queremos pasar con buena nota. – Las dos nos reímos sonoramente, la verdad es que soy penosa haciendo chistes.

-          Yo también quiero subir nota.- escuchamos una voz familiar masculina que no atino a ver de dónde viene. Pero Christina tiene su cara casi descompuesta, se gira bruscamente y rompe a llorar al ver a Uriah abrir lentamente sus ojos y esbozar una leve sonrisa que deja ver sus blancos dientes. Sigue igual de arrogante, se sabe  guapo por naturaleza. Ante tal visión, no puedo evitar que las lágrimas acudan a mi rostro. ¡Uriah está despierto!

TRIS: Confidencias de una DivergenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora