22. FourTris

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Bonus

*Tris*

Escucho los movimientos de Tobias en el baño, así que decido ir en su busca, como puedo me incorporo de la cama, mi enorme vientre me hace moverme con torpeza, ya que estoy en el último mes de gestación. A penas puedo verme los pies, lo que me hace gracia, siempre he sido tan delgada, que no puedo creer el cambio que dio mi cuerpo.

De pronto noto las familiares punzadas en la parte baja de mi vientre. No hay duda que el bebé será una pequeña Osada, ¡me patea sin piedad!

Escucho el zumbido de la máquina de afeitar eléctrica. Tobias está parado delante del espejo, está en pijama y luce totalmente cómodo y relajado. Inclina la cabeza para poder ver el ángulo de su mandíbula.

Camino hasta él, mientras él inclina la cabeza hacia atrás para poder pasar se la máquina de afeitar por la barbilla, envuelvo mis brazos alrededor de él, presionando mi frente en su espalda, donde el tatuaje de llamas osadas se asoma por debajo de su camiseta. Huele a menta por la pomada que usa para relajar sus músculos cuando están doloridos, pero también huele a seguridad, a paseos iluminados por el sol y a desayunos en silencio en el comedor.

Noto toda su musculatura abdominal cincelada, el nunca dejará de ser un Osado, siempre está listo para luchar por los que quiere. Se mantiene muy en forma gracias a su colaboración como instructor, a pesar de sus tareas en el gobierno de la ciudad.

Tobias parece casi haber terminado de afeitar se, él pone la máquina abajo y cruza sus manos sobre las mías. Ninguno de los dos rompe el silencio. Escucho su respiración, y él acaricia mis dedos ociosamente, olvidando su anterior tarea.

-¿Cómo te encuentras?- me dice sin girar se al notar mi agarre.

 -    Bien … todo lo bien que cabe esperar de una mujer muy, pero que muy embaraza. – No puedo ver su rostro pero sé que está sonriendo.

- ¿No se te olvidó algo?- le digo un poco juguetona.

-  Pues no sé. ¿Qué se me olvidó?- me dice girando se para darme una buena vista de su definido torso que adivino perfilar se a través de su fina camisa de pijama. Tobias ya no es un chaval, su cuerpo es poderoso y con el paso del tiempo ha ido adquiriendo mayor envergadura. ¡Vaya! un deleite para mi vista.

- ¿No vas a decirme lo? Me dice haciendo un pequeño puchero con sus labios y eso basta para que me derrita como líquido derramado ante tal visión.

 Me resulta  un poco desconcertante el que no recuerde que hoy es mi cumpleaños, pero no haré una escena melodramática. Tobias no necesita un día especial para regalarme algo, él me hace sentir la mujer más importante de su mundo siempre.

 -   Hoy es mi cumpleaños Tobias.- le digo con el ceño un poco fruncido.

-    Felicidades entonces.- y me regala una enorme sonrisa que bien podría contar como su regalo, así que ya lo he perdonado.

Él inclina la cabeza hacia abajo y me besa dulcemente, enviándome un caliente dolor a través de mi cuerpo, me siento caliente por todas partes. Tobias es consciente que anhelo con ferviente deseo esos labios que me enloquecen.

Cada vez el beso es más intenso, nuestras lenguas juguetean ocasionando que la temperatura de la estancia aumente. Deslizo mis manos hasta sus caderas, donde puedo palpar en la cintura de su pantalón de pijama la perfecta uve que conforman sus oblicuos, lo que hace que no pueda evitar deslizar mis manos por debajo de su camisa acariciando cada línea de su abdomen.

Se ve tan sexy que creo que ardo como el infierno. Las malditas hormonas del embarazo me están jugando una mala pasada. Tobias consigue separar me y me advierte con delicadeza.

TRIS: Confidencias de una DivergenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora